Así son ‘Las hijas de Neptuno’, la comparsa infantil que ha cautivado a España… aunque ellas no lo saben
Los jovencísimos componentes de la comparsa Las hijas de Neptuno se han convertido en protagonistas de la fase preliminar del Concurso de Agrupaciones del Carnaval de Cádiz (COAC) 2024 con una letra dedicada a las lenguas cooficiales. Desde todos los rincones del territorio nacional se compartió el vídeo de su actuación con comentarios elogiosos, hasta convertirlo en fenómeno viral. Pero lo cierto es que ellos no se han enterado, pues por su edad casi ninguno tiene acceso al teléfono móvil.
“Qué arte tiene Cádiz y qué mensaje tan bonito. Más escuchar con el corazón y menos con la maldad”. "Estos niños entienden mejor España que la mayoría de españoles. Las lenguas cooficiales son patrimonio y riqueza". “Qué necesarios son este tipo de mensajes en estos momentos de discursos hiperbólicos y enfrentamientos políticos. El carnaval de Cádiz como puente entendimiento entre las lenguas y los pueblos de nuestro país”. “Frente al odio, amistad, respeto y cariño para las lenguas y los pueblos de todo el estado”… Mensajes como estos han ido difundiéndose masivamente en las redes desde la actuación de los niños.
Detrás de Las hijas de Neptuno se encuentra Jesús Bienvenido, un talentoso autor de Carnaval que solía participar en el concurso de adultos, pero que en 2017 dejó de escribir para el Gran Teatro Falla. "El concurso no me gustaba. Salía un año, al siguiente dejaba de salir… No lo pasaba bien, la verdad. Dejé mi trabajo como profesor para dedicarme por entero a la música, pero el Carnaval es demasiado absorbente. Trabajar con adultos es bonito, pero bregar con adultos no. Además, a mí me gustaba controlarlo todo, la letra y la música, la afinación, el tipo… Era como si me fuera a casar todos los años, una boda detrás de otra".
Hasta que sus dos hijas, Lola y Carmen, hoy de 9 y 12 años respectivamente, le dieron la idea de crear una comparsa infantil. Empezaron hace dos años probando suerte con una formación callejera, La Serpentina, y el año pasado debutaron en el Falla con un primer premio para La última savia. “Yo sabía que en algún momento me iba a tocar escribir para mis niñas”, sonríe Bienvenido. “Yo soy autor, su madre sale también en agrupaciones callejeras, pero no creas que en casa se vive el carnaval durante todo el año. Sí lo viven ellas mucho, les gusta y a sus amigos también, así que no tuve escapatoria”.
Las hijas de Neptuno no es una agrupación cualquiera por varias razones. Para empezar, sus componentes son de procedencia diversa: un chipionero, dos cañaíllas [naturales de San Fernando], tres de Chiclana, varios naturalmente de la capital gaditana… “Somos la Diputación de Cádiz”, bromea Bienvenido. Pero además la mayoría son hijos de conocidos artistas y gente del arte de Cádiz, desde el hijo del muy solicitado técnico de sonido Chipi Cacheda a vástagos del Coro de la Viña o del cuarteto de Javi Aguilera.
En algunos casos, ambos progenitores se dedican al arte. Es el caso del pianista Jesús Lavilla, acompañante de figuras como Martirio, José Manuel Soto, Rosana, Javier Ruibal, o Pasión Vega, entre otros, y Milián Oneto, colaboradora de la Cadena Ser y la primera mujer en la Historia del Carnaval en llegar a una final y conquistar el primer premio en la modalidad de comparsas. Sus mellizos Pablo y Jesús, de 10 años, integran la comparsa. “Desde muy chicos disfrutan de la música; con dos padres músicos tenían muchas papeletas, pero no les hemos inculcado nada”, aseguran.
También es el caso de los conocidos cantaores David Palomar y Anabel Rivera, cuyo hijo Jesús, de 12 años, forma parte del grupo, además de dos sobrinos. “Todo empezó porque en Cádiz había un proyecto llamado Carnaval en la Escuela, donde desde chicos llevaban a niños al Falla para que probaran la experiencia del escenario. Pero nosotros preferimos no darle consejos a nuestro niño, salvo por el hecho de que, conforme se van haciendo mayores, empiezan a tener más vergüenza. Pero ellos van a echar el rato con los amigos, aprender algo, no saben mucho del concurso, pasan de los premios… Van a jugar”.
Tan es así, que la comparsa ensaya en una ludoteca, y según Bienvenido “al cabo de un rato, están deseando descansar para jugar un rato con las cosas que les rodean”. Pero nadie dice que la diversión esté reñida con el aprendizaje. El dato de que Jesús Bienvenido fuera maestro durante 20 años, y además, de música, no es baladí. “El carnaval, además de la música, puede ser una escuela en valores. Yo intento ajustar las temáticas de las letras a lo que trabajan en la escuela, desde el respeto al Medio Ambiente, que este año es visto por unos habitantes del planeta Neptuno, hasta la cuestión de la riqueza que suponen las lenguas cooficiales, que se enseña en Primaria y Secundaria, pero luego a nivel política suscita las controversias que hemos visto este año”.
“Aprenden a ser plurales, éticos, a vivir en un mundo donde tengamos cabida todos, y a la vez aprenden la raíz del carnaval, lo que son de verdad nuestras fiestas”, comentan Palomar y Rivera, mientras que Lavilla es aún más explícito: “Imagina lo que significa para todos reunirse por las tardes para cantar, para hacer música, con compañeros de diferentes índoles, teniendo que aprender a respetarse… A colaborar en equipo. No sé cómo lo consiguen, pero tener a mis hijos concentrados dos horas sin pretender hacer el gorila, es toda una hazaña. Por eso creo que para ellos es súper importante el compromiso que les ‘impone’ esta aventura, y la disciplina que les ofrece”.
“Por no hablar de la parte musical, con la que están aprendiendo a cantar en grupo, teniendo que concentrarse para no desafinar mientras que otro compañero hace una segunda voz, por ejemplo, están también aprendiendo acordes nuevos en la guitarra gracias a Jesús, a dialogar con la música; en definitiva, a ser mejores personas”, agrega Lavilla.
Las hijas de Neptuno, además, tienen la característica de ser una formación mixta, lo que permite imaginar un futuro Carnaval gaditano sin distinción de sexos. “Es algo que se ha asumido con normalidad, en Cádiz ni siquiera se comenta ya eso. Quizá cuando crezcan pueda ser más problemático, porque ahora tienen todos voces blancas, pero cuando cambia la voz hay que empastar unas y otras. Pero quienes vienen de abajo están en condiciones de hacerlo mejor: mira por ejemplo, cómo sonaban los primeros coros mixtos de Adela del Moral, y cómo suenan los de ahora”, dice Bienvenido.
Con 21 componentes que van rotando, pues las bases del concurso del Gran Teatro Falla solo permite a 15 cantantes en escena, el director quiere también promover un cambio en ese sentido: “No es fácil decidir quién sale y quién entra, y nos gustaría que se revisaran esas bases al menos en la categoría infantil, pues creemos que no hace ningún mal el hecho de que haya componentes de más, y ayuda a que más niños participen de la experiencia”.
Sobre el pasodoble de las lenguas cooficiales, Bienvenido afirma que “estuvimos trabajando la pronunciación por separado varios días, y la verdad es que es increíble lo rápido que lo pillan todo… lo bueno y lo malo también, por eso hay que llevarlo todo muy atado”.
Lo que es seguro es que la repercusión del citado pasodoble ha sido una sorpresa para todos. “El carnaval es un medio que llega a mucha gente. Con La última savia tuvimos también mucho éxito con un pasodoble dedicado a los maestros y las maestras, nos escribió mucha gente de toda España para felicitarnos, pero por whatsapp. Lo de este año ha sido mucho más espectacular, se ha difundido mucho por las redes. Pero ellos no se han dado cuenta, salvo alguno que se ha enterado por sus padres. Creemos que es mejor así, se trata de que se diviertan y aprendan a escribir, a tocar instrumentos y a interpretar”.