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Se organizan pases clandestinos de la última película de Woody Allen en Nueva York

Abc.es 

Woody Allen, como sus personajes, es un tipo entrañable, con gusto por las mujeres jóvenes y, sobre todo, un genial cineasta. También ahora es un paria, exonerado por la justicia pero sentenciado en tierra pródiga después de ser acusado de abusar de su hija Dylan. La justicia no tuvo peso alguno en la decisión de desterrar a Woody Allen en Estados Unidos. Poco importó que el fiscal del estado de Connecticut no lo acusara después de una investigación en 1993, porque se abrió un juicio paralelo en el que la opinión pública lo era todo, juez y verdugo. Se le condenó al ostracismo, impidiendo desde entonces que el director de 'Annie Hall' publicara sus memorias en su país natal o que volviera a estrenar sus películas con los galones de antaño. Desde entonces, las películas de Woody Allen han tenido un estreno limitado en Norteamérica. Por ejemplo, 'Rifkin's Festival' y 'Un día de lluvia en Nueva York' fueron distribuidas en EE.UU. por MPI Media Group, por lo que, si bien de forma más independiente, al menos pudieron verse. No sucede lo mismo con el último filme del director de 'Manhattan', 'Golpe de suerte', una película que, para el crítico de ABC Oti Rodríguez Marchante, «tiene esa rara armonía de las cosas de Allen, un desequilibrio cómodo, una ingenuidad muy penetrante y una confusión natural entre lo que es comedia y es drama». A pesar de estar considerado como un apestado, son muchos los que siguen admirando la filmografía de Woody Allen y continúan sintiendo curiosidad por los trabajos del talentoso cineasta. El interés es tal que, según informa 'The Hollywood Reporter', en un bar del East Village de Nueva York se están organizando pases clandestinos de 'Golpe de suerte'. «Un letrero escrito a mano (con una caricatura del Empire State Building y la Torre Eiffel) guió a los clientes a la sala clandestina», cuentan. Las proyecciones, por cierto, son gratuitas.

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