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2023 fue el año con menos temblores en 10 años

2023 fue el año con menos temblores en 10 años

Enero cerró con 23 temblores sentidos por la población, los más fuertes ocurrieron en la costa de Quepos. Las sacudidas causaron alarma ya que el año recién concluido fue el de más quietud sísmica de la década.

Los ticos experimentaron un 2023 sin sobresaltos y muy calmado en materia de temblores. De los 4.438 sismos registrados en el 2023, únicamente 153 fueron perceptibles para la población. El año concluyó con una cantidad menor de temblores significativos en comparación con el 2022, marcando incluso la cifra más baja desde el 2012, según los análisis de la Red Sismológica Nacional (RSN).

El temblor de magnitud 5,5, con epicentro en Varablanca de Heredia, el 18 de febrero, fue el que mayor cantidad de personas percibió en el 2023. La proximidad con San José, así como su ocurrencia a las 2:24 a. m., mientras la mayoría dormía, generó gran alarma. Este sismo se sintió con mayor intensidad que otro de igual magnitud que tuvo lugar en Quepos el 20 de marzo a las 7:44 p. m.

El 9 agosto del 2023 la CNE realizó el simulacro nacional por terremoto. Empleados del Banco Nacional se sumaron a la iniciativa de prevención. Foto:

Otro temblor sentido por gran parte de la población, ocurrió el 21 de octubre con magnitud 5,2 y epicentro en Rivas de Pérez Zeledón. Este evento también despertó a numerosas personas al ocurrir a las 4:45 a. m. Se percibió con intensidad IV en la Gran Área Metropolitana y de manera leve en el Pacífico central y la costa del Caribe. Ambos eventos provocaron agrietamiento de algunos caminos y la caída de objetos en estantes de locales comerciales.

En el caso de Varablanca, no se tiene claridad sobre la falla local que lo originó, mientras que el sismo en Pérez Zeledón ocurrió en la conocida falla División, con antecedentes de terremotos significativos. Esta falla, incluso, reaccionó dos días después del terremoto de Limón en 1991, generando un fuerte movimiento de magnitud 6,1 conocido como el terremoto de Cuericí, con epicentro cerca del cerro que lleva ese nombre entre Turrialba y Pérez Zeledón.

La liberación de energía sísmica en el 2023 apenas se compara con la de un temblor de 6,6. Fue inferior a la del 2022, que equivale a la de un sismo de 6,9, e inferior a la energía liberada en el 2021, que fue similar a un sismo de magnitud 7.

Según Linkimer, al analizar los epicentros dentro del territorio continental, se observa que la zona central del país es la más activa, con 1.097 eventos, seguida por la zona sur con 501. Las regiones Chorotega, Pacífico Central, Huetar Norte y Huetar Caribe presentaron entre 122 y 264 temblores.

Los sismos en la zona central suelen ser de magnitudes bajas, aunque pueden ocurrir excepciones como en el terremoto de Cinchona, de magnitud 6,2, ocurrido el 8 de enero de 2009.

Los movimientos telúricos son registrados por una red de 223 estaciones en todo el país. Frailes de Desamparados, Corralillo de Cartago y Varablanca de Heredia tuvieron seguidillas sísmicas el año pasado, la mayoría de baja intensidad.

En la zona marítima de nuestro país, el litoral Pacífico es el que concentra la mayoría de temblores. La región que está frente al golfo de Papagayo en Guanacaste, la entrada al golfo de Nicoya en Puntarenas, así como las costas de Parrita y Quepos, junto con la zona que está frente a punta Burica en el extremo sur, son las más activas.

Talamanca no genera sismos

En cuanto a zonas de baja sismicidad, se destaca una de mucha quietud en el interior de la cordillera de Talamanca, donde se encuentra el Parque Nacional Chirripó, aunque está rodeada por regiones muy activas sísmicamente. Desde 1976 los registros revelan pocas fallas activas en esas cumbres, lo cual se ratificó a partir del 2012, cuando se mejoró la red sismológica en todo el país.

Linkimer señaló que en la zona sur se espera un terremoto fuerte, ya que la periodicidad ronda los 40 años, siendo el último de magnitud 7,4 el 2 de abril de 1983. Cuando este ocurra, muy posiblemente se percibirá con intensidad fuerte en Talamanca debido a su cercanía, similar a lo sucedido con el terremoto de magnitud 7,7 ocurrido en 1991 en Limón, el de mayor magnitud en el planeta ese año.

Cuando sucede un terremoto, la región queda inestable con réplicas, pero luego suele entrar en una fase de quietud, como se ha observado en Limón, la península de Nicoya y la península de Osa, puntos que han tenido las más fuertes sacudidas en los últimos 45 años. Otra región con baja sismicidad es la zona norte, limítrofe con Nicaragua.

Linkimer explicó que de los 153 sismos sentidos durante el 2023, aproximadamente el 69% (105 sismos) fueron causados por fallas locales en las placas Caribe y microplaca de Panamá, en las cuales se asienta nuestro territorio. Otros 27 eventos se debieron a subducciones de las placas del Coco y Caribe, y la tercera categoría corresponde a la deformación interna de la placa del Coco al subducirse debajo de las placas Caribe y Panamá.

Otro fallamiento asociado con el límite entre la placa Nazca y la del Coco en Panamá, también generó algunos de los temblores que, pese a tener epicentro fuera de nuestras fronteras, fueron sentidos en algunas partes de nuestro territorio.

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Enero movido

Ya en el 2024, de los 424 sismos localizados por la Red Sismológica Nacional (RSN) durante el primer mes de este año, la población reportó haber sentido 23, lo que significa un aumento con respecto a diciembre pasado cuando se percibieron solamente ocho. La cantidad de sismos sentidos en enero, es la más alta desde octubre del 2022 cuando se reportaron 29 en las redes sociales de la RSN.

Lepold Linkimer, sismólogo de la RSN, indicó que el temblor que más gente reportó como sentido ocurrió el 25 de enero a las 6:50 p. m. con magnitud 4,7, se originó a 51 km de profundidad, en la zona costera de Savegre de Quepos, Pacífico central.

Otros dos temblores ocurridos en esa misma zona el 16 y el 20 de enero con magnitudes de 4,4 y 4,6 también sacudieron al Valle Central. Se originaron a profundidades entre 50 y 70 kilómetros, por fracturas a lo interno de la placa del Coco que se hunde bajo la Caribe y la de Panamá.

Aunque hubo otro de 4,7 el 11 de enero en la costa de Conchal, Guanacaste, a solo 18 km de profundidad, únicamente fue sentido por vecinos de localidades guanacastecas como Huacas, Tamarindo, Conchal, playas del Coco, Brasilito y Santa Cruz.

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