La discreta agonía de la libertad de expresión
Cuando una doctrina se coloca en la cabecera social, la libertad en términos generales palidece, y, en concreto, la libertad de expresión enfila el camino de la agonía, hasta desaparecer. Hoy, la doctrina, ese conjunto de creencias que se muestran como verdades absolutas, está demasiado presente en la existencia colectiva, por lo que la libertad tiene un oscuro presente y peor futuro.