World News in Spanish

‘El tema electoral, mi campo de acción’

Heidi Osuna y su padre eran cautivos de noticias. Un poco por gusto y otro tanto porque así lo exigía la vida en Los Cabos, el paraíso que entonces estaba prácticamente aislado del país. Los huracanes obligaban a prepararse: había que comprar provisiones para casas y negocios y cargar de gasolina coches, camionetas y vehículos de carga.

Heidi Osuna y su padre amaban la vida en Cabo, pero su madre y sus hermanas no tanto. Por eso no fue tan problemática la decisión familiar de moverse a México cuando se aproximaba el momento en que la mayor de las tres iría a la universidad. El padre tenía la convicción de que sus hijas merecían posponer un matrimonio joven si se quedaban en el norte. Sus hijas merecían mejores opciones de estudio y desarrollo. Además, las familias de Cabo solían partirse cuando llegaba ese tiempo. Los hijos se iban a Guadalajara o a Monterrey, los padres se quedaban y las familias se apartaban por años. Así que se mudaron. “Nuestros mejores amigos, los más entrañables, siguen en Los Cabos y mi papá y yo siempre buscamos verlos y mantener contacto con ellos”.

En los años 70, originarios de Sinaloa, los Osuna se instalaron en Los Cabos. Compraron un cámper y un terreno frente al mar. Entonces había un par de miles habitantes. “La mayoría llegó sin familia, así que hicimos familias de amigos”. Osuna atendía la caja en los restaurantes de su padre los fines de semana. Era buena para las matemáticas, pero se inclinaba por la comunicación y la política. “Mi papá coleccionaba la revista Proceso y veíamos Eco a la hora de la comida”.

En la Ciudad de México, su padre, contador de profesión, entró a trabajar a Berumen, la encuestadora de un pariente. “Ahí supe qué era una encuesta y que combinaba lo que me gustaba hacer”, cuenta Osuna, que también trabaja ahí en las vacaciones, desde los 16 años. Después estudió Ciencia Política en la Universidad Iberoamericana. La del 2000 fue su primera elección presidencial y la primera encuesta de salida en la que participó.

En Berumen, Heidi Osuna recorrió todos los puestos. Fue parte de los equipos de codificación, de captura y de procesamiento. Hizo monitoreo de campañas electorales que exigía el INE, y también inventarios de spots. Se tituló y trabajó en la Cámara de Diputados, aunque volvía a Berumen en cada temporada electoral. Después se graduó de la Maestría en Elecciones y Dirección de Campañas en la Universidad de Fordham, en Nueva York, y trabajó en la encuestadora de un medio de comunicación, pero a distancia y traduciendo cuestionarios. Se movió a la campaña de Adriano Spaillat para el Senado de Nueva York, como directora de prensa y encargada del voto latino. Entonces, era una intensa consumidora de medios, pero no tenía experiencia en ese campo. “En Estados Unidos no te limitas en campaña al comunicado de prensa; lo más importante es conseguir los endorsements de los medios de comunicación. Conocer todo ese proceso fue muy, muy enriquecedor”, dice.

Spaillat ganó la elección primaria y contrató a Osuna para la elección general, que estaba ganada “porque se trataba de un candidato demócrata que pasaba de la diputación local al Senado local. Entonces nos dedicamos a ayudar a los candidatos demócratas donde la tenían más complicada o donde al menos no estaba tan abierta; ayudamos a candidatos a alcaldes, al candidato a gobernador en distritos más cerrados”.

Sigue Osuna: “En esa campaña sí pude ver encuestas y eso me ayudó mucho a entender los tiempos tan cortos del político, las necesidades de la campaña misma y de los distintos actores, las necesidades de la prensa, de quien recauda, del estratega, hasta del escritor de discursos”.

Spaillat la contrató para el Senado, pero Osuna pronto decidió volver a México. “Mi jefe no lo podía creer; me decía que yo era de las pocas mexicanas que habían logrado ser funcionarias en el Senado estatal, que tenía un camino abierto, pero yo pensaba que me iba a tardar 30 años en convertirme en asesora del presidente de Estados Unidos, y en México me tardaría menos en asesorar a un presidente. Fue difícil, pero creo que fue la mejor decisión que pude tomar”.

Volvió a Berumen y recibió una oferta para integrarse a la campaña de Peña Nieto, vía la Fundación Colosio, donde organizaba foros y era el vínculo del candidato con la academia y con algunos medios de comunicación. Después, laboró brevemente en comunicación social de Pemex y más tarde en Presidencia, en el desarrollo de la estrategia digital. “Me pareció una buena oportunidad para aprender a trabajar en el equipo del presidente”.

En 2016, pasó lo insospechado: “Mi esposo, que es empresario, cobró una deuda con una empresa encuestadora. Se la dejaron con todo y empleados. Empecé a ayudarlo vía Berumen”.

Ambos terminaron asociándose, y Heidi Osuna dirigiendo Enkoll. “Berumen a final de cuentas era una empresa familiar, que siempre es difícil de manejar, y mi tío siempre me impulsó, pero nunca me ofreció una sociedad. Yo no quería convertirme en su competencia, así que lo hablamos y pensamos cómo reforzarnos mutuamente y cómo colaborar. Monté cámaras de Gessel para hacer estudios cualitativos, pero todos los clientes me pedían cuantitativos. Todo ha sido muy abierto entre mi tío y yo, tenemos muy buena comunicación”, cuenta.

Encuestas de opinión son lo que Osuna realmente disfruta y sabe hacer. Hoy ése es el fuerte de Enkoll. “Siempre quise dedicarme a las encuestas, era algo que daba por sentado porque ahí estaba Berumen. El tema electoral siempre ha sido mi campo de acción”.

Читайте на 123ru.net