Bruselas pide vigilancia más estrecha de inversiones de terceros como China en sectores clave de la UE
La Comisión Europea ha aprobado una complicada propuesta legislativa para intentar reforzar la seguridad estratégica de la economía europea, lo que significa que debe haber más y mejores controles sobre inversión extranjera, exportaciones de material sensible o de doble uso militar y civil y sobre la protección de las investigaciones de alta tecnología dentro de la UE. El objetivo es proteger todo el sistema económico y tecnológico europeo de la influencia de los que se definen como «países que suscitan preocupaciones políticas» y que esencialmente son Rusia y su satélite Bielorrusia, y particularmente China, que es al mismo tiempo un socio y un competidor estratégico de primera línea. Entre las inversiones extranjeras que podría cubrir la nueva ley se encuentra, por ejemplo, la irrupción del grupo saudí STC en el accionariado de Telefónica con la adquisición de un 9,9% del capital social de la compañía por 2.100 millones de euros. Noticia Relacionada estandar Si Solo uno de cada diez analistas confía en que el Gobierno sea capaz de bajar el déficit público al 3% que exige Bruselas Bruno Pérez El consenso apunta a que las administraciones públicas cerrarán 2024 con un desequilibrio del 3,6% y a que se necesitaría un ajuste extra de 9.000 millones para lograr el objetivo Ese control de las inversiones seguirá estando en la esfera de la competencia de los países miembros, como todo lo que afecta a la seguridad nacional, pero la Comisión propone que los países que no tienen un sistema de control de inversiones extranjeras que lo establezcan cuanto antes y que además lo hagan en un modo que sea lo más armonizado posible respecto al que se usa en los países donde esos controles ya existen. Bruselas, por su parte, elaborará una lista de sectores donde la influencia de capital extranjero deba ser especialmente vigilada. Esa lista deberá ser actualizada por la propia Comisión como un «acto delegado». La Comisión también ha elaborado un «libro blanco» con las propuestas que los colegisladores (Consejo y Parlamento) deben elegir para regular el control de las inversiones en investigaciones sobre tecnologías de doble uso. Hasta ahora, la principal fuentes de inversiones comunitarias en investigación y alta tecnología es el programa Horizont Europe, donde solo se incluyen proyectos puramente civiles, mientras que los que tienen un uso militar se regulan a través del Fondo Europeo de Defensa. Ahora los responsables nacionales deberán decidir si se mantiene esta actual separación y se establece un mecanismo que detecte posibles sinergias o reformarla para que las de doble uso puedan entrar también dentro de la supervisión del programa Horzont Europe. En todo caso, la Comisión puede poner en marcha por su cuenta un centro de excelencia sobre protección de las investigaciones y un manual práctico con reglas para preservar esos trabajos científicos de influencias exteriores indeseables. Crear «el mínimo de problemas burocráticos» Como ha dicho la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, se trata de crear «el mínimo de problemas burocráticos añadidos» a los actores implicados, es decir, empresas e universidades, y mantener el mercado único abierto al mundo, pero protegiendo los intereses estratégicos de Europa. En efecto, no tendrán el mismo tratamiento los intercambios con países compatibles, como el Reino Unido, Estados Unidos, Australia o Canadá, que con China, que tiene limitada su participación en Horizont Europe en ciertos sectores sensibles o Rusia y Bielorrusia que están completamente excluidos. El vicepresidente económico de la Comisión, Vadis Donbrovskis ha reconocido que el trabajo legislativo «no estará listo en lo que queda de legislatura» que concluye en junio, pero ha asegurado que el objetivo de la Comisión es acelerar el establecimiento de estas reglas que vienen de una decisión del Consejo Europeo que aprobó la propuesta del Alto representante Josep Borrell para reforzar la seguridad estratégica de la UE en un mundo cada vez más conflictivo.