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Rueda apela a la «dignidad» de los gallegos para castigar a Sánchez y sus «socios» del BNG el 18F

Abc.es 

La campaña electoral del PPdeG ya rueda. Primera parada: encuentro con universitarios en Santiago, a primera hora de la mañana. La siguiente: mitin en San Cibrao das Viñas, a media tarde. Y como colofón, todavía en la provincia de Orense, noche cerrada ya, el segundo, en Ribadavia. Concellos, ambos, con unas 5.000 almas censadas. Aquí se ganan las elecciones. También, espera Alfonso Rueda, las del 18F, sus primeras autonómicas, las del 18F. Con mensajes de recorrido autonómico, pero también abundantes en clave electoral: apelando a la «dignidad» de los gallegos para contribuir con su papeleta a emitir un voto de 'castigo' a Sánchez y sus «socios» del BNG. La elección de San Cibrao y Ribadavia no es casual: son dos de los concellos de mayor peso de aquellos en los que gobierna el PP en la provincia. Orense respira tiempos nuevos después del final del baltarismo. Ahora comanda el partido Luis Menor, hombre de la máxima confianza de Alfonso Rueda. Como número uno de la lista, Elena Rivo, conselleira de Emprego y uno de los rostros del gobierno gallego no 'heredados' de la era Feijóo. Otros nombres, ilusiones renovadas, para -espera el partido- coger impulso tras los sinsabores del 28M y el 23J. «La provincia está en estado de revista», asegura Menor desde el atril. Mitin prototípico de una campaña del PPdeG. Polideportivo reciclado, por primera vez, en auditorio. A un lado del escenario, una canasta. Primero, las intervenciones. Y después, el pincho, lo que realmente motiva al respetable. Separados ambos espacios simplemente por una suerte de telón. Del otro lado, empanada de carne, jamón y queso. Y para bajar el ágape, Ribeiro. Privilegio de las más de 500 personas que han acudido a seguir el mitin. Pese a su aspecto de nave, en la industrial San Cibrao, lo que da cobijo al mitin es un polideportivo. Enclavado entre la casa consistorial y la iglesia de San Ildefonso, plateresca. Oficia como anfitriona la alcaldesa de nuevo cuño Marta Nóvoa, que sacó plaza el 28M, aunque la hegemonía del PPdeG aquí es de las de toda la vida. A su llegada, una imagen también prototípica: la del candidato en brazos a un bebé que, después, es el primero en pedir agilidad en los turnos de palabra. Cuando le llega a Rueda, se mete pronto al público en el bolsillo al recordar que Sánchez acude este sábado a la ciudad de Orense. Murmullos instantáneos. Gritos de «¡aquí no!». «A San Cibrao no se atreve a venir», ratifica el candidato. Y añade con retranca: «Aquí no le cabe el Falcon». A la prensa, que presenció la maniobra del conductor del autobús que los llevó desde Santiago, le consta que es cierto. A partir de ahí, las principales andanadas van para el mismo tándem: Sánchez y el BNG. Rueda pide plasmar en papeletas la «fuerza» y «potencia» necesarias para «decirles alto y claro» que Galicia no va a «tolerar», «con la complicidad» del Bloque, ser menos que nadie, que el los secesionistas vascos y catalanes. «Si ganamos y no tenemos 38» escaños, advierte, «perdemos nosotros, pero sinceramente, y por eso me dedico a este oficio tan duro, pierde Galicia». El recordatorio, que marcará toda la campaña, de que el PP necesita, sí o sí, la mayoría absoluta, la primera de Rueda, la quinta de Feijóo. En clave provincial, otro dardo, este para Gonzalo Pérez Jácome y Democracia Orensana. No lo nombra, pero se entiende perfectamente la alusión cuando proclama que «no quiere depender de nadie» que les «haga chantajes», «pensando solo en sí mismo, y con un diputado condiciona todo lo demás». Porque la política es algo mucho «más serio», «no decir ocurrencias todo el rato, a ver si llamo la atención y la gente me vota», apostilla. La política, tal y cómo él la entiende, es «rigor» y «gestión». Y esas son las banderas que agitará el PPdeG durante la campaña que arrancó este viernes.

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