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Trump se da un paseo en Fox News mientras Haley y DeSantis se despellejan en CNN

Abc.es 
Los dos principales candidatos republicanos a la presidencia de EE.UU. se midieron la noche del miércoles (madrugada del jueves en España) en una contienda de lo que en esta orilla del Atlántico se conoce como 'split screen', 'pantalla partida'. Ron DeSantis, gobernador de Florida, y Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora de EE.UU. ante la ONU, comparecieron en la cadena CNN en el debate entre candidatos republicanos. A la misma hora, Donald Trump , que volvió a boicotear el debate entre candidatos de su partido, se presentó en un encuentro televisado con votantes en Fox News. La velada ocurría en un momento clave para las primarias, la última cita entre candidatos antes de que comiencen las votaciones en primarias con los caucus de Iowa , donde se celebró el debate y el encuentro con votantes, del próximo lunes. Las dos retransmisiones solo reforzaron la dinámica que se ha visto hasta ahora en la campaña y que favorece a Trump, el gran favorito para ser el nominado republicano y que manda con solvencia en las encuestas en Iowa y más allá: el expresidente se dio un paseo en la cadena que más sigue el electorado republicano, mientras que Haley y DeSantis se despellejaron en CNN, una plataforma odiada por muchos votantes del partido. Los dos candidatos se enzarzaron en acusaciones constantes desde el comienzo . Sobre todo, se llamaron «mentiroso» el uno al otro. Se echaron los trastos por sus opiniones en impuestos, en política migratoria, en relaciones internacionales. Pelearon por demostrar quién era más incoherente, quién más insolvente en su gestión como gobernador. DeSantis acusó de forma reiterada a Haley de estar al servicio de los donantes republicanos. Ella le replicó que lo que pasa es que está «enfadado» porque estos donantes le abandonaron a él para irse con ella. Haley se mofó de la mala gestión de la campaña de DeSantis , que ha despilfarrado millones, y le abroncó por ser tolerante con el antisemitismo en su estado. Él dijo que ella era más liberal que los «demócratas» y, tras escuchar sus propuestas económicas, le espetó que «no necesitamos una contable en la Casa Blanca, necesitamos un líder». Se repitió la paradoja de anteriores debates republicanos y, en realidad, de toda la campaña. Haley y DeSantis parecían ponerse la venda con la realidad de las primarias : Trump es el rival a batir, les saca una distancia que parece insalvable en las encuestas. En Iowa, donde DeSantis -sobre todo- y Haley han invertido muchos esfuerzos, Trump está a más de treinta puntos en los sondeos y sin haber hecho apenas campaña en el estado rural del Medio Oeste. DeSantis y Haley, como la gran mayoría de candidatos republicanos, han tratado a Trump con guante blanco . Tienen miedo de contrariar a su considerable base de votantes fieles y de ser el objetivo de los ataques del expresidente. No está claro cómo esa estrategia puede llevarles a la nominación republicana -¿un descalabro de Trump cuando se le acumulen las batallas judiciales?-, pero en la noche del miércoles, apenas la modificaron. La agresividad que se mostraron el uno con el otro se la ahorraron a Trump. En varias ocasiones, se escudaron en decir que el expresidente debería estar en el debate para confrontarlo. DeSantis tardó 82 minutos de debate en lanzar un ataque reseñable contra Trump. «Estás al servicio del pueblo, no mandas sobre el pueblo» , criticó el gobernador de Florida. También recordó a los votantes republicanos lo obvio: que nominar a Trump podría ser peligroso para el partido si el expresidente resulta condenado en alguna o varias de las cuatro causas penales que le persiguen. Haley fue todavía más comedida y solo repitió el librillo de campaña sobre Trump y el asalto al Capitolio , con la frase repetida de que «para él fue un día precioso, para mí fue un día horrible». La única novedad es que reconoció, contra lo que piensan muchos republicanos, que Trump perdió en 2020 ante Joe Biden, lo que va contra el dogma del 'trumpismo'. Mientras Haley y DeSantis enturbiaban su debate -muchos espectadores se irían sin buena imagen de los dos-, Trump disfrutaba en su retorno a lo grande en Fox News , la que fue su 'cadena amiga' desde años y con la que habían tensado las relaciones desde la derrota de 2020. Donald Trump durante su entrevista en Fox News El expresidente se enfrentó a algunas preguntas complicadas de los periodistas y de los votantes, pero salió airoso, como era previsible. En su estilo populista, claro. Dijo que la bolsa va bien porque él está arriba en las encuestas . Deslizó que EE.UU. solo mantendrá sus compromisos con la OTAN si los socios «nos tratan bien». Alardeó de los jueces conservadores que colocó en el Tribunal Supremo durante su presidencia. Se rió de la carrera como pintor de Hunter Biden, el hijo díscolo del presidente, al que acusa de estar en una trama de corrupción con su padre. Se puso interesante al anunciar que ya tenía elegido un candidato a vicepresidente, sin dar pistas del nombre. Bromeó con los espectadores, algunos le decían que le amaban en los cortes publicitarios. Rebajó los comentarios sobre «represalias» a sus enemigos políticos cuando regrese al poder y sobre actuar como un «dictador» en su primer día en la Casa Blanca. Frente a la cautela con él de sus rivales en CNN, Trump dijo de DeSantis, que es de origen italiano, que si no fuera por su apoyo en su candidatura a gobernador de Florida «estaría sirviendo pizza». Antes del debate, compartió teorías infundadas que cuestionan el acceso a la ciudadanía estadounidense de Haley, hija de inmigrantes indios. La noche de 'pantalla partida' acabó como una oportunidad perdida para Haley y DeSantis . Los zarpazos del final del debate contra Trump parecen insuficientes para hacer mella en el expresidente. Como también dicen en esta orilla: 'Too little, too late'. Demasiado poco y demasiado tarde.

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