Omar Estacio Z.: ¿Y las garantías para elecciones libres en Venezuela?
El reclamo, firme, acre, lo leímos en un enjundioso trabajo, suscrito por el periodista Eugenio Martínez: “No se han concretado las garantías para las elecciones en Venezuela”. Cabría agregar que tales garantías aparte de no haberse concretado, hasta la presente fecha, quizás, no se concreten, jamás.
“Cuando vayas a comer con un tramposo, cuida de llevar, cuchara larga”.
En la liberación de diez ciudadanos norteamericanos, presos o secuestrados por el desgobierno de Venezuela, a cambio del indulto concedido por el presidente Joe Biden a Alex Saab supuesto testaferro de Nicolás Maduro, se siguió, al pie de la letra, la sabiduría de los viejos pobladores de la península escandinava, según la frase transcrita, líneas arriba. El dando y dando, de los excarcelados, se ejecutó, cual guión de algunas de las películas sobre Capone y otros capos: En la cabecera de pista del aeropuerto internacional de San Vicente y las Granadinas. Muy por el contrario, no sabemos, si por ingenuidad, colusión o porque fueron víctimas de presiones irresistibles del gobierno de EE. UU. y/o de la cleptotiranía entronizada en Caracas, la representación de la disidencia venezolana, se presentó a las llamadas jornadas de Barbados del 17 de octubre del año pasado, con cuchara corta.
Hasta el momento de escribir la presente crónica -jueves 11 de enero de 2024, filo de las 1:03 de la madrugada- es decir, casi tres meses después del citado intercambio de excarcelados, persiste en el más absoluto secreto, la respuesta enviada por la Contraloría General de la República, a la Sala Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela, TSJ, a objeto que esta último dictamine, con carácter previo, si admitirá o no admitirá, para después, en el menos obstructivo de los casos, sentenciar, no se sabe cómo, ni cuándo, la demanda de María Corina Machado, contra su espuria inhabilitación política. Peor, las evasivas, en perjuicio de 300, o más presos políticos, supuestos a estar con sus familias, al día de hoy, pero que aún se pudren en las ergástulas de la tiranía.
Esa butifarra normativa, con el remoquete de Constitución Bolivariana, que ni siquiera fue redactada por venezolanos, porque Chávez, cipayo, como nació y murió, se la encomendó a un par de tarifados españoles, establece que los ciudadanos tenemos derecho a estar informados oportuna y verazmente de las actuaciones de los organismos públicos, en las que estemos directamente interesados. Pero en la RoboLución, la única ley es que no hay ley. Y la única palabra de honor es que tampoco hay honor. Así que a los más de dos millones de venezolanos que votaron de manera abrumadora por la señora Machado, para representar los anhelos de cambio, se les regatea lo mínimo: conocer los pretextos esgrimidos por la Contraloría en su aludida respuesta.
Al día siguiente de la firma de los referidos acuerdos, le fueron aliviadas al desgobierno de Maduro, las sanciones que más le dolían a este último, impuestas años atrás, por la Oficina de Control de Activos Extranjeros, OFAC, (sus siglas en el idioma inglés), adscrita al Tesorería norteamericana. Los “aliviados” Maduro y pandilla, desde entonces, han estado exportando al territorio del Tío Sam todo el Excremento del Diablo que pueden. Cuchara larga a favor de los usurpadores del Poder en Venezuela.
En cuanto a EE. UU., cualquier aporte, pro descenso del precio de la gasolina en dicho territorio ¡Bienvenido! Mayormente, en medio de la encarnizada lid electoral entre el presidente Biden y Mr. Trump, su más feroz adversario. Cuchara muy larga, también, a favor del vituperado imperialismo yanqui.
¿No se han concretado, ni están a la vista de concretarse, las garantías básicas para elecciones medianamente confiables, en Venezuela previstas para el último trimestre de 2024? ¿Y el destino de nuestros presos? ¿La disidencia ahora tiene que mendigar, lo que ha debido cobrar de contado? Cuchara corta para las exigencias libertarias.
Urge el reclamo, firme, persistente, de la aplastante mayoría de los venezolanos por la satisfacción de aspiraciones tan elementales. Urge, además, el establecimiento de las responsabilidades políticas, individuales y/o colectivas, por los hasta ahora, desiguales dividendos de los acuerdos de Barbados.
@omarestacio