Gimena Gómez: “Es difícil encontrar historias donde la mujer se salve por sí misma”

Gimena Gómez (Boca del Río, 1989) tiene muchos motivos para sentirse orgullosa por protagonizar la película Pole Dance (2023), el más reciente largometraje de Maryse Sistach (Ciudad de México, 1952), sobre todo por haber podido ser la cara de muchas mujeres que padecen violencia de género en el país.“Me siento muy orgullosa porque es difícil encontrarse historias donde la mujer sea la heroína y se salve a sí misma y no por un hombre; me siento muy orgullosa y honrada de haber podido darle cara a este personaje de Magda en Pole Dance”, comenta en breve entrevista la actriz y cantante veracruzana.Magda es una joven madre en proceso de divorcio de Ernesto (Norman Delgadillo), su pareja desde la preparatoria, un mariachi que busca rehabilitarse después de años de alcoholismo. Trabaja en una estética donde sueña asociarse con Blanca, la dueña (Itati Cantoral), mientras su madre (Arcelia Ramírez) cuida de su pequeña hija (Nikole Barajas). Su único escape es practicar el pole dance o baile de tubo, donde conoce a Jaime (David Calderón) y empieza a salir con él pero sufre violencia y acoso.El filme de Sistach (Anoche soñé contigo, Perfume de violetas), que se estrenó en Cineteca Nacional, permitió a la actriz alzar la voz contra la violencia de género, en un México con feminicidios en auge.Para Gómez, Magda es la representante de muchas mujeres que viven esa violencia, de ahí su nombre: Magdalena, una joven de 25 años que se está reencontrando como mujer con la práctica de pole dance.“Me siento muy orgullosa de lo que hicimos, porque pusimos nuestro granito de arena, no puedo cambiar el mundo sola pero sí puedo dejar un granito de conciencia para las futuras generaciones. Este es mi trabajo y mi trinchera desde donde yo puedo alzar la voz”, agrega Gimena Gómez, que ya tiene otra película con enfoque social por estrenar, No es no (Limardo, 2023), sobre la trata de personas.Conocida por su papel de Paola en la película Todo el mundo tiene a alguien menos yo (2011) o por las series de televisión La malquerida y Niñas mal, también ha destacado en teatro al protagonizar obras como la puesta en escena de Martín Acosta en 2011 Gotas de agua sobre piedras calientes (1965) sobre un texto de Rainer Werner Fassbinder, que François Ozon llevó al cine en 2000 casi en su debut.Señala que Pole Dance le deja “un gran currículum” al haber sido dirigida por Sistach y con ese elenco.“Maryse Sistach es la pionera del cine feminista en México, tiene Arieles, fue candidata al Óscar, al Goya; además, haber podido compartir el set con varias leyendas del cine mexicano: Arcelia Ramírez, María Rojo, Delia Casanova, Itati Cantoral, Martín Altomaro, es una cosa genial para mi carrera. Pole Dance es un proyecto que quiero muchísimo. Como mujer me deja un gran aprendizaje y la satisfacción de haber podido ser la cara de tantas mujeres que necesitan alzar la voz”, explica Gómez.Magda es muy joven ¿cómo explicar que en el siglo XXI la mujer siga atrapada en la violencia?Desgraciadamente sigue pasando, son cosas de las que se habla pero tenemos que hablar más. Yo misma he experimentado eso que le ocurre a mi personaje. Que las estadísticas nos digan que siguen siendo asesinadas nueve mujeres al día por el hecho de ser mujeres, nos dice que el problema no está lejano, que no importa que seamos jóvenes. Las mujeres nos cuidamos entre nosotras, también hay hombres que nos cuidan, pero seguimos teniendo miedo de salir a la calle, de ponernos cierto tipo de ropa, porque la violencia no está lejos, sigue pasando. Quizás ahora se habla más del tema, pero como sociedad necesitamos proyectos como Pole Dance que reflejen eso que está pasando para erradicarlo y que, de verdad, en 20 años podamos verlo como algo que sucedía en el pasado y no en el presente.¿Qué representa el pole dance para usted como actriz y para su personaje?Para mí es un deporte y un arte que practico desde hace varios años; no solo me ayuda a estar en forma, es mi meditación activa. Para el personaje, es su forma de empoderamiento, de sentirse fuerte, es su momento de escape, cuando siente que flota y vuela, lo dice en algún momento. Ella se siente suspendida y justamente está pasando por ese momento de su vida, un momento de suspensión, la transición del divorcio, que la hace reflexionar.Magda tiene una hija, pero también es hija de alguien que vivió violencia. ¿cómo fue trabajar como madre y como hija? ¿Cómo trabajó con una niña tan pequeña, que representa ese futuro?Es una generación de tres mujeres que están sanando su linaje femenino a través de que el dolor de una es el dolor de todas; pero están tratando de sublimarlo. Definitivamente traen una programación de violencia que están tratando de cambiar. Siempre he admirado a Arcelia Ramírez, es una de las mayores actrices de su generación, trabajar con ella fue maravilloso, es una actriz con mayúsculas, que está siempre a disposición de la escena. Y con esta niña pequeña (Nikole) también fue maravilloso porque es muy talentosa, tiene estudios de actriz a pesar de ser tan pequeña, entonces fluye muy bien, para ella era un juego. Para mí era una de las cosas que más me preocupaba porque no soy madre. Entonces, fue grato encontrarme con estos dos personajes y poder contar la historia de este linaje femenino.Su personaje sufrió el alcoholismo de su marido, ¿por qué el riesgo de volverse a acercar a él?Magda ya quiere salir de esa relación, pero hay una añoranza de la historia del pasado. Además, ella ya no quiere a Ernesto como pareja, pero no significa que no lo quiera como ser humano y como padre de su hija y que no vea el esfuerzo que está haciendo para reformarse, todos tenemos el derecho de reformarnos. Hay dos personajes masculinos que está tratando de reflejar Maryse Sistach: uno es el criminal (Jaime), que no quiere reformarse; otro, esta masculinidad que está deconstruyéndose y que también es importante reflejar eso, porque hay muchos hombres que están tratando de cambiar y en ser mejores personas, y muchas parejas que están buscando nuevas formas de estar más armónicas. Para Magda significa, sí, un retroceso, pero igual una reafirmación de un lugar en donde ya no quiere estar.¿Qué le dejó usted a Magda?Toda mi historia como mujer, todo mi corazón.AQ