De todas las opciones contempladas para suceder a
Xavi Hernández, hay una que por el apellido de sus integrantes es observada de una manera especial por
Joan Laporta y Deco, los dos grandes responsables de la decisión final. Atención y no sorprendan, pero nos estamos refiriendo a un tándem formado por dos leyendas del fútbol mundial como
Frank Rijkaard y
Marco van Basten. Me dicen que es una posibilidad vista con muy buenos ojos por parte del presidente, al tratarse de dos ahijados de
Johan Cruyff, a los que en su momento recomendó a
Laporta para entrenar al
Barça. Tal como sucedió con
Rijkaard en 2003 y con el mismo
Van Basten en 2008, antes de decidirse finalmente por
Pep Guardiola. Con los dos tulipanes sentados en el banquillo, se recuperarían las más puras esencias del ‘cruyffismo’, algo que reclaman los mal nostálgicos. Una filosofía de la que se cuestiona se discute su eficacia en el momento actual, pero que si alguien no enterrará no será precisamente
Jan Laporta, ferviente admirador de sus bondades.
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