Pearl Harbor, el choque entre la Armada imperial japonesa y el coloso estadounidense dormido
Antes del ataque a Pearl Harbor, Japón llevaba décadas construyendo una flota de guerra poderosa que afianzase su presencia dominante en el Pacífico frente a otras potencias, especialmente Estados Unidos. Las victorias militares obtenidas por el Imperio del Sol Naciente en la primera guerra contra China de 1894 y en el conflicto ruso-japonés de 1904 habían servido como carta de presentación de una potencia naval en auge que estaba dispuesta a hacerse respetar en su área de influencia. La Primera Guerra Mundial, en la que Japón luchó contra las Potencias Centrales, alentó un ambicioso programa de construcción naval que sirvió como instrumento de una política expansionista en la región. El impulso de la ingeniería naval permitió a Japón disponer, en un plazo relativamente corto de tiempo, de la tercera flota de guerra del mundo, solo superada por la Royal Navy y la US Navy.]]>