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Busan proyecta un futuro sostenible: nuevo aeropuerto internacional, islas flotantes, ciudades inteligentes y transporte verde

 La transformación de Busan, la segunda ciudad más importante de Corea del Sur, parte de una visión a largo plazo para establecerla como el centro de futuras tendencias globales como la inteligencia artificial, blockchain y sostenibilidad energética.

A su vez, su puerto es el segundo "hub" de transbordo más grande del mundo, al encontrarse en la ruta marítima principal que conecta Europa y el continente americano. El puerto de Busan es un destino en constante evolución, y su influencia en la economía global y en la cultura local es innegable.

Con eje integral en soluciones de cooperación, renovación sustentable y educación, Busan, lejos de rendirse tras la noticia de que no fue elegida como sede de la Expo 2030, impulsa numerosos proyectos y promueve las alianzas internacionales para afrontar desafíos globales.

Entre los programas para los próximos años, Busan ya construye un nuevo aeropuerto internacional para 2029, pensando en rutas directas con Estados Unidos y América latina y la activación de negocios; islas flotantes para dar soluciones habitacionales autosuficientes y medios de transporte ecológicos.

Busan ya es un líder industrial mundial, cuya industria manufacturera, de buques y logística es uno de las más importantes. Ahora, el nuevo proyecto de la ciudad es convertirse en un polo financiero y aplicar las nuevas tecnologías financieras. En este sentido, la transformación digital es una de las tareas primordiales. Así, junto a IBM se encuentra desarrollando tecnología blockchain.

"Queremos establecer alianzas con todos los países para lograr un futuro mejor para la humanidad", dice You Jang Cho, director general de la 2030 Expo Bid.

¿Cuáles son las claves de estos proyectos? Como una regla de oro en Corea del Sur, la proyección a largo plazo es la variable fundamental para pensar en el desarrollo económico y liderazgo mundial del país asiático. Según señala You Jang Cho, "primero hay que lograr consenso social y considerar a los ciudadanos y, segundo, establecer leyes especiales que prioricen ese consenso, más allá del gobierno de turno".

Un nuevo puente aéreo con América

Con 3,3 millones de habitantes, Busan cuenta con el Aeropuerto Internacional de Gimhae. Ubicado al oeste de la ciudad surcoreana, fue inaugurado en 1976, ampliándose con una nueva terminal internacional desde 2007. Actualmente hay vuelos programados hacia 43 destinos en 13 países.

Reconocido como el segundo aeropuerto más importante de Corea del Sur, opera vuelos domésticos y destinos internacionales en Extremo Oriente y el sudeste de Asia, destacando las rutas con Japón, Vietnam, China, Taiwán, Filipinas y Tailandia.

Pero para Corea del Sur y su espíritu innovador no es suficiente. Según detalla You Jang Cho, "se invertirá para construir un nuevo aeropuerto en Busan, cuya fecha de finalización estiman para 2029. ¿Por qué? El objetivo es dinamizar la economía de la ciudad, construyendo un "sitio que va a renacer como un espacio de negocios globales".

En ese sentido, la expansión de la economía también tiene su correlato en la inversión para nuevas rutas aéreas. Por ejemplo, en la actualidad no existen rutas directas entre Busan y Estados Unidos o América Latina. Sin embargo, la construcción del nuevo aeropuerto apunta a la creación de estas rutas y la expansión de mercados que, hasta el momento, son poco explorados.

"Tenemos mucho en común con América latina y queremos hacer proyectos en todos los ámbitos", apunta You Jang Cho.

Islas flotantes y ciudades inteligentes, las soluciones sostenibles

Busan también avanza en el desarrollo urbanístico con dos proyectos revolucionarios: una ciudad con islas flotantes, construida en colaboración con la ciudad de Busan y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), y la Busan Eco Delta, una ciudad inteligente con tecnologías de punta.

La isla flotante compuesta por varias islas hexagonales, asume una inversión de u$s 200 millones y estiman que para 2025 ya esté el primer estereotipo en funcionamiento. Durante la primera fase, cada isla flotante contará con una capacidad para 300 residentes y, una vez finalizada, albergará a 1.800 personas en total distribuidas en seis módulos, supone una sociedad en respuesta al crecimiento del nivel del mar, que afecta al 30% de la población mundial asentada en las costas.

Este ambicioso proyecto urbanístico de 75 hectáreas espera proporcionar vivienda a aproximadamente 10 mil individuos. El diseño de la ciudad está concebido para que cada barrio ocupe dos hectáreas de extensión, albergando cerca de 300 residentes cada uno. 

Agrupados en seis islas, los vecindarios dispondrán de un puerto propio, garantizando que cada conjunto de barrios cuente con unas 1.600 personas, una medida considerada clave para prevenir la saturación demográfica y asegurar la movilidad óptima de los habitantes.

Las islas flotantes no solo suponen un avance en términos de infraestructura y habitabilidad, sino que también servirán como instalaciones versátiles para diferentes usos, desde áreas recreativas hasta centros de investigación.

Así, se espera que el modelo pueda ser replicado en otras partes del mundo, ofreciendo un camino tangible hacia una convivencia más armónica entre el progreso industrial y la preservación del ecosistema.

Por su parte, la Busan Eco Delta está planificada para ser un modelo de urbanismo futuro con una infraestructura de avanzada que incluye 6G, internet de las cosas, inteligencia artificial, movilidad autónoma y un fuerte énfasis en el uso de energías renovables. Este desarrollo coincide con la construcción de un nuevo puerto y un ambicioso plan de descarbonización de la industria y la infraestructura local.

En el marco del programa Piloto Nacional de Ciudad Inteligente, la Busan Eco Delta  pretende integrar libremente tecnologías relacionadas con la Cuarta Revolución Industrial.

Además, persigue el objetivo de presentar el futuro modelo líder de ciudad inteligente mediante la creación de un ecosistema industrial innovador que pueda implementar modelos de negocio creativos.

"Para construir una isla o ciudad es fundamental que se mantenga el equilibrio y que no se hunda, por eso lo más importante es la tecnología hecha con plantas, como con los barcos, para lo que van a participar muchas empresas globales", anticipa You Jang Cho y agrega que construir estas ciudades flotantes podrían ser una solución viable para países peninsulares y del Caribe. "El objetivo es lograr la autosuficiencia de energía, agua y alimentos", dice.

"A medida que se intensifica el problema del cambio climático y la destrucción del medio ambiente, creo que una isla flotante podría ser una solución", señala You Jang Cho.

Asimismo, el atrevimiento ingenieril se conjuga con la dedicación por crear espacios que fomenten el bienestar ciudadano y la armonía con el medio ambiente. Toda la energía que se utilice será obtenida de fuentes renovables, lo que marca un antes y un después en la planificación de ciudades portuarias de gran envergadura.

Los proyectos son una señal del compromiso de Corea del Sur con el desarrollo sostenible y posiciona a Busan como un prototipo para otras urbes que buscan integrar soluciones ecológicas y tecnológicas en su crecimiento económico y urbano.

Vehículos ecológicos

El ambicioso proyecto de Busan, que busca ser un referente tecnológico y ambiental, combina varias iniciativas para potenciar la sostenibilidad urbana.

Entre las medidas se encuentran la incorporación de sistemas avanzados de energía limpia, que contribuirán a la reducción de la huella de carbono de la ciudad, y el desarrollo de infraestructuras adaptativas como las mencionadas islas flotantes. Y se le suma el transporte.

Hyundai Motor lanzó una serie de pequeñas camionetas con motor eléctrico como el Hyundai Porter II EV (Hyundai Mortor Company).

You Jang Cho señala que el foco para los próximos cinco años es que todos los medios de transporte sean ecológicos. El director general aporta este dato en un marco interesante: las compañías surcoreanas de vehículos ecológicos batieron un récord en 2023 con un aumento de las exportaciones del 32,5%, según informa la agencia de noticias Yonhap.

Ya en 2020, el Ministerio de Medio Ambiente anunció sus planes para expandir la inversión en el medio ambiente a través del sector automotriz.

El objetivo sigue en pie: reemplazar los vehículos diésel, que producen altos niveles de gases de escape, por modelos ecológicos, ya sean modelos eléctricos y de hidrógeno.

Ese mismo año, la Asamblea Nacional aprobó un proyecto de ley sobre el fomento de la economía de hidrógeno y la gestión de la seguridad del hidrógeno, por lo que Corea se convirtió en el primer país del mundo en promulgar una ley sobre la promoción de la economía de hidrógeno.

Esta estrategia se alinea con los esfuerzos globales por combatir el cambio climático y promover un desarrollo urbano inteligente, con una visión a largo plazo. 

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