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Las nuevas batallas del clan Murdoch: qué desafíos enfrenta el heredero del magnate

Las nuevas batallas del clan Murdoch: qué desafíos enfrenta el heredero del magnate

El imperio del multimillonario afronta grandes dificultades que ahora recaen sobre su hijo, Lachlan, lo que implica que su legado no está escrito.

Pocas cosas hay más complicadas en la vida empresaria que una sucesión que implica la salida a medias del fundador de una compañía, salvo, tal vez, el caso en el que también hay en juego una conflictiva dinámica entre hermanos. Si no, pregunten al clan Murdoch.

El 21 de septiembre pasado Rupert Murdoch, de 92 años, anunció que dejaba el cargo de presidente de News Corp y Fox Corp, y pasaba a cumplir una borrosa función emérita. Fue la más reciente medida críptica en una prolongada y angustiante transferencia de poder y riqueza de parte de uno de los magnates de medios más influyentes del mundo a su prole contenciosa, y todavía no ha concluido.

La partida de Murdoch fue presentada como un cronometrado y claro voto de confianza al sucesor elegido, su hijo mayor Lachlan, de 52 años. Pero esta cuasi retirada recordó algo más: la tarea inconclusa que deja atrás.

Rupert Murdoch dejó la presidencia de News Corp pero no quiere convertirse en un magnate jubilado.

Podemos empezar por las empresas. En 2019 Murdoch culminó la venta del grueso de sus activos de entretenimiento a Walt Disney Co., menos de un año después de haber vendido su participación del 39 por ciento en Sky a Comcast Corp.. Lo que quedó fue un imperio drásticamente adelgazado formado por dos ramas arraigadas en campos de medios tradicionales que están en una decadencia irreversible: News Corp., con diarios como el New York Post y el Times de Londres, y Fox en televisión abierta y por cable.

No queda claro de dónde vendrá el crecimiento futuro. Analistas de Wall Street ven pocas ganancias a corto plazo para Fox, y proyectan que en cuatro años los ingresos subirán de US$ 14.900 millones en el año fiscal 2023 a US$ 15.700 millones. Lo mismo vale para News Corp., donde el año pasado las ventas tocaron los US$ 9900 millones y Wall Street prevé como máximo ganancias anuales de un dígito.

A comienzos de este año Murdoch abandonó el plan de combinar Fox y News Corp debido al repliegue de los inversores. La maniobra abandonada dejó preguntas respecto de cuáles iniciativas de crecimiento buscarán las empresas.

En vista de la larga historia familiar de transacciones, una posibilidad es una racha de compras. Los objetivos naturales podrían ser los derechos sobre transmisiones deportivas y medios noticiosos en problemas. La última gran compra fue en 2020, cuando Fox adquirió el servicio de streaming con publicidad Tubi. "Han estado relativamente tranquilos en el frente de las compras", señala Jonathan Miller, exdirectivo de alto nivel de News Corp que ahora es director ejecutivo de Integrated Media Co., que se especializa en medios digitales. "Supongo que eso va a cambiar", agregó.

Mientras tanto, la influencia política del imperio también se ha visto perturbada. Gracias a Fox News Murdoch ha disfrutado de un peso sin igual en la política conservadora de los Estados Unidos. Pero en años recientes, con el auge de las redes sociales y la fragmentación de las audiencias, una serie de medios improvisados consiguió arrebatarle porciones considerables del público corriendo a Fox por derecha. En estos días los memes de los agitadores conservadores se esfuerzan en retratar las operaciones de Murdoch como propias de algo que él siempre criticó: el establishment envarado e inseguro.

Lachlan Murdoch, el mayor de los hijos varones de Rupert, fue elegido como su sucesor.

El cambio en su posición en el mercado de derecha llegó a la cúspide en las elecciones presidenciales de 2020 en los Estados Unidos. Según lo revelaron documentos judiciales, al comienzo Murdoch quiso jugar limpio con el resultado electoral: reconocer el triunfo de Joe Biden y alejarse de una vez por todas de Donald Trump.

Pero no funcionó: la nueva ola conservadora abrazó las denuncias falsas de Trump a la vez que acusaba a Fox News de ser una herramienta de los medios tradicionales. Frente a una caída potencialmente catastrófica en la audiencia, la cadena dio pronto un giro. Pero el daño ya estaba hecho entre los seguidores de Trump y más allá también.

A comienzos de este año la compañía pagó casi US$ 800 millones para resolver una demanda por difamación de parte de Dominion Voting Systems Corp., y todavía afronta la amenaza pendiente de indemnizaciones vinculada a otra acción judicial derivada de la cobertura post-electoral de la cadena. No queda claro cómo tratarán de aquí en más a Trump. El expresidente sigue resentido con Fox News por aquel breve momento de desconfianza.

Es una disputa que a los advenedizos de la derecha les alegra amplificar a cada rato. El día en que se anunció el retiro de Murdoch, Newsmax Media Inc coordinó una entrevista con Beth Ailes, viuda de Roger Ailes, que por mucho tiempo fue el CEO de Fox News. Durante varios minutos demoledores la mujer fustigó a la familia Murdoch, a los que tachó de falsos y desleales. Dijo que Lachlan "no entiende a los norteamericanos" porque no nació en el país. "Diré que Rupert le quitó la plataforma al presidente Trump", agregó.

En vista de que la campaña presidencial de 2024 va tomando calor, Lachlan, un autodefinido libertario que cuando lo necesita puede conversar con el sector más radicalizado de la derecha, tendrá que arreglar pronto las cosas. Hasta ahora no ha demostrado la capacidad de su padre para hacer de titiritero de los políticos. "Lachlan no se ve como el editor en jefe y no quiere ser un operador influyente como lo fue su padre", señala Paddy Manning, autor de una biografía de Lachlan.

Finalmente, por más que la salida formal de Murdoch fue presentada a los inversores como el traspaso definitivo de las riendas, la realidad es mucho menos categórica. Según las presentaciones judiciales, la familia Murdoch conserva alrededor del 40 por ciento del poder de voto en ambas compañías. A la muerte de Rupert sus votos en el fideicomiso con acciones irán a Lachlan y a los otros tres hijos: James, de 50 años; Elisabeth, de 55, y Prudence, de 65. Si los tres herederos marginados se alían y forman una coalición, podrían reemplazar a Lachlan, desmembrar Fox News o incluso vender todo el paquete.

A pesar del cambio en su función oficial, Murdoch dejó en claro que no tiene intenciones de convertirse en el típico magnate jubilado que se dedica a escribir sus memorias o jugar al golf. "Voy a seguir viendo nuestros programas con ojo crítico, leyendo nuestros diarios, páginas web y libros con gran interés, y voy a dar mis impresiones, ideas y consejos", escribió en la carta de despedida dirigida a los empleados. "Cuando visite sus países y compañías pueden dar por sentado que me verán en la oficina un viernes por la tarde", agregó.

Por lo tanto el traspaso es incompleto. "Por lo general, mientras más largo es el mandato del jefe, más difícil y complicada es la transición", acota Lynne Vincent, profesora adjunta de administración en la Escuela de Administración Whitman de la Universidad de Syracuse.

En suma, a pesar de la más reciente actuación corporativa, Rupert Murdoch sigue en escena.

La versión original de esta nota se publicó en el número 360 de revista Apertura.

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