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El apagón de competitividad amenaza al sector de las telecomunicaciones europeo

Abc.es 
La radiografía del sector de las telecomunicaciones en Europa dibuja un escenario de gran competencia que ha presionado a la baja los precios de los servicios ofrecidos y ha erosionado los márgenes de los operadores, limitando su capacidad para acometer las elevadas inversiones que exigen tecnologías como el 5G. La búsqueda de fórmulas para revitalizar unos ingresos que se mantienen planos o registran exiguos crecimientos ha propiciado movimientos de calado en una industria que necesita ganar escala para blindar su sostenibilidad financiera y garantizar la soberanía estratégica del continente. El desafío es mayúsculo porque hasta ahora la Comisión Europea ha tenido una postura muy restrictiva respecto a este tipo de operaciones. De hecho, la autorización a la fusión de Orange y MásMóvil en nuestro país ha implicado más de un año de investigación formal por parte de Bruselas y está condicionada a la cesión de activos a Digi (los denominados 'remedies'), lo que la consolidará como cuarto operador, evitando así cualquier problema de competencia en un mercado nacional que seguirá estando muy disputado. Una de las reivindicaciones recurrentes del sector en los últimos años es que se relajen las normas vigentes, que entienden que se han quedado obsoletas, en aras de allanar los procesos de consolidación y, con ellos, la consecución de operadores de infraestructura paneuropeos. Bruselas ha recogido el guante y se ha mostrado abierta a tomar medidas para impulsar un verdadero mercado único de telecomunicaciones en la región. El miércoles, la vicepresidenta de Competencia, Margrethe Vestager, y el comisario de Mercado Interior y Telecomunicaciones, Thierry Breton, presentaron el 'Libro Blanco '¿Cómo abordar las necesidades de infraestructura digital de Europa?' , que analiza posibles vías para lograrlo, como una gobernanza más integrada para el espectro radioeléctrico, creando así las condiciones para que los operadores paneuropeos alcancen la escala necesaria para tener una mayor capacidad de inversión. Parece poco probable, sin embargo, que se modifiquen las normas de competencia, ya que Vestager defendió que «desde el punto de vista de la política de competencia no hay nada que impida a las empresas de telecomunicaciones llevar a cabo fusiones a escala transfronteriza». En su opinión, la razón por la que no se dan estas actuaciones es porque los operadores tienen que lidiar con distintas normativas en cada uno de los países en los que están presentes , lo cual hace que sean menos atractivas económicamente. Es decir, la Comisión atribuye la fragmentación al alto peso de los Gobiernos nacionales en la regulación. Noticia Relacionada estandar No El gran laboratorio europeo de las telecomunicaciones del siglo XXI Alberto Velázquez El ambicioso proyecto Slices, que busca crear una infraestructura europea de investigación de vanguardia en esta actividad, tendrá un nodo en Madrid Para Antoni Ibáñez, co-CEO de la consultora Nae, no es viable seguir así: «La política promovida e impulsada por Vestager ha primado y priorizado una alta competencia para asegurar precios muy competitivos para los usuarios, pero no ha sido capaz de encontrar un punto de equilibrio que también permitiera el desarrollo sostenible de una industria, la de las telecomunicaciones, vital para la transformación digital de la sociedad y un habilitador para la transformación y el crecimiento económico de todos los sectores». Hay que aclarar que de llegar a producirse cambios, no serán de la noche a la mañana. Bruselas ha habilitado una gran consulta pública hasta el 30 de junio para recabar las opiniones de todas las partes interesadas y solo después, con una nueva Comisión Europea tras las elecciones, los servicios comunitarios analizarán los resultados de la consulta y trabajarán en propuestas legislativas concretas. De lo que no hay duda es de que la flexibilización de la postura de las autoridades comunitarias supondría una auténtica revolución que abriría la puerta a la creación de campeones continentales con suficiente músculo para mirar de tú a tú a los de cualquier otra región. «Tras la aprobación de la fusión de Orange y MásMóvil, la Comisión Europea ya está dando signos de que otras fusiones del mismo calado puedan darse en más países de Europa y, por tanto, se vaya reduciendo poco a poco la fragmentación del sector», valora Carlos Valdecantos, socio de Monitor Deloitte especialista en TMT, para quien una mayor economía de escala derivada de una menor concentración del sector permitiría a los operadores incrementar la capacidad de inversión en nuevas tecnologías y otras mejoras en el servicio al consumidor, resultando con ello en un mayor retorno sobre el capital invertido. De continuar como hasta ahora, Europa corre el riesgo de quedar rezagada, en un contexto en el que la salud de la industria no atraviesa su mejor momento . «Derivado de la fragmentación del mercado y la intensa competencia en el sector, el gasto medio por persona en servicios móviles en Europa (15 euros) es casi la tercera parte que en Estados Unidos o la mitad que en Japón, repercutiendo en la capacidad de inversión de las empresas de telecomunicaciones europeas y, por tanto, en la velocidad de despliegue de nuevas redes móviles . Aun así, los operadores de telecomunicaciones europeos presentan un mayor ratio de inversión sobre ingresos (CAPEX/Revenues), de alrededor del 20% comparado con el 15% de media de los operadores de EE.UU.», detalla Valdecantos. El informe 'State of Digital Communications 2024', de la patronal europea ETNO, reconoce que «si bien los precios bajos generalmente se consideran buenos para los consumidores, especialmente durante un periodo de alta inflación, no son aptos para fomentar la inversión en infraestructura a largo plazo, ofrecer mayor calidad o incentivar la innovación en telecomunicaciones». En términos de inversión per cápita, Europa (109 euros) está por detrás de Japón (270 euros), EE.UU. (240 euros) y Corea del Sur (113 euros). El documento arroja otros datos preocupantes: las telecos del continente han sufrido una disminución constante de sus ingresos reales desde 2016 y una fuerte caída en 2022 (-7,1% por debajo de la evolución del índice de precios al consumo). Asimismo, el retorno sobre el capital empleado (ROCE) ha caído del 9,1% en 2017 al 5,8% en 2022, consecuencia del panorama regulatorio y competitivo. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 4300 Código APP En 2023, según el mencionado informe, Europa contabilizó 45 grandes grupos de operadores móviles frente a los ocho de EE.UU., los cuatro de China y Japón y los tres de Corea del Sur. Arturo Azcorra, director de IMDEA Networks y catedrático de la UC3M, explica que la política de hipercompetencia de la Comisión Europea incluso provoca de forma artificial que haya un determinado número de actores: «La Comisión promueve, y muchos Estados miembro aceptan, que cuando se hacen subastas de espectro se prohíba que una empresa pueda tener más de un cierto nivel que típicamente está por debajo de un cuarto, es decir, se fuerza que haya al menos cuatro operadoras». Recuerda que también se obliga a los operadores que tienen infraestructura a abrirla a terceros, algo que considera injusto. «Una empresa hace la inversión, toma riesgo, despliega una infraestructura (típicamente en red fija) y se le obliga a que ceda sus recursos a terceros a un precio tasado», ahonda. El objetivo es que exista una amplia oferta y bajen los precios, dando lugar a un sector muy fragmentado. Esta estrategia está siendo cada vez más cuestionada. «Fomentando la competitividad, Europa lo que hace es descapitalizar sus empresas y promover que vengan inversores u operadoras de fuera y las compren a precio de saldo. Tenemos los ejemplos de Vodafone, en serias dificultades, y de Telefónica, de la que el grupo saudí STC se hizo con una cuota importante . Las operadoras paneuropeas tienen grandes problemas para competir a nivel mundial», alerta Azcorra sobre la dura factura que dejan las decisiones tomadas desde Europa. Un segundo problema que, a su juicio, debería resolverse es la fragmentación normativa , ya que cada país cuenta con sus propias reglas, a veces muy diferentes, para el despliegue de telecomunicaciones. «En industrias como la del automóvil o la aviación civil la normativa es mucho más armonizada y, por tanto, es más fácil competir de una forma paneuropea», añade. Otro de los aspectos que perjudican a las telecos, según Azcorra, es que el sector está fuertemente regulado, mientras que no ocurre lo mismo con las empresas que operan en el ámbito de internet. En paralelo, una de las reclamaciones unánimes entre las telecos es que las 'big tech', como Google o Netflix, paguen una contribución justa por el uso de las redes , cuestión sobre la que el Libro Blanco no propone nada concreto y mantiene el debate en el aire. Azcorra confía en que, tras las elecciones, se dé paso a una nueva etapa en la que se pongan fin a los problemas que lastran a las telecos europeas: «Quiero creer que habrá cambios porque estamos destruyendo nuestro sector». Para Selva Orejón, profesora de EAE Business School, es plausible que el actual marco regulatorio de la UE, que tiende a ser cauteloso respecto a la concentración excesiva, se modifique para adecuarse a los tiempos que vivimos. «Frente a los desafíos de inversión en nuevas tecnologías como el 5G y la necesidad de competir a nivel global, es posible que la Comisión considere adaptar su postura para permitir cierto grado de consolidación que pueda respaldar las inversiones necesarias sin sacrificar los beneficios de la competencia», subraya. Este escenario traería una serie de beneficios, entre los que Orejón menciona una mayor capacidad para invertir en tecnologías emergentes como el 5G y la fibra óptica, cruciales para la competitividad económica y la innovación; la generación de economías de escala que reduzcan costes y mejoren la eficiencia operativa, así como la prestación de un servicio de más calidad. La profesora piensa que con mayores recursos financieros, las empresas consolidadas también podrían invertir más en investigación y desarrollo, lo que redunda en servicios y productos innovadores para los consumidores. Déficit en 5G Para hacerse una idea, un estudio de Deloitte elaborado para ETNO cifra en 200.000 millones de euros la inversión que las empresas de telecomunicaciones europeas tendrán que llevar a cabo hasta 2030 en el despliegue de infraestructura de fibra óptica y de 5G. Según los datos de la patronal, en una tecnología tan relevante como el 5G, el Viejo Continente se ha quedado atrasado. Aunque ha elevado la cobertura de 5G desde el 73% al 80% de la población durante 2023, aún sigue por detrás de geografías como Corea del Sur (98%), EE.UU. (98%), Japón (94%) y China (89%). Luis Manuel Díaz de Terán, vicepresidente y director de la división de telecomunicaciones de Capgemini Engineering en España, matiza, en primer lugar, que de ese porcentaje la parte correspondiente al 5G puro ('standalone') es mínima. «En 4G no liderábamos, pero si hablamos de grandes regiones del mundo, éramos los segundos, mientras que en 5G estamos los terceros/cuartos. Un país como India, que en 4G no estaba por delante de nosotros, ya lo está en 5G. Si no hacemos nada seguiremos perdiendo posiciones», advierte. ¿El principal motivo de la pérdida de fuelle? La sostenibilidad financiera. «A las telecos no les salen las cuentas en Europa por la inversión que necesitan para dar la cobertura 5G y el retorno que reciben de ingresos de los usuarios y de las empresas por la cobertura que están desplegando», sostiene. Como raíz del problema apunta a una regulación que fomenta la hipercompetitividad y que, a su juicio, era necesaria en los años 90 para acabar con los monopolios , pero tres décadas después nada tiene que ver con la realidad del mercado. Los expertos coinciden en que Europa debe tomar cartas en el asunto. Ibáñez, de la consultora Nae, hace hincapié en que ni Europa ni España pueden permitirse no ocupar una posición de liderazgo en la digitalización de la sociedad: «Europa cuenta en la actualidad con infraestructuras digitales de primer nivel y con fabricantes de equipamientos para ellos líderes (Ericsson y Nokia). Sin embargo, hay mucho por hacer en fibra y sobre todo en 5G. China y la India están ya liderando su implantación y pueden capturar su potencial. Es probable que el gran caso de uso industrial se desarrolle en China, y que el próximo TikTok sea creado en la India. No deberíamos permitir que Europa no tuviera una voz propia». Soplan vientos de cambio en un sector europeo obligado a transformarse para asegurar la viabilidad económica de su herido negocio y preservar su autonomía estratégica.

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