DNU ultraviolento, diría la canción, ¿y ahora qué pasa?
Súper embestida ultraviolenta para intentar cambiar la miseria del país con un DNU y Ley Ómnibus que trae cola en múltiples sectores, pero que la sociedad eligió con el voto. ¿Qué es lo correcto? ¿Y ahora que pasará?
Cuando la necesidad económica se lleva puesta derechos adquiridos, ¿hablamos de legalidad?, ¿justicia? Escapar de un cambalache para salir a flote llevó a múltiples acciones, ¿tendrá buen resultado? La sociedad lo volverá a decidir no en quince años, sino en cuatro. Es necesario el consenso de todos.
Si tuviéramos que recorrer los puntos que hacen ruido, algunos podrían ser necesarios y acertados. Pero cuando el impulso por escalar en el naufragio, abrazados en apoyos que pueden abrirse con el tiempo, o una hecatombe social que no se podría asegurar que no lleguen, rondan en el aire, debería el más alto mando cuidar su espalda y hacer una introspección. Hasta dónde llegar y en favor de quién: la Nación Argentina debería ser prioridad.
Se votó de forma democrática, ¿pero hablamos de libertad cuándo se infringen o eliminan las leyes establecidas?
Debemos ver todo con la balanza de la dama de la justicia, sin olvidar lo indispensable, no relegar a los más vulnerables, las personas con cualquier discapacidad, los olvidados, autistas, que aún insisten por hacer valer sus derechos en una sociedad que los convierte en invisibles, juzgando con el dedo quién sí y quién no. En qué situación quedarán ante esta férrea pelea. ¿Serán nuevamente olvidados o llamados a la convivencia? El más alto poder, ¿puede sentir identificación con el sector y obrar para potenciar todos los derechos fundamentales?
Qué sucederá con los pagos desactualizados y atrasados, hay personas con discapacidad que no pueden esperar. ¿No es urgencia el sector más golpeado? ¿Seguiremos con el 80 % de esta comunidad desempleada o sin accesos y derechos violados?
Hablar de autodeterrminación, ¿pero es libertad anular la cultura de un país? Si bien muchas cuestiones de cambio son necesarias, cerrar el Fondo Nacional de las Artes, organismo autárquico, ¿es en favor de quién?
El Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, único en clase A de Latinoamérica, vidriera de la cultura y ventas, ¿por qué ponerlo en riesgo? Necesita proseguir en libertad y con apoyo para garantizar su funcionamiento.
Qué sucederá con los pagos desactualizados y atrasados, hay personas con discapacidad que no pueden esperar. ¿No es urgencia el sector más golpeado? ¿Seguiremos con el 80 % de esta comunidad desempleada o sin accesos y derechos violados?
ENACOM (Ente Nacional de Comunicaciones), es tan carente en sus finanzas como para necesitar anular una ley y desfinanciar al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales. Cortar la libertad de producir a una industria no engrandece al país ante el mundo.
Cuando los legisladores se sienten a debatir cada punto de la ley ómnibus, esperemos verlos hacerlo con el ejemplo, ellos que representan la parte más ilustrada de la sociedad, en un debate respetuoso en favor de los argentinos, dejando de lado fanatismos. No defendiendo una ideología, sino a un pueblo. Aceptando lo que es necesario para progresar, gobernar, pero defendiendo lo que es justo. No se trata de ser central, sino de mantener el pulso para sostener, por una vez, la balanza de la justicia.
¿Y ahora qué pasa? Esperemos que todo se acuerde en paz, con inteligencia y siempre por el bien de las personas.