Andrés Carevic dejó de ser el técnico de Alajuelense
La continuidad de Andrés Carevic en Liga Deportiva Alajuelense era insostenible, luego de la paliza recibida en Estados Unidos contra New England Revolution.
La continuidad de Andrés Carevic en Liga Deportiva Alajuelense se volvió insostenible después de esa caída estrepitosa (4-0) contra New England Revolution en Estados Unidos y después de que el equipo regresó al país, el club comunicó su destitución.
Cada gol encajado por los rojinegros en el Gillette Stadium sentenciaba el fin de la segunda era del argentino al frente del León. Era algo que sabía el presidente Joseph Joseph, al igual que lo intuía el propio Carevic, agobiado en ese frío infierno que vivió la Liga en Foxboro.
Pero en realidad era una continuación de aquellos gritos a coro desde las gradas del Morera Soto, cuando en varios pasajes sonaba: “Fuera Carevic”, a una sola voz.
La salida de Andrés Carevic encierra un todo, porque complace el clamor popular de quienes veían un ciclo concluido no ahora, sino desde el mismo momento en el que Alajuelense falló en su intento por lograr el campeonato nacional en diciembre pasado.
Su renovación por seis meses era una señal clara de que dependía del título, pero la cuerda se rompió antes para el hombre que en su primera etapa con Alajuelense obtuvo la estrella 30 y la Liga Concacaf; y que en este segundo paso ganó el Torneo de Copa y la Copa Centroamericana de Concacaf.
Que continuara en el banquillo fue la decisión de la Liga, con la esperanza de que todo caminara bien, pero sobre la marcha empezaron los tropiezos y con el margen de tolerancia reducido a cero, la afición demostró que esta vez no le iba a perdonar nada.
Empezó a escucharse: “Fuera Carevic”. Y aunque la dirigencia salió a respaldarlo en varias ocasiones, el desplome de Alajuelense en Estados Unidos le costó su puesto en definitiva.
Semanas atrás estuvo cerca de que esto pasara, pero fue cuando salió Fernando Lesme al rescate de la Liga y del propio Andrés Carevic.
Fue ahora cuando se rompió la cuerda y se marcó el fin de un ciclo. Por la presión alrededor del equipo y por la tensión a la que estaba expuesto el propio entrenador, la medida pareciera ser lo más sano para las dos partes.