Alfie Best, el gitano más rico del mundo
La vida de Alfie Best es de película: nació durante una tormenta de nieve en el seno de una humilde familia gitana que vivía en una caravana al borde de la carretera. Casado con Emily Jane , tiene dos hijos: Elizabeth (29 años) y Alfie Jr (26). Se dedicó al negocio que las caravanas, que conocía bien, y poco a poco fue creciendo hasta convertirse en uno de los grandes del sector. Su primer contacto con la televisión fue en la versión británica del programa 'El jefe infiltrado' , que resultó un desastre. Sin embargo, sus negocios iban viento en popa, hasta el punto de que el año pasado apareció en el puesto 232 de la lista de los más ricos del 'Sunday Times', con una fortuna por entonces estimada en 872 millones de euros (que ya superan los 1172 en lo que llevamos de 2024). Alfie despertó el interés del documentalista Joel Van der Molen , que rodó una cinta que ahora ha superado en espectadores el 'Eras Tour' de Taylor Swift en Amazon Prime. Se celebró un pase privado de 'Gipsy Millionaire' para 150 invitados en el yate Wyldecrest que Alfie compró por 11 millones de libras. Ante el éxito del documental, ha confesado su sorpresa a 'The Sun': «Estoy sufriendo el síndrome del impostor». Pero, también, que había ocultado su verdad: «Oculté que era gitano mucho tiempo. Hasta los 18 años, nadie lo sabía». Noticias Relacionadas El motivo por el que Miguel Bosé nunca ha hablado claro: «La gente sabía lo que yo era sin tener necesidad de contarlo» F. B. Michael J. Fox: «El Parkinson ha sido mucho más emocionante que mi carrera» Rocío F. de Buján Ahora, Alfie vive en una mansión en Surrey de 7 millones de euros, posee un helicóptero Airbus diseñado por Aston Martin valorado en 5,2 millones, y es dueño de una colección de coches de lujo en la que destacan un Bugatti Chiron de 3,2 millones. Hollywood llama ahora a su puerta y tiene claro quien puede interpretarle en la gran pantalla: Brad Pitt, que ya hizo un papel de gitano a las órdenes de Guy Ritchie en 'Snatch, cerdos y diamantes': « Brad conoce nuestra cultura. Le voy a invitar, le voy a meter en una caravana fuera de casa. Yo voy a dormir con mis sábanas de seda y él, con una manta con agujeros, sin calefacción. Será un verdadero gitano». Un verdadero gitano pobre, se le olvida decir.