Continúa la tiranía de Vingegaard en Galicia
Amanece la localidad orensana de Xinzo de Limia con una expectación inusual. Uno de sus cachorros, Carlos Canal , es hoy una de las promesas que más ilusionan al Movistar, el único equipo español del World Tour, y el pueblo aprovecha la mañana del sábado para inundar las inmediaciones del autocar telefónico, saludar con orgullo a su chico y despedir a un pelotón que se reencuentra con el Miño y la frondosidad verde que le acompaña en su curso hacia el castillo de Ribadavia, una ruina hermosa donde acaba la tercera etapa de este O Gran Camiño . Comienza tranquilo el mediodía en la que parece una etapa de transición en la carrera que volverá a reinar el sublime corredor del Visma Jonas Vingegaard ; de hecho el pelotón permite una escapada donde Piccolo, Etxeberría, De la Cruz, Silva y Pablo Castrillo, en un excelente estado de forma el aragonés, creen que van disputarse el triunfo en Ribadavia . Sin embargo, otra vez, el excelente escalador danés tiene un as bajo la manga. Noticia Relacionada Ciclismo estandar No La redención de Richard Carapaz Iván Martín Superadas sus lesiones, el campeón olímpico inicia el curso en el que defiende el oro olímpico Cuando nadie realmente lo espera, a 21 kilómetros del fin en pleno Alto de Couso , Vingegaard despierta. Arranca su motor el tímido corredor nórdico, deja atrás al pelotón, aparenta ser de una especie superior a la humana y adelanta a cada uno de los fugados. Por último alcanza a un persuasivo Castrillo (Kern Pharma), pero, pese a que el joven rodador de Jaca engancha la rueda del bicampeón del Tour, en el descenso del mismo puerto Vingegaard arriesga en la bajada para vencer, otra vez, en solitario. Araña el prodigio del Visma 29 segundos más a su perseguidor directo, Egan Bernal , al que ya aventaja en un minuto y 13 segundos en la clasificación general. Tercero es el ecuatoriano Jefferson Cepeda (CJR), a tan solo dos segundos del escalador colombiano del Ineos. Sonríe el organizador de O Gran Camiño, el exciclista Ezequiel Mosquera, tras el enésimo triunfo del monstruo danés en su carrera; no es para menos, el lustre que está dando a la joven prueba gallega este ciclista de época es golosa. Sin embargo, casi 30 segundos después de que el nórdico cruzase la meta, el público agolpado a los pies del castillo ruge con fuerza. El origen del ruido pertenece a Carlos Canal que, como si estuviera escrito en una novela de caballerías, supera al esprint a a Quentin Parcher y finaliza segundo en una etapa que, alentado por los suyos, comenzó en el pueblo que le vio nacer. No obstante, más allá de romanticismos, el futuro del gallego de 23 años es de veras esperanzador.