Nueve transferencias de embriones, tres abortos y una hija: la increíble historia de Elodie y Egar
La infertilidad es una realidad de la que muy poca gente habla. «Es un proceso muy duro», reconoce a ABC Elodie López Urbano , más conocida en redes sociales como Indomable Julieta, con más de 104.000 seguidores en Instagram . Esta fotógrafa de bebés y creadora de contenido ha dado a conocer, sin tapujos, su personal historia en la Red. «Fue una vía de escape brutal donde encontré el acompañamiento que necesitaba», asegura. Junto a su marido Egar, ambos han vivido una historia digna de contar porque, tras años en la búsqueda fructífera de un embarazo , al fin se convirtieron en familia de tres el pasado mes de enero tras el nacimiento de la pequeña Miah. Noticias Relacionadas estandar No Sexo tras el parto: Las respuestas a tus dudas Laura Peraita estandar No El impacto emocional de la infertilidad en la relación de pareja y cómo abordarlo L. Peraita - Quince años de infertilidad y una bebé preciosa que se llama Miah. ¿Por dónde puedes empezar a explicar esta historia? Una historia que nos enseñó el valor de la vida. - ¿Cómo y cuándo te enteraste de tu infertilidad? Porque has contado que eras muy joven cuando acudiste por primera vez al ginecólogo explicándole que no te quedabas embarazada... La verdad es que me tocó vivir la infertilidad desde muy joven, quizás demasiado. Siempre he sabido que me costaría un poco más porque en las rutinas ginecológicas ya me lo avisaron pero nunca imaginé que costaría tanto lograr un embarazo. La primera vez que pise una clínica para empezar un tratamiento fue a los 20 años. - ¿Y cómo convives con ese diagnóstico? Además, ¡tú eres fotógrafa de bebés! No se convive. Es un proceso de aceptación y realidad muy duro. Sientes que el mundo a tu alrededor sigue girando y tú estás parada en el mismo capítulo una y otra vez. Es un dolor muy grande imposible de describir. La infertilidad te cambia por completo y también te quita muchas cosas. Después de muchos momentos malos, abortos y negativos nunca más vuelves a ser la misma. En mi caso me alejé de todo mi círculo de amistades y familia porque me dolía demasiado vivir sus embarazos cuando yo lo estaba pasando realmente mal. Cierto, soy fotógrafa de bebés . Suena un tanto extraño pero para mí, mi trabajo es, y siempre ha sido, la vía de escape perfecta: podía crear cosas maravillosas para otras familias, recuerdos que guardarían para siempre en su corazón y de este modo también tendrían un trocito del mío. Crecer profesionalmente me daba fuerzas para seguir porque era único sitio donde la infertilidad no existía, no dolía, mantenía mi mente ocupada y me hacía sentir bien. - ¿Siempre quisiste ser madre? Sí, siempre había visualizado mi vida con una casa llena de pequeñines revoloteando por ahí. Quería ser madre joven por eso empezamos pronto a buscar un embarazo , pero la vida tenía otros planes para mí. - Cuéntame cómo ha sido todo el proceso porque tú y tu marido Egar lleváis algo más de 20 años juntos y has pasado por un total (creo) de nueve transferencias de embriones. Muy duro. No puedo suavizar una situación que es difícil. Han sido muchos años de pruebas, citas médicas, abortos, duelo, llantos y mucha terapia. Me faltarían líneas para poder llegar a expresar lo vivido en este tiempo. Solo lo sabe quien lo está pasando. Y sí, 9 transferencias de embriones hasta que llegó Miah. «Han sido muchos años de pruebas, citas médicas, abortos, duelo, llantos y mucha terapia» - ¿Cuántos abortos y fallos de implantación has tenido? ¿Por qué no funcionaban? Hemos tenido 3 abortos y 4 fallos de implantación (dos de ellos bioquímicos). Si te soy sincera, hasta que no pasaron unos años de muchas pruebas no supimos qué era lo que pasaba. A día de hoy sabemos que es tema inmunológico: mi cuerpo rechazaba los embriones. Hay muy poca información sobre esto y en muchas clínicas aún no hacen demasiado caso a la inmunología . - ¿Qué pensabas? ¿Por qué sentimientos pasabas cada vez que no funcionaba? Culpabilidad sobre todo. Me sentía muy responsable de no lograr un embarazo , castigaba mi cuerpo con pensamientos negativos porque no lograba entender qué pasaba. '¿Porque yo?' '¿Qué es lo que hice mal esta vez?'. En cada betaespera intentaba poner todo de mí para que se quedara y cuando recibíamos un negativo el mundo entero se caía, todas las ilusiones y las emociones estaban puestas en cada uno de los embriones que transferíamos y lo peor de todo eran los abortos. Despedirme en aquella sala fría me partía el corazón. Llegó un momento en que normalicé todo: una situación dura pasó a ser algo que conocía bien. Necesitamos ambos mucha terapia y ayuda en el proceso. - Como curiosidad… ¿cuántos test de embarazado has podido hacerte en tu vida? ¿500? No ahora en serio... muchos. No te sabría decir cuántos, entre test de embarazo y test de ovulación ... Los hacía a escondidas y sola porque no quería que mi marido volviera a sufrir de nuevo otra desilusión. Sé que somos un equipo en esto y tengo la gran suerte de haber elegido a un hombre increíble para vivir este camino, pero prefería ahorrar sufrimiento. - Y cuando sí funcionó… ¿cómo fue ese momento? Recuerdo que me faltaban aún unos días para saber el resultado de la beta pero yo no podía esperar más y me compré un test de embarazo. Me metí en el baño y esperé como otras tantas veces. En mi interior sabía que iba a salir negativo porque era demasiado pronto para que el test detectara la hormona y cuando vi dos rayitas pensé que estaba alucinando y en verdad era una sola, pero no, fue real. Me invadieron un montón de miedos porque temía que volviera a salir mal : no sabía si estaba preparada para otro aborto. - Imagino que en casos así, rodearse de buena gente es fundamental. ¿Quiénes han sido vuestros pilares fundamentales? La familia ha sido fundamental para poder expresarnos con libertad cada vez que lo necesitábamos. Vivir la infertilidad en silencio es muy duro, de hecho admiro a todas las parejas que lo hacen. Poder decir lo que siento en una red social para mí fue una vía de escape brutal donde encontré acompañamiento que necesitaba. También tuvimos a nuestras psicólogas para acompañarnos. - ¿Cómo afecta la infertilidad a la pareja? A todo. Una vida en pareja ya tiene de por sí sus momentos buenos y no tan buenos. Si a esto le sumas la frustración, culpabilidad, pena, ansiedad, miedos, palos y más palos... todo es un cúmulo que afecta a la relación. Llega un momento que las relaciones íntimas pasan a un segundo plano porque sin querer lo asocias a un fin: quedarte embarazada . Test de ovulación , relaciones en días que tocan, etc., sabiendo que no es posible un embarazo, dejas de disfrutar para ser una especie de rutina (vamos a llamarlo así). Es muy difícil... Nunca tienes que perder la comunicación con tu pareja aunque lo que tengas que decir duela. Es la única forma de llevarlo. Apoyarse el uno al otro y obligarse a desconectar cuando se necesite. Nosotros hemos hecho muchos parones en 15 años de búsqueda. «Hasta que no pasaron unos años, no supimos qué era lo que pasaba. Es inmunológico: mi cuerpo rechazaba los embriones» - ¿Cómo fue el embarazo? No fue como esperaba pero no lo cambio por nada, volvería a vivirlo así una y mil veces si es el camino hasta llegar a ella. Los primeros tres meses tuve muchos síntomas y no pude disfrutar por una amenaza de aborto que me llevó a estar en reposo un tiempo largo por perder uno de los embriones. El segundo trimestre sí pude disfrutar un poco más y el tercero todo entero de reposo. El miedo no dejó de acompañarme en todo el embarazo y la sensación de responsabilidad de que ella estuviera bien. - Tuviste una amenaza de parto, ¿no? Sí, en la semana 27 la pequeña ya quería nacer. Estuve ingresada hasta que pudieron pararlo y luego de reposo a casa. Aguantamos hasta la semana 37: ¡mi chica es una valiente! - Miah nació el pasado mes de enero. ¿Qué balance haces? Fue el día más feliz de mi vida cuando me pusieron a Miah en brazos. ¡Sólo pude llorar! No creía que eso podría estar pasándonos a nosotros, nos miramos y dijimos: '¡Lo hemos conseguido!'. La recuperación a la cesárea fue muy dura, nunca imaginé que tanto, pero tenerla a ella en brazos me hizo darme cuenta y ser consciente de que todo este camino ha servido para algo: hemos crecido como personas, evolucionado como pareja y ahora íbamos a descubrí cómo seríamos siendo papás y me parece maravilloso. Si antes estaba enamorada de mi marido, ahora como papá le amo más todavía. La adaptación como familia es increíble y aún la miramos y no nos lo creemos... ¡lloramos a cada rato de felicidad! MÁS INFORMACIÓN noticia No Una mala calidad del semen: cuando la infertilidad masculina no presenta síntomas noticia Si Las verdaderas diferencias entre esterilidad e infertilidad noticia No Hay más bebés nacidos por FIV si los óvulos se recolectan en verano, según un estudio noticia Si Las claves de una psicóloga para superar que es él, o ella, quien no puede tener hijos No puedo decirte que no sea cansada esta etapa pero todo, absolutamente todo lo vivido estos años, ha merecido la pena si era el camino que teníamos que vivir hasta llegar a ella.