World News in Spanish

Rubén García: «Me explota la cabeza que no se normalice que a un hombre le guste otro hombre»

Abc.es 
Llega antes de la hora prevista a uno de los inmensos salones del Hotel Hilton, el lujoso alojamiento de Osasuna en Riad. Síntoma de la exquisita educación de un futbolista atípico. Antes de charlar, nos recalca que a él le gustan las entrevistas que van más allá del fútbol. Así de transparente es Rubén García (Xativa, 14 de julio de 1993), una persona enamorada de los perros, amante de los tatuajes y los eSports (es el CEO de 'Guasones'), y comprometida con el feminismo, los derechos LGTBI y las víctimas de las guerras: «Tenemos un altavoz muy potente y hay que aprovecharlo», dice a ABC horas antes de medirse al Barcelona en la segunda semifinal de la Supercopa de España. —¿Cómo fue su crianza en Xátiva? —El fútbol desde bien pequeño fue mi vida. Empecé a jugar en mi pueblo, y luego probé en el Villarreal y el Valencia antes de entrar en la cantera del Levante. En el Valencia no me fue bien. Me pilló un año alocado en el que no hacía nada de caso a mis padres. Tuve una adolescencia bastante rebelde. Con 13 años llegaba muchas veces a casa a las 7 de la mañana y mi padre me esperaba con una cara de perro hasta el suelo. Mi madre, para evitar que me pusiera un 'piercing' en la lengua, me dejó hacerme un tatuaje y me lo pagó. Fíjate si era rebelde. Así de mal me fue aquella temporada en la cantera del Valencia. Me sirvió para madurar y priorizar, y entender que el fútbol podría solucionarme mi vida y la de mi familia. Siempre estaré agradecido a cómo me educaron mis padres. «Tuve una adolescencia rebelde; con 13 años llegaba muchas veces a casa a las 7 de la mañana» —¿A qué se dedicaban? —Mi madre trabajaba en una gasolinera y apenas la veía. Fue mi abuela, que también vivía con nosotros (llegó a los 100 años) y tenía su pensión, quien me acabó criando. Mi padre trabajaba en una empresa de frutos secos. Éramos muy humildes. Yo he vivido en una casa antigua, estrecha y larga en la que siempre he tenido que compartir habitación con mi abuela o mi padre. Ahora que soy un privilegiado, le doy mucho valor. — Dice que cada vez que ha pasado algo importante en su vida, lo refleja en su piel. En su pierna derecha, tiene tatuados a los actores de Batman y a los dos Joker, y a Ragnar (Vikings). En el brazo derecho, animales, entre ellos una de sus perras, una staffy. En la nuca un diseño de geometría y un ojo. En el cuello peonías y un tigre japonés. En el pecho una representación de la historia de la humanidad y en el brazo izquierdo a su abuela. ¿Por qué la pierna izquierda está vacía? —No es casual. Es por mi abuela Herminia, que me dijo que tenía que cuidarme esa pierna. Pensamiento de persona adulta, de otro tiempo. Asoció que si me tatuaba la pierna izquierda pues igual no me iría bien en el fútbol. Un modo de verlo súper bonito que ha mantenido mi madre. Ahora ya estoy más tranquilo con los tatuajes. Rubén García, tatuado por todas partes menos por su pierna izquierda —Los perros son otra de sus pasiones. —Teníamos un mini patio en mi casa donde teníamos muchos animales. Gallinas, gatos, perros... Yo he llorado de niño cuando mis padres me han 'ocultado' que había muerto alguno de nuestros perros. Son clave en mi vida. Mire, acabo de hacer una mudanza larga y durante dos meses no he podido estar con mis perros, y no era yo. No me sentía buena persona. Necesito estar con ellos. —Viajó a Polonia, al poco de la invasión de Ucrania, para ayudar a un grupo de refugiados a venir a Pamplona. ¿Cómo fue aquello? —Mi vecino estaba haciendo esa labor, me lo contó y me dije ¿Por qué no lo hago yo? Y lo hice. Fuimos con mi chica, mi primo, amigos y conocidos. Jagoba me dio un día de permiso para ir y venir en apenas 72 horas. Fuimos cinco furgonetas hasta Polonia, nos turnamos para conducir, y nos llevamos un chico ucraniano que ya había ido y nos ayudó en todo. Lo organizó una chica polaca, que era importante por el tema del idioma. Cogimos a niños y mujeres. A la vuelta, en mi furgoneta teníamos una embarazada de siete meses, con su hijo de tres años, que al final acabó dando a luz en Pamplona. Al tiempo vino su marido y ahora viven todos ellos aquí. Era complejo todo porque al final coges a gente que tiene miedo e incertidumbre de no saber a dónde va. Al llegar a Pamplona les dimos de comer en mi casa, le hicimos sentirse acogidos y ya una vez allí distintas asociaciones de Pamplona ayudaron a encontrar un sitio donde estuvieran bien. Con el tiempo ves la recompensa de lo que hicimos. —¿Qué le pasa al mundo? —Queremos un mundo que no deje de avanzar y cada dos por tres nos damos contra la misma piedra. Hablamos de Ucrania, pero hay decenas de conflictos históricos que seguimos sin resolver. Los futbolistas vivimos en una burbuja, pero tenemos la obligación de ayudar en lo que podamos, aunque se nos escapen muchas cosas. Rubén García, en el entrenamiento de este martes C.A. Osasuna —¿Ustedes los futbolistas piden mucho y dan poco? —Lo importante es hacer, aunque te digan que es populismo, como me ha pasado cuando he hablado de los derechos de las personas LGTBI. Seguro que a alguien ayudas. Muchos futbolistas no son conscientes de la capacidad que tienen de ayudar a nivel social. Por ejemplo, cuando nos insultan en los campos. —Explíquese. —Mire, el otro día en Castellón escuché como, en un córner, me insultaba un niño que tendría unos siete años. Eso no es normal. Me hubiera gustado girarme y decirle a su padre que cómo puede permitir eso. Hace 50 años sería normal, pero eso no tiene que ser así. Eso nos tiene que chocar a todos los futbolistas y penalizarlo. Nosotros tenemos que hacernos respetar. Los futbolistas prefieren hablar cuatro cosas del fútbol, irse a su casa y hacer su vida. Y somos personas también. «Me sorprende negativamente que compañeros no hablen de esto (derechos LGTBI); podíamos dar un pasito adelante» —Habla de los derechos LGTBI. Un tema que le toca muy de lleno. Su hermano es homosexual. —Me explota la cabeza cuando veo gente que se asusta por haber ganado esos derechos, porque se normalice que cada persona quiera a quien quiera. No tendría palabras para decirles a esa gente. Es que me parece ya innecesario intentar convencerles. Estamos en un punto en el que este tema ya ha llegado a ser algo tan normal que me cuesta pensar aún que haya gente que no lo respeta. De verdad, me explota la cabeza que no se normalice que a un hombre le guste otro hombre. Le diría más. Me sorprende negativamente que compañeros no hablen de esto. Podíamos dar un pasito adelante. —¿Por qué no lo hacen? —Es miedo. El fútbol se asocia a macho, masculinidad, fuerza… Supongo que los homosexuales sentirán miedo y el qué dirán si digo que me gustan los hombres. Si a mí un compañero me dice que es homosexual, pues encantado. Pero hay compañeros que me han dicho que no sabrían qué hacer en el vestuario si sucede algo así. Pero, ¿en qué mundo vivimos? Hay que normalizar esto. —¿Si usted fuera gay, lo diría? —Yo creo que sí, pero es muy complicado. Mi hermano José (nueve años mayor que Rubén) nunca nos ha dicho a mí ni a mis padres directamente que es homosexual, pero eso se detecta en casa. En un ámbito masculinizado como el fútbol, me pongo en el lugar del futbolista que puede ser homosexual y es difícil. Desde mi posición es fácil decir que sí lo diría, pero yo creo que sería muy positivo que un futbolista homosexual lo dijera . Claro, también es cierto que le puede afectar, porque hay mucha gente que aún no acepta esto. El mundo del fútbol es un mundo retrógrado e, incluso, recibiría mensajes negativos e insultos. Entiendo que tengan miedo. «Entiendo el miedo que hay a confesarlo; el fútbol se asocia con macho, fuerza, masculinidad... es un mundo retrógrado» —También es un defensor del feminismo. De hecho, ha llegado a jugar en el 8M con las uñas moradas. ¿No cree que lo hemos politizado? —Cualquier mensaje que politice el feminismo y no se sienta de verdad, no me gusta. Los hombres somos clave y es positivo que se hable de feminismo y de igualdad. Vamos por el buen camino, siempre y cuando que no se utilice de forma negativa. Me preocupa que se politice, pero también que sea así en el día a día de las personas. Me quedo con que hemos avanzado mucho en el tema. —De todos estos asuntos que estamos hablando, Arabia tiene mucho que avanzar. ¿Confía en que sea así? —Pues tendría que estar aquí viviendo un tiempo, empaparme de esta cultura, conocer sus pensamientos, razones, día a día, rutinas y forma de entender la vida para saber por qué tienen ese freno con las mujeres, con los derechos LGTBI y muchos otros. Claro, viéndolo desde España, me parece otro mundo, pero tienen otra religión, otra cultura, y otra forma de relacionarse y ver la vida. Lo tengo que respetar, por supuesto, pero no lo comparto. Noticias Relacionadas reportaje No Fútbol El apagón de Gabri Veiga, el jugador de 21 años que vendió su futuro al agente Zahavi por cuatro millones de euros para acabar en Arabia Rubén Cañizares estandar No Rebrote del drama de los impagos en el fútbol: «Nos han engañado, comemos gracias a la ayuda de nuestras familias y amigos» Jorge Abizanda —Vamos a hablar de fútbol. —Vamos, pero le digo que me gusta más hablar de lo que estamos hablando que de fútbol. —Seis años en Osasuna y acaba contrato en verano. ¿No renueva? —Ha habido conversaciones informales, campechanas, pero no se ha hablado de la parte económica, sino de la personal. Mi novia es de Pamplona, está emprendiendo con 'From AM to PM', una empresa de prendas de ropa que ya no quiere la gente, y ella las rediseña y les da una segunda oportunidad. Entonces, aquí estoy muy a gusto, me he comprado casa, tengo calidad de vida, Osasuna para jugar al fútbol es perfecto, pero lo económico es clave, aunque muchas veces no queramos hablar de ello, y la parte deportiva también es importante, que se cuente conmigo en el proyecto. Priorizo quedarme aquí. El fútbol que se respira en el Sadar ya casi no se respira en ningún sitio. Me gustaría haber cerrado este asunto ya, pero estoy tranquilo y estable. Está más nervioso mi entorno. Mi rendimiento está ahí y no creo que me falte trabajo a partir del 1 de julio. Soy una persona experimentada y si me tengo que ir de aquí sabré adaptarme a dónde vaya a jugar. «En la Supercopa nos tratan como un complemento. Si fuera el presi, estaría enfadado: entiendo la diferencia económica, ¿pero tanta?» —¿Qué le parece que Osasuna venga a Arabia y gane bastante menos dinero que Madrid, Barcelona y Atlético? —Somos un complemento de la Supercopa. No somos protagonistas. Si fuera así se compartirían los beneficios. Nosotros no nos sentimos así, pero si miras la parte económica, lo parece. Vale, generamos menos que estos tres equipos, pero si yo fuera el presidente de Osasuna me enfadaría. Es una competición reducida y somos igual de importantes que estos tres equipos. ¿Tiene que haber diferencias por lo que hemos hablado de generar? Vale. ¿Tanta? Igual no. A lo mejor es que ni le compensa a Osasuna estar aquí, aunque nos lo hayamos ganado por méritos deportivos. —Para ganar la Supercopa hay que tumbar en tres días al Barça, y luego al Madrid o al Atlético. ¿Es posible? —Es verdad que no nos pilla en nuestro mejor momento, sobre todo de sensaciones, pero creo que también somos un grupo que en este último año y medio ha competido en partidos grandes. Partidos que ni los jugadores ni el club estábamos acostumbrados. Ahí está la final de Copa, que estuvimos cerca del empate. Vale, no estamos en nuestro auge, pero a nivel competitivo no creo que nos vayan a pasar por encima. El Barça es el Barça, pero llega en un momento parecido al nuestro. Tampoco tienen esas sensaciones buenas y creo que es un momento para poder competir con un Barça que no está dulce. Cada vez estamos más cerca a nivel colectivo a la hora de competir contra estos clubes. Estamos convencidos que podemos ganarles. Me veo con muchas opciones de llegar a la final.

Читайте на 123ru.net