Una devastadora borrasca atlántica ha azotado durante la primera semana de enero una gran parte del territorio de
Nottingham, en las EastWidlands del Reino Unido. Las intensas lluvias han inundado muchas zonas de la ciudad, especialmente Lady Bay, un área de West Bridgford, en
Nottinghamshire, donde tiene su estadio el equipo de rugby en la ribera del río Trent, no muy lejos del
City Ground, donde juega el
Nottingham Forest. Los destrozos y pérdidas por las inundaciones han sido cuantiosos. Y, como si fuera una consecuencia más de ese inesperado diluvio, otro tipo de ‘tormenta’ también amenaza al histórico club de fútbol, el Forest. Igual que le ocurriera al
Everton hace algunos meses, sancionado con 10 puntos, los ‘tricky trees’ se enfrentan, con ansiedad y preocupación, a una posible penalización por incumplimientos financieros de las Reglas de Rentabilidad y Sostenibilidad (PSR) de la Premier League.
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