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Una bióloga señala el error que cometes al hacer la cena y que afecta a tu sueño

Abc.es 

Hacer las diferentes comidas del día, desayuno , comida, merienda y cena, es una práctica necesaria para alimentarnos correctamente y proporcionar a nuestro organismo los nutrientes necesarios para encontrarnos bien por fuera y por dentro. Para ello debemos incluir una alimentación variada y sana, sin olvidar también una buena hidratación. Otras dos cosas que ayudan a mantenernos sanos son descansar lo suficiente y realizar actividad física . Dentro de ellas, muchas veces la rutina diaria no nos permite adoptar los mejores hábitos, y terminamos durmiendo poco y moviéndonos insuficientemente. Noticias Relacionadas estandar No Un experto en longevidad desvela cuál es el desayuno más saludable del mundo: lo comen personas de 100 años ABC estandar No Un experto en nutrición da su tajante opinión sobre la calidad de las tortillas del Mercadona Marina Ortiz Además, si nos centramos en el descanso nocturno, todos los estímulos que están a la orden del día, principalmente a través de nuestros teléfonos móviles, también son un handicap para lograr dormir bien y el tiempo suficiente para recargar todas las energías. Aunque a primera vista nos pueda parecer que no está muy relacionado, el momento de la cena y cómo la hacemos influye en nuestro descanso. Más allá de los alimentos que utilicemos y la cantidad que ingiramos (es un tema aparte), una experta ha señalado un error que puedes estar cometiendo a la hora de hacer la cena y que puede estar haciendo que no descanses bien del todo. La clave está en la luz Tamara Pazos Cordar , bióloga experta en neurociencia cognitiva y autora de 'Este libro te hará vivir más (o por lo menos mejor', cuenta en este tomo y en el programa 'La Tarde' cómo de importante es la luz en nuestra salud . Relacionado con la alimentación y, más concretamente en la cena, Pazos indica lo siguiente: «[...] hacer desayuno y comida con la luz intensa es maravilloso, pero ahora, a última hora, hacer la cena con esa luz no es tan interesante porque le seguimos diciendo al cerebro que son horas de día » indica, refiriéndose a la luz natural. Pero también hace referencia la luz artificial, la cual también debería ser tenue: «cocinar con este tipo de luces LED que se pueden colocar debajo del mueble, que simplemente hace como una luz horizontal que podría simular un atardecer. Eso sería una muy buena señal para el cerebro de 'oye, vamos a ir bajando marchas , estás haciendo la cena última comida del día, se está poniendo el sol, vamos a ir relajándonos' ». Estas afirmaciones hacen referencia a que, al hacer la cena, tener una luz relajante y tenue hace que nuestro organismo se vaya preparando para la hora del descanso , y poner esto en práctica es tan importante como mantener apartadas cualquier tipo de pantallas antes de irnos a la cama, para que el cerebro deje de estar tan estimulado y, finalmente, podamos conciliar mejor el sueño. «Estás haciendo la cena, última comida del día, se está poniendo el sol, vamos a ir relajándonos» Tamara Pazos Cordal Bióloga experta en neurociencia cognitiva Además de estas afirmaciones, Pazo también indica otras bondades de aprovechar correctamente la luz, sobre todo la natural, que nos aporta vitamina D. Como recogen en un artículo de Cope, la bióloga indica que otra práctica recomendable es dar un paseo matutino al aire libre , lo cual «es una forma de decirle a esos biorritmos que ya estamos en hora de empezar a producir las hormonas» preparando al sistema nervioso y a nuestros órganos para afrontar el día. Las 'terapias lumínicas' como solución a la poca luz Si seguimos hablando de la luz, en invierno es habitual que el sol no brille de la misma manera, y Pazo cuenta que, en países nórdicos, donde las horas de luz natural son limitadas, se usan 'terapias lumínicas' en las que usan luces artificiales intensas y claras en espacios de trabajo y las luces más cálidas y menos potentes se reservan para la noche.

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