Argentina: Liberan a detenidos de una “célula terrorista” que nunca existió y fue invento de un mitómano
Un peluquero, un profesor de ping pong y un falso agente encubierto de los Estados Unidos habían sido anunciados por la ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, como los supuestos integrantes de una “célula terrorista” que había sido desarticulada, en un anuncio rimbombante hecho por la mencionada jerarca.
En un extenso dictamen de 22 páginas, la jueza María Eugenia Capuchetti afirmó categóricamente que no existen pruebas que incriminen al peluquero, al jugador de ping pong ni al mercenario mencionados por la ministra en la presunta conspiración para llevar a cabo un atentado en Buenos Aires.
El caso, inicialmente revelado por el medio local Página/12, puso al descubierto una a una todas las evidencias que desacreditaban la fundamentación de la causa.
El espectáculo antiterrorista orquestado por Bullrich resultó ser un bochornoso despliegue que culminó en un grave escándalo. La narrativa ideada por la ministra fue desmontada finalmente por la jueza Capuchetti en un fallo detallado de 22 páginas que condujo a la liberación de los presuntos terroristas: un peluquero de Avellaneda, un jugador de ping pong y un extravagante individuo del microcentro que presumía ser mercenario y agente de la Embajada de Estados Unidos.
En las investigaciones de tramas terroristas, expertos en todo el mundo aconsejan mantener siempre un perfil bajo hasta que se capture toda la red, pero Bullrich optó por todo lo contrario: convocó a una conferencia de prensa el 3 de enero para anunciar de manera estruendosa la detención de una célula que supuestamente preparaba un atentado similar al de la AMIA.
“Se obtuvo una información de inteligencia brindada por una conjunción de elementos tanto de Estados Unidos como de Israel y de un miembro de Gendarmería que ha sido formado en antiterrorismo de parte de sus pares de Colombia”, dijo Bullrich en esa ocasión. Luego afirmó: “Las tres personas están vinculadas —por los tres detenidos— y sabíamos que llegaban en distintos vuelos y que estaban a la espera de un paquete de Yemen”.
Minutos después, el vocero presidencial, Manuel Adorni, no perdió la oportunidad de felicitar a la ministra en nombre de Javier Milei. Ante la denuncia de este diario y tras una investigación de 15 días, la Justicia no tuvo más opción que concluir que “no hay pruebas” del extravagante complot urdido por la ministra. En consecuencia, el peluquero, el jugador de ping pong y el falso mercenario recuperaron su libertad.
Sin pruebas, sin paquete, sin célula terrorista
La causa comenzó caratulada ante la Justicia argentna como “averiguación de delito” y los detenidos terminaron acusados de “integrar una asociación criminal trasnacional de existencia ininterrumpida en el tiempo que se dedica a la organización y perpetración de atentados terroristas”.
El folder de la causa también decía que “registraría actividades en distintos países de la región, en particular Colombia, desde donde se habría organizado la perpetración de un ataque —presumiblemente, con explosivos— a un inmueble localizado en el ámbito de esta ciudad vinculado a la colectividad judía”.
Diversos peritajes a los teléfonos de los detenidos descartaron totalmente toda sospecha hacia ellos. Según publica eldiarioAR, el profesor de tenis de mesa es de nacionalidad colombiana pero de ascendencia siria, mientras que el peluquero es argentino y reside en el Gran Buenos Aires. Los teléfonos de ellos, como el del mitómano, que decía ser un agente de los Estados Unidos, no mostraron que estén vinculados entre sí.
Los primeros dos habían quedado detenidos porque, presuntamente, iban a recibir un paquete con fines terroristas desde Yemen, pero dicha encomienda nunca llegó, y se empezaron a encontrar varias incongruencias y contradicciones.
“En efecto, no se pudo corroborar la existencia de la supuesta encomienda —el paquete— que iba a llegar al país y que fuera aludida en la información que dio inicio a esta investigación”, afirmó la magistrada.
“De momento, no se ha incorporado elemento de prueba que permita corroborar la hipótesis investigada y que formó parte de la imputación mencionada. En efecto, la situación de los nombrados plantea una serie de interrogantes que aún deben esclarecerse para dictar una decisión conclusiva en alguno de los sentidos dispuestos por el ordenamiento ritual”, sostuvo la jueza Capuchetti en su resolución.