Cómo fomentar la resiliencia emocional para enfrentar desafíos
La importancia de desarrollar la resiliencia emocional para enfrentar adversidades
Cualquier persona puede desarrollar resiliencia para enfrentar los desafíos con la mejor actitud. Aquí conocerás más al respecto.
Cómo fomentar la resiliencia emocional para enfrentar desafíos
El camino hacia el éxito normalmente está lleno de desafíos inevitables en forma de obstáculos, sucesos imprevistos o giros inesperados. Más, la clave está en convertir dichas dificultades en peldaños de conocimiento alineados hacia la consecución de un objetivo gratificante. Precisamente esto es la resiliencia, una cualidad admirable que permite resurgir de las caídas, adaptarse a los cambios y crecer ante la adversidad.
Por supuesto, la resiliencia es mucho más que “rebotar” después de una derrota o de un contratiempo (esa sería una definición un tanto escueta). Efectivamente, se trata de un mindset —configuración mental, en inglés— fundamentado en la perseverancia y en la fuerza de voluntad. Igualmente, es una virtud que puede ser cultivada por cualquier persona sin importar su raza, edad o condición social (a pesar de algunos atenuantes).
A continuación, se profundiza más este tema.
La resiliencia, los deportistas profesionales y el aprendizaje permanente
Una persona resiliente es capaz de transformar cada reto en una oportunidad de crecimiento y de moverse hacia adelante con determinación renovada. En consecuencia, este individuo ve “baches temporales” cuando sufre un revés o un infortunio en lugar de impedimentos permanentes imposibles de resolver. Un ejemplo de ello son los deportistas profesionales más reconocidos y los jugadores expertos de juego tragamonedas.
En ambos casos, son seres humanos ávidos de conocimiento, pues utilizan las derrotas como un método de identificación y de adquisición de nuevas habilidades. Asimismo, a los atletas de élite les encanta medirse contra los mejores, porque así tienen la motivación y el combustible para traspasar sus propios límites. Ciertamente, cuanto más trabajoso y sacrificado sea el camino, el “sabor de la victoria” tiende a ser más especial.
¿Qué es la resiliencia emocional?
La resiliencia emocional explica por qué algunas personas dan la impresión de mantenerse en sus cabales cuando sufren una fatalidad, mientras otras parecen desmoronarse trágicamente. Específicamente, este concepto se refiere a la capacidad de aceptar, asimilar y responder de forma apropiada ante situaciones estresantes. Por otra parte, es importante aclarar que una persona resiliente no es “inmune” a verse afectado por las dificultades.
En este punto, lo más relevante es adoptar un comportamiento que permita ser parte de la solución (o del alivio) requerido en una circunstancia agobiante. Aunque muchos factores condicionantes a la resiliencia son ajenos al control de una persona —como la edad o los eventos traumáticos del pasado, por ejemplo—, cualquier individuo puede desarrollar esta habilidad.
Aspectos que pueden afectar la habilidad de ser resiliente
Hay ciertos elementos que pueden interferir en el desarrollo de nuestra resiliencia. Entre los más comunes destacan:
- Entorno familiar;
- Experiencias traumáticas;
- Genética;
- Vivencias durante la niñez o adolescencia;
- Rasgos de personalidad;
- Salud física y mental.
Ocho hábitos y estrategias que ayudan a desarrollar la resiliencia emocional
A continuación, se describen algunas de las prácticas y tácticas más usadas para poder desplegar de manera efectiva la resiliencia emocional:
Desarrollar una mentalidad de superación y crecimiento
La mentalidad de superación siempre es un proceso interno en donde lo más importante es la comparación de la persona consigo mismo. En este punto, es indispensable olvidarse de los errores del pasado y de los defectos propios para enfocarse en las acciones del presente. “El aquí y el ahora” representa el instante más indicado para mejorar.
Aprender a poner límites
Decir “no” es absolutamente necesario para delimitar y ordenar correctamente el tiempo y la energía vital de una persona. A pesar de las posibles decepciones originadas por sus respuestas negativas, el individuo tiene más probabilidades de conseguir sus metas y alimentar su resiliencia si permanece organizado.
Identificar y regular las emociones
Tener el control de las emociones no significa evitar estar molesto o triste. En realidad, un buen manejo emocional implica el redireccionamiento más conveniente de dichos sentimientos. En concordancia, el individuo se vuelve capaz de expresar sus emociones apropiadamente cuando tiene un mal día sin ser desagradable con otros o consigo mismo.
Aceptar las imperfecciones
Todo el mundo comete errores, nadie es perfecto… El entendimiento de esta consigna universal sirve para encajar cualquier tropiezo en un trayecto cuando sucede. Por este motivo, las personas con fuerte resiliencia emocional no permiten que una imperfección les arruine el día. De ser necesario, se ajustan a la nueva realidad y buscan otras alternativas para continuar su camino.
Apartar tiempo para sí mismo
El cuidado personal es una cuestión indispensable en el balance emocional de todo ser humano. Esto incluye hacer ejercicios, respirar aire fresco, pasar algún tiempo en soledad, compartir momentos con los seres queridos y disfrutar de pasatiempos, entre otras actividades. Por ello, llevar un diario —o al menos tomar notas en una agenda de forma constante— contribuye a formar un panorama intrapersonal muy completo.
Celebrar los éxitos
La celebración de un evento que llene de orgullo a la persona puede servir como refuerzo (recuerdo) positivo ante un momento de adversidad. De igual forma, el individuo debe reconocer cuando es capaz de no perder el temperamento ante un suceso desafortunado, por más desesperante que sea.
Pedir ayuda
Solicitar ayuda no es una señal de flaqueza o debilidad, más bien es un rasgo de fortaleza. A decir verdad, una persona resiliente tiene la suficiente confianza para aceptar cuando es necesario apoyarse en otros. Adicionalmente, este tipo de acontecimientos los afronta como una oportunidad de aprendizaje y de afianzar lazos sociales saludables.
Aceptar los cambios
Existe un viejo proverbio hindú que reza: “lo único constante es el cambio”. Por esta razón, las personas resilientes aprenden a confrontar las adversidades con el propósito de sacar el mejor provecho de cada situación. De esa manera, es más probable habituar la mente a elaborar pensamientos constructivos sin importar las vicisitudes del entorno.
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