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Ojo con los rusos

Con total solidaridad a Carlos Loret

El gobierno de México juega con fuego al abrir las puertas del país a la mayor concentración de espías rusos en una base extranjera, y al aparato de propaganda y desestabilización de Vladímir Putin.

Van a intervenir en nuestras elecciones, o ya lo están haciendo.

Lo que mejor manejan: el sabotaje cibernético y la desinformación.

Desde luego usarán a México de plataforma para intervenir en las elecciones de nuestro vecino.

Ya lo hacen, desde la embajada rusa en la CDMX, para penetrar en redes de países donde han sido bloqueados.

¿En qué aventuras andan en Palacio Nacional?

“No hay dios más caprichoso que el que está a punto de caer”, decían los antiguos griegos.

Somos parte del bloque de América del Norte gracias a un acuerdo comercial (TLC) ampliamente beneficioso para México.

Eso nos compromete a una lealtad básica con los valores compartidos con Canadá y Estados Unidos: libertad, democracia y derechos humanos.

¿Qué hacemos entonces en el juego geopolítico del Kremlin, del lado de Putin, cuando se vive una guerra no declarada entre Rusia y Estados Unidos?

Nuestro gobierno dio entrada a la estrategia de Moscú en su respuesta a Biden por la intervención de Estados Unidos en apoyo a Ucrania.

Rusia no acepta que Estados Unidos le haya impedido consumar, hasta ahora, la ocupación de su vecino, Ucrania.

Si Estados Unidos se alía con un gobierno hostil a Rusia en la vecina Ucrania, Putin se siente con derecho de aliarse a los adversarios de Estados Unidos en su país vecino, México.

Un México desestabilizado sería un problema casi irresoluble para Estados Unidos. Una maravilla para Rusia y su propósito expansionista. Como le dijo Putin a Tucker Carlson, entrelíneas, en la polémica entrevista: primero Ucrania y luego sigue Polonia.

Por lo menos un gobierno aliado junto a Estados Unidos, que le brinde facilidades logísticas, es vital para Moscú en su lucha contra nuestro vecino, socio y lugar de trabajo y residencia de millones de mexicanos.

Si no es ese el propósito –crearle problemas a Estados Unidos–, ¿qué hace aquí la principal concentración de espías rusos en el mundo?

No es porque les guste el mariachi ni el mole de olla.

¿Por qué el canal de propaganda rusa, RT (antes Russia Today), propiedad del Kremlin, despliega en México una millonaria campaña de promoción en calles, autobuses, el Metrobús, edificios, el aeropuerto…?

Como ya se informó en este espacio, RT ha sido expulsada de los países de la Unión Europea y de América del Norte, salvo México.

En febrero de 2022 fue prohibida su difusión en los países integrantes de la UE, pero “aunque el contenido de la cuenta principal de RT en X (antes Twitter) no es accesible desde España, la embajada en México tuitea enlaces que sí funcionan”, se informó en el diario El País.

Emmanuel Macron, presidente de Francia, acusó a RT, en su primera campaña, de intervenir en las elecciones francesas con noticias falsas que le afectaban.

Francia cerró las transmisiones de RT y congeló las cuentas de la cadena del Kremlin en enero de 2023.

En México se juega en otra pista. En la de Putin.

Vengan todos los espías rusos.

Adelante la cadena de propaganda de Putin.

Nuestro Presidente concedió, hace unos días, su primera entrevista exclusiva a un medio extranjero: fue entrevistado por Inna Afinogenova, exjefa de la oficina de Russia Today para América Latina.

Ella dijo que había renunciado a RT porque estaba contra la invasión a Ucrania. En la entrevista con el Presidente de México lo disimuló muy bien.

Acababa de morir en una prisión rusa Alexéi Navalni, el periodista opositor a Putin. Ni una palabra, de ninguno de los dos.

Queremos beneficiarnos del nearshoring y del friendshoring que es, como lo explicó Ana Paula Ordorica en su Brújula de la semana pasada, una forma de beneficiar a los países aliados de Estados Unidos. Y nos ponemos la camiseta rusa.

Los rusos intervinieron en las elecciones de Estados Unidos en 2016 para ayudar a Trump. Lo van a volver a hacer.

El informe del fiscal Robert Mueller –que investigó la injerencia de Moscú en las elecciones de 2016– documentó lo siguiente:

-Ataque a los sistemas de registro de votantes o los sitios web estatales en al menos 21 estados antes del día de las elecciones.

-Acceso completo a los sistemas electorales y robo de información personal de al menos 500 mil votantes.

-Entre los datos sustraídos: nombres, direcciones, números parciales de Seguro Social, fechas de nacimiento y números de licencia de conducir.

Bombardearon, a través de cuentas hackeadas, con mensajes de información falsa a los electores.

El FBI alertó, dos meses antes de las elecciones de 2016, que piratas informáticos accedieron a bases de datos del registro de votantes en Illinois y Arizona, y entraron a los sitios de condados en Georgia, Iowa y Florida.

Penetraron en un proveedor de software de registro de votantes, se hicieron pasar por la empresa, y enviaron correos electrónicos “maliciosos” a administradores de bases de electores en Florida.

Ahora están en México, con mayor presencia que nunca.

Y no, no vienen a pasear.

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