Don Luis Sterling revive una deliciosa tradición de pueblo en el puro centro de la capital
Una auténtica tradición de pueblo son los famosos frescos en bolsita, por esa razón, quizá usted piense ¡qué tiempos aquellos!, sin embargo, existe un lugar donde usted puede comprar aún estas sabrosas bebidas.
Don Luis Sterling, es un vecino de Patarrá que tiene 64 años, pero él no se cansa de levantarse todos los días a las 3 de la mañanita para organizar todas las frutas que se va llevar para vender.
Don Luis no tiene ningún restaurante, pero sí un punto donde todos sus clientes lo buscan todos los santos días: de lunes a viernes para comprarle un fresquito en bolsa en barrio Corazón de Jesús, en San José. Ahí en calle 34, detrás de la antigua Yanber, se ubica a la orilla de la calle.
Armar el puesto le toma media hora, así que don Luis llega a las 4 a.m., para poner la mesa donde coloca también las frutas que vende, hasta se hizo un invento para colocar, una sombrilla y que no se la vuele el viento.
Luego, pone un mecate de lado a lado, el cual amarra en un extremo de su carro hasta la sombrilla, esto lo hace para guindar las tajaditas de frutas que vende, es literal un tendedero de deliciosos pedazos de papaya, sandía o piña, de las que más de uno se antoja al pasar y verlas.
Una vez que coloca su puestito, inicia la venta de los fresquitos en bolsas, las tajaditas de frutas y de las ricas ensaladas que ofrece.
Don Luis tiene 8 años de vender en ese punto, y cuando inició jamás se imaginó el pegue que iba a tener.
“El primer día vendí dos bananos, me sentí muy mal, porque había hecho una inversión de 75 mil colones, compré unas 20 piñas, una caja de bananos, una de mangas y según yo, iba a vender todo y no fue así”.
Cuando inició con la idea llevaba algún tiempo sin trabajo, ya que había sido despedido, le habían pagado la liquidación y pensó en ponerse a hacer algo, así tuvo la iniciativa de vender las frutas.
“Yo trabajaba en una empresa de motores en Santa Ana, era agente de ventas y hacía la mensajería y cobros; por mi edad no conseguía trabajo, así que pensé que vender las frutas me iba ayudar a salir adelante”.
Tiene clientes que llegan en camiones, carros, motos y hasta a pata, ya que en los alrededores hay varias empresas, por lo que la mayoría de sus fieles compradores son personas trabajadoras que antes de entrar o en el tiempo del desayuno pasan para llevarse algo.
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El menú de las frutas
Todas las frutas que vende las compra bien frescas en el mercado Mayoreo, es tan aseado que lleva su propia pichinga de agua para lavarlas.
“Antes traía todo picado desde la casa, pero prefiero comprarlas y después ponerme a pelarlas para preparar las cajitas de las frutas y las tajaditas en sus respectivas bolsas para que cuando pasen los clientes, las tengan recién listas”.
Los frescos en bolsa que vende don Luis son toda una sensación, ya que son naturales, y de pura pulpa, de hecho, él mismo los prepara con sus manos.
“Desde el día anterior en mi casa los preparo, los congelo para que no pierdan su frescura, yo los hago como si fueran apretados para que durante el día se vayan deshaciendo”.
Hay de piña, papaya con piña, guayaba con piña, de frutas, hasta de agua de pipa, entre otros que pone a disposición durante el día.
Las frutas en tajada también van en su respectiva bolsita y vende, naranja, piña, papaya, sandía, guayaba, melón, peras, manzanas, bananos y más.
Precios regalados
Los frescos que sí o sí tiene que probar valen ₡500, y las ensaladas valen ₡1000, así de barato es lo que vende don Luis.
Las frutas en bolsas tienen precios regalados, por ejemplo: la naranja pelada cuesta ₡250. la piña, la papaya y la sandía ₡350, la guayaba picada con limón y sal ₡600, la manzana roja en ₡550 y la verde en ₡600.
Imagínese que un buen combo de una tajada de naranja, piña, papaya, más un banano le va salir en un rojito, hágale números.
Don Luis lo espera en su puestito de lunes a viernes, de 4 a.m., a 11 a.m., el único día que no lo va a ver son los martes por la restricción.
“Si tienen ganas de tomarse un fresquito en bolsa o disfrutar de una rica tajadita de piña o de alguna otra fruta aquí estoy yo para servirles”, señaló el agradable señor.