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Además de perdedores, corruptos y siervos de Mohamed VI

Obligados a comenzar por lo más reciente: Koldo García. El tema es feo y malo para el PSOE y el Gobierno, qué duda cabe. Pero el desmadre acusatorio de la alegre muchachada es, como siempre, pura consigna llevada hasta el disparate. Bastará con dos editoriales de Libertad Digital. Uno: “El gobierno de Sánchez (…) ha beneficiado a todo tipo de delincuentes, ya sean corruptos comisionistas, malversadores o golpistas, okupas, violadores o narcotraficantes”. Y dos: “No es Koldo, son Ábalos, Cerdán y Sánchez”. El Debate, siempre en vanguardia: “Con el agua al cuello. La trama corrupta arrasa el PSOE a su paso: Sánchez, Ábalos, Armengol, dos ministros y Cerdán”. Juan Carlos Girauta: “Es un error confundir a Ábalos (echado por Sánchez a la basura cuando debió haberse arrojado él de cabeza) con su asistente, guardaespaldas, conseguidor, parásito, confidente y enchufado”. Portada del periódico de Marhuenda, La Razón, que tampoco pierde el tiempo: “El Gobierno teme que el ‘caso Koldo’ sea la Gürtel del PSOE”. Editorial: “La corrupción apunta al corazón del PSOE”. O Rafael Pascual en El Mundo: “El PSOE de Sánchez, su líder mejor parecido, ha mutado en el de Koldo. Convertido el partido en un monstruo disfuncional, ahora el objetivo es que el país se parezca a él”. The Objective da en un solo día hasta ocho informaciones –de aquella manera– sobre el asunto, Vozpópuli, seis y varios artículos de Opinión, como Abc o El Mundo, imagínense las lanchas de asalto como Okdiario y similares, todos los articulistas alineados en formación militar. Es materialmente imposible para el Catavenenos reflejar tal alud de textos en los medios de nuestros queridos y admirados amigos. Cien, quinientos, mil. ¡En tres días! Iremos viendo el desarrollo del caso, que aún está en pañales. No para ellos, como ven, que ya saben quién es el auténtico responsable: Pedro Sánchez. 

Segundo tema, que parece que ha pasado un siglo desde que se celebraron las elecciones gallegas, pero hace sólo una semana del acontecimiento. Han de saber todos los españoles de bien que el pasado domingo, 18 de febrero de 2024 se celebraron unas elecciones en Galicia en las que se eligió al nuevo presidente de España. El ganador fue Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez Castejón fue el perdedor. Sólo la vesania del sátrapa Sánchez impide que Núñez ocupe el sillón de La Moncloa, como se corresponde con el resultado de Galicia. ¿Preguntan por Alfonso Rueda? ¿Y quién es ese señor? Además, orden marcial y que nadie se desvíe un milímetro: el PSOE ya no existe. 

Al tajo.

Comencemos por El Confidencial. Su director, Nacho Cardero: “Hay partido para Feijóo y un poco menos para Sánchez”; Rubén Amón: “Feijóo respira, Sánchez se ahoga”. En Vozpópuli, Jesús Cuadrado: “En Galicia ganó Feijóo y perdió Otegi”. Pero la cosa se pone mejor cuando hablamos del imparable declive del PSOE. A saco. Comencemos por El Mundo. Raúl del Pozo: “Ganó España”; Antonio Lucas: “Un hostión sin precedentes”; “Cargos del PSOE ven las europeas como un ultimátum para Sánchez”; “Alarma en el PSOE por la batalla interna del liderazgo territorial: El partido es un solar”; Santiago González: “A Sánchez se le están empezando a caer los palos del sombrajo. Solo falta ver cómo se las arregla esa inmensa mayoría de socialistas realmente existentes en sacudirse la mugre, el envilecimiento que les ha inoculado Pedro Sánchez”. Por fin, en el mismo medio, Federico Jiménez Losantos: “El hundimiento del PSOE supone, o debería suponer, un cambio de paradigma ideológico para el PP. Su enemigo ya no es el PSOE. Probablemente, no lo sea nunca más”. En Libertad Digital, el mismo autor, remata: “Galicia resiste ante el plan batasuno de Sánchez”. Agapito Maestre: “Digamos la verdad: España como Nación política no existe nada más que en el magín de quienes creemos que la única solución para España es acabar con los nacionalistas, separatistas, exterroristas y el gobierno de Sánchez (…) O sea, o acabamos con todas esas sabandijas que no quieren nada con nosotros o ellos acaban con lo poco que queda de la idea de España como nación”. Dos días después: “A cada crimen su castigo. La amnistía sanchista está en la frontera entre el abismo criminal y la abyección moral”.

Cambiamos de medios. Abc. Teodoro León Gross: “El PSOE, hacia un Frente Popular. Un PSOE en manos de políticos con pocos escrúpulos como Bolaños o María Jesús Montero no va a frenar a Sánchez”; Álvaro Martínez: “Como un ‘doctor muerte’ (…) el sanchismo está aplicando una especie de suicidio asistido al PSOE, del que nada va a quedar tras el devastador paso del ‘gran estadista de Tetuán’ por Ferraz”. En La Razón, su acreditado colaborador Jorge Vilches: “No cabe más explicación. Es evidente que Sánchez desprecia al PSOE (…) Quizá ese odio proceda de cuando el partido le puso de patitas en la calle en 2016 por plantear lo que ahora está haciendo. Sin duda volvió para vengarse de todos, como un Montecristo de pacotilla”.

Otros, que hay más. The Objective. Su mentor, Antonio Caño, siempre en primera fila: “Galicia deja en evidencia que la estrategia de Sánchez condena a los socialistas y encumbra a los independentistas. El daño ya está hecho. El Gobierno –Sánchez y Yolanda Díaz de la mano– ha arruinado el prestigio de la izquierda en toda España. Una mayoría de votantes entiende ya con claridad que el único propósito de esta izquierda es el de conservar el poder a toda costa. Y, por mucho que se resistan, lo acabarán perdiendo. Su plan naufragará de forma escandalosa. Serán desalojados del poder antes de lo que piensan y de forma más abrupta de lo que pueda calcularse hoy. El riesgo para todos es qué país nos dejarán y cuánto costará sacarlo adelante”. Los comentaristas, en la estela. Como ejemplo, Pilar Cernuda: “Sánchez es el problema, él es el culpable de que los candidatos, los de mayo y Besteiro ahora, reciban el varapalo dirigido al presidente de Gobierno”.

Decíamos de comentaristas frenéticos y pocos tan señalados como Antonio R. Naranjo, en El Debate. Un día nos explica las similitudes del Gobierno 'guerracivilista' de Sánchez con el Frente Popular y desgrana “los parecidos del PSOE de Sánchez con aquellos movimientos de izquierda de los años 30 que llevaron a España a una Guerra Civil”, y otro escribe esto: “El resultado de las elecciones destroza, a mordiscos caníbales, a un Gobierno nacido de las trampas perpetradas después del 23J; coloca al PSOE camino de la irrelevancia como partido nacional, desmiembra el invento improvisado de Sumar y, lo más relevante, frena el proyecto de descuartizamiento nacional que Sánchez había asumido a cambio de que le regalaran una investidura de pega, intervenida, extorsionada y dañina”. Esto no es nada, porque en un artículo posterior nos aclara eso de las trampas. Atenta la compañía, que el asunto es de toma pan y moja: “Si no hubo pucherazo, ¿cómo salió vivo Sánchez de las generales? La paliza al PSOE en las autonómicas y las gallegas obliga a hacerse preguntas delicadas en voz alta (…) La contradicción entre las consecuencias de los comicios resulta evidentemente sospechosa, o cuando menos difícil de explicar, por las controvertidas circunstancias que rodearon la cita nacional: una fecha elegida con alevosía y agostidad, para dificultar la votación del veraneante y una tortuosa gestión del voto por correo, masivo por el éxodo vacacional (…) Que además fuera un pucherazo es algo indemostrado que no se puede airear sin incurrir en una irresponsable negligencia conspiranoica, por mucho que la trayectoria de Sánchez y su empeño en situar a militantes del PSOE en Indra y Correos no ayude, precisamente, a reforzar la confianza en el sistema”. ¿De verdad hablamos de pucherazo? Y nunca, nunca, debemos olvidar a José Alejandro Vara, de Vozpópuli: “Algo sospechaba Sánchez, forzado por Puigdemont a hacer el imbécil, a incurrir en la vileza, a chapotear permanentemente con la indignidad (…) Imposible disimular la ignominia (…) PSOE renegaba hasta de su candidato, de sus siglas y se encomendaba a Rodríguez Zapatero, quien, con su sonrisa imbécil y ese gesto tedioso que tienen los profetas en domingo, desgranaba burletas de monologuista bobales por las aldeas gallegas (…) En Ferraz han acusado el golpe. Su caudillo, ese gran cobardón (…) seguirá negociando con la canalla xenófoba para amarrar los presupuestos y proseguir en su legislatura, lo único que le importa”. Amén.

Como nos gustan los exotismos, seguimos con ellos. Luis María Anson en La Razón y su recomendación a Núñez Feijóo: “Como Pedro Sánchez ni va a dimitir espontáneamente ni va a convocar elecciones generales, si la serenidad política quiere desmontarle deberá acudir a la moción de censura (…) la vía más transitable se encuentra en Podemos. Con sus cuatro escaños más el de Coalición Canaria suman los 176 necesarios para desalojar a Pedro Sánchez del palacio de La Moncloa. Está claro que Pablo Iglesias nunca otorgará sus votos a Feijóo. Por eso, y conforme a una práctica extendida en las democracias europeas, la moción de censura habría que presentarla con un presidente independiente, tal vez un juez de prestigio, quizá un sindicalista de envergadura como Nicolás Redondo Terreros”.  ¿Sindicalista? Qué cosas… Pero sigamos en este mundo desmadrado. OKdiario, Ignacio Centenera: “Apuntamos la idea de que (…) ya que en el Parlamento Europeo defienden lo mismo que ellos, Pedro Sánchez incorpore también al PSOE en la candidatura de Bildu, ERC y el BNG que encabeza el etarra Pernando Barrena. Total, si ya te vota Txapote, también le puedes votar tú a él”. 

Y terminemos por hoy con una florida selección.

Abc: “El Gobierno fulmina por ley a las familias numerosas”. Libertad Digital. Carlos Cuesta: “Sánchez prefiere a Bildu antes que a la Guardia Civil”; Pedro de Tena: “¿Quiere el gobierno la desaparición de la Guardia Civil o dominarla? Parece evidente que a los socios separatistas del gobierno les interesa el máximo debilitamiento de la Benemérita, igual que a los traficantes de hachís”; “Así esquilma el Gobierno a los jubilados para mantener a los okupas”. Tema residencias. Mismo medio, Daniel Rodríguez Herrera: “Los muertos son de Pedro Sánchez, no de Ayuso. Fue el Gobierno de Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Yolanda Díaz (…) que se negó a tomar medidas a tiempo”. Periodista Digital: “Los asesinos de Putin, a sus anchas con Marlaska: matan a tiros al piloto ruso que desertó en agosto”. OKdiario: “Marlaska envió a policías a hablar con los narcos para buscar trapos sucios de OCON y cerrar la unidad”; “Alves y los 1.300 violadores beneficiados por Montero sólo le dicen 3 palabras: ‘gracias, gracias, gracias’”. Decisión de Bruselas que El Debate cuenta así: “Fráncfort se queda la agencia antiblanqueo europea a la que aspiraba Madrid tras quemar el Gobierno sus cartuchos con Calviño”. Entonces Eduardo Inda, el director de OKdiario, se enfada y dice lo siguiente: “¿A qué espera Almeida para declarar persona 'non grata' al antipatriota Pedro Sánchez?”.

Un pequeño ramillete dedicado a Marruecos. Libertad Digital: “Sánchez improvisa un viaje a Marruecos tras el asesinato de dos guardias civiles en Barbate”. El Mundo, Raúl del Pozo: “Cuentan que Marruecos está sembrando nubes y en España se hace apenas nada contra la sequía”. Miquel Giménez, Vozpópuli: “Sánchez no ha ido a Marruecos, es Marruecos quien le ha hecho ir. ¿Es posible que el presidente sea el chico de los recados del reino alauita? (…) Una cosa me queda clara: Sánchez ha ido a Marruecos a que le den órdenes”. ¿Cómo olvidarnos de OKdiario?: “Mohamed VI utiliza a Sánchez como tonto útil para doblegar la resistencia francesa sobre el Sáhara”; “Una cosa es llevarse bien y otra que Sánchez permita que Marruecos nos trate como el pito del sereno”. Y Frank Carrillo, mismo medio: “Sánchez fue a Marruecos a rendirle cuentas a su amo, a la sazón rey, y allí aprovechó para entregarle la nación a plazos”.

Largo. Pero espero que sabroso. 

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