La arquitectura, un antídoto más contra la despoblación
Es pleno julio y un grupo de jóvenes pasean en chanclas, bañador y con la toalla al hombro en Castromonte. La escena podría ser de cualquier municipio del litoral mediterráneo español, pero este caso es en un pueblo castellano, de poco más de doscientos habitantes empadronados -hasta cuatrocientos en verano-, enclavado en plenos Montes Torozos, una de las pocas ondulaciones que presenta Tierra de Campos al sur de la comarca, tierra de cultivos venida a más gracias a los aerogeneradores instalados en su entorno. ¿La culpa de que esta imagen sea frecuente? La piscina municipal abierta tras la pandemia en pleno casco municipal, en lugar de a las afueras, como suele ser más frecuente. Obra del arquitecto, docente y comisario... Ver Más