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Pepe Cobo : «La colección de carteles de la Real Maestranza va a ser recordada a lo largo de la historia»

Abc.es 

La poderosa lista de artistas internacionales que anualmente realizan el cartel anunciador de la temporada taurina de Sevilla es un claro contraste con la cada vez mayor animadversión del Ministerio de Cultura por el mundo de los toros, excluido de la concesión de las medallas de las Bellas Artes e injuriado en numerosas declaraciones por el antitaurino ministro Ernest Urtasun . Frente al afán polarizador del máximo representante del estamento público está la modélica labor de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla , que cada año logra convencer a los pintores más reconocidos del panorama mundial para que una de sus obras forme parte de la ya prestigiosa colección del Salón de Carteles de la Maestranza. Una labor que desde hace un lustro cuenta con el asesoramiento del galerista Pepe Cobo . –Es usted el asesor de la Real Maestranza en la elección de los artistas. –Santiago León [teniente de hermano mayor] me lo propuso hace cinco años. Mi primer encargo fue el de la temporada 2020, que además suponía la conmemoración del 350 aniversario de la corporación. Mi primer cartel fue histórico: hubo cartel pero no hubo corridas. –¿Por qué cree que lo escogieron? –Tengo una trayectoria como asesor de colección y soy un galerista poco usual. Con la particularidad de que en mi trayectoria he defendido y vendido obras de artistas que no trabajan conmigo. –¿Cómo es el proceso para la elección del artista? –Es un encargo que tiene un proceso largo. Le presento a la Junta de Gobierno una serie de artistas, les explico quiénes son y ellos eligen. También hay artistas que rechazan el ofrecimiento, no porque estén en contra, sino por la excesiva connotación política que ha tomado el tema y no quieren señalarse. –Imaginamos que le marcarán una serie de pautas. –Tengo total libertad. Me guío por una línea de artistas de reconocido prestigio internacional para elevar y potenciar la colección. Sé que es una institución que representa líneas conservadoras y que se rige por unos estatutos históricos, pero tiene un factor transgresor que con esa tradición elijan a unos artistas contemporáneos para interpretar el mundo de los toros. –Usted selecciona una serie de artistas contemporáneos muy rupturistas, algo que cada año despierta mucha atención en la ciudad. ¿Se considera un provocador? –Hay un respeto muy grande. La institución respeta y yo también. El cartel de mi primer año fue el de Albert Oehlen, que además fue en un soporte digital. En seguida llegó la repercusión. El análisis del gusto pasa a un segundo plano cuando ven que va más allá de cuestiones personales. –Esto ha conseguido que la ciudad abra su visión al arte contemporáneo. –El antes y el después fue el cartel de Danh Vö. Quizá, por un fallo digital de reproducción [un homenaje a Lorca con la cita de «a las cinco de la tarde», pese a que las corridas comenzaban a las seis y media] en el que intervino la ciudad entera. Sevilla es la ciudad de la ironía, de la relatividad, del chiste y de la convivencia social. Todo el mundo opinó e hizo bromas con el cartel, pero todos comprendieron que el artista contemporáneo también ocupa un espacio dentro del mundo taurino. Hemos logrado todos los objetivos posibles: dar a conocer a los artistas, que se conozca el significado del arte contemporáneo y anunciar las corridas. –A raíz de ese éxito, otras instituciones de la ciudad parecen buscar una transgresión como ésta. El último caso está en el cartel de la Semana Santa. –No, la diferencia está en la visión internacional de nuestros artistas. La visión del resto de carteles de la ciudad es con artistas que están relacionados con la ciudad, que caen en el costumbrismo y que caen en repetir los modelos del siglo XIX o principios del XX. Tratan de repetir la iconografía de la ciudad de aquella época, pero no se plantean elementos más simbólicos o metafóricos que tiene hoy el arte contemporáneo. Puedes utilizar muchos códigos para representar cualquier tipo de cosas. –Algunos de esos artistas seguramente desconocían el mundo de los toros. –Danh Vö era el que estaba en un mundo más lejano, pero debemos tener en cuenta que son artistas cultos y que cuando reciben un encargo investigan. Todos conocen a Federico García Lorca, y de ahí encuentran, por ejemplo a Ignacio Sánchez Mejías, a la generación del 27... Buscan la relación para pintar la fiesta. –Al igual que Sánchez Mejías dejó un precedente de vinculación entre la fiesta y el mundo de la literatura, la Maestranza será recordada como nexo de unión entre la tauromaquia y el arte contemporáneo. –Totalmente. Estamos hablando de una colección con treinta carteles que empezó en 1994 con Juan Maestre, que era maestrante y artista, y que tuvo una sensibilidad especial para plantear la que ahora es la mejor colección de carteles taurinos del mundo. No por su número, sino por quiénes son los artistas internacionales que la componen. He participado en los cinco últimos, pero ahí estaban ya los nombres de Larry Rivers y Alex Kat, por ejemplo. Son artistas muy importantes cuyas obras están en los grandes museos del mundo. Si esto sigue así, será una colección única con la marca Sevilla. No sé si dentro de cien años habrá corridas de toros, pero estoy convencido de que dentro de cien años se sabrá que en Sevilla hubo toros. La colección será recordada en la historia. –Todos conocían Sevilla, ¿verdad? –Danh Vö había venido para un tema de la Macarena. Lo traje porque la Hermandad me encargó hacer el 425 aniversario de la institución con la relación España-México a través también de la Virgen de Guadalupe. El proyecto consistía en llevar los tesoros de la Macarena por todo Latinoamérica. Traje a Danh en noviembre del 2019 para que hiciera un cartel para el proyecto, pero llegó el Covid y todo quedó parado. Nos encontramos más adelante en Art Basel (feria internacional del arte en Basilea) y, como el artista ya se había enamorado de Sevilla, le ofrecí el cartel de la Maestranza. Me dio un abrazo y me dijo que lo haría encantado. –La ciudad ya está adaptada al concepto, aunque seguramente Juan Maestre fue un incomprendido en los comienzos de este proyecto. –Su estrategia fue muy buena. Los primeros carteles fueron con artistas de Sevilla, menos rupturistas y más taurinos. Lo hizo muy bien, poco a poco. Si el primero lo hace Norman Foster, no se hacen más. –¿Sería posible hacer una exposición fuera de Sevilla con esta colección? –Sin lugar a dudas. Es una propuesta que he hecho, pero no podemos obviar que el Salón de Carteles es un lugar emblemático de la ciudad que acoge numerosos actos y sería raro para los visitantes que al llegar no estuvieran las obras durante un año. –Por cierto, dicen que algunos de estos artistas, cuyas obras se venden incluso por siete cifras, donan sus carteles para los fines sociales de la Real Maestranza de Caballería. –Es algo que la ciudad desconoce, pero todo empieza con Albert Oehlen. Había una tarifa establecida para los artistas y el asesor. No sé si todos, pero la pauta era ésa. Oehlen tuvo el gesto de decir que donaba la cantidad establecida a la institución, sabiendo que el destino era para fines sociales. Eso creó un precedente que, hasta ahora, se ha mantenido con los últimos cinco carteles. –¿Y el asesor? –Como comprenderán, el asesor tampoco cobra. Si el artista no cobra, yo no puedo ni debo cobrar. –¿Ya tiene artista para el año que viene? –Nos gustaría que fuera una mujer, siguiendo la línea de carácter importante internacional. –¿Será su último año? –Yo me someto al teniente y Santiago León acaba su labor en 2025. Me gustaría que fuera un gran colofón con un artista de renombre. «El Gobierno ha cometido el error de nombrar a un ministro de Cultura de Podemos, y la Cultura no debe estar en extremos» Pepe Cobo Galerista   –Es curioso que, mientras que el Gobierno excluye a la tauromaquia de la concesión de las medallas de las Bellas Artes, la corporación sigue logrando esta fusión con «artistas de renombre». –Este Gobierno ha cometido el grave error de nombrar a un ministro de Cultura que es de Podemos. Y la Cultura no puede estar en lugares extremos. Tanto en la época de Aznar como en la etapa de Carmen Calvo se consiguió que las decisiones de los grandes museos de España no tuvieran carga política, pero ahora hemos vuelto con el extremismo de politizar la Cultura, que debería estar en manos de los mejores, de las personas más documentadas. En un estado de bienestar se debe valorar la formación, no la tendencia política del ministro. –¿Cree que este ministro no está documentado? –No lo sé, pero indiscutiblemente busca tensar el tema taurino. En Francia, que es un país absolutamente liberal y que tomamos como referencia para todo tipo de asuntos, a nadie se le ocurriría poner un ministro de Cultura que no sea culto. –Otra de las propuestas de Urtasun es la descolonización de los museos. –Eso es un 'totum revolutum'. Es política y eso le funciona muy bien a la izquierda radical. Cuando usted pretende una descolonización, usted está colonizando. Los conservadores que están en los museos son gente preparada, que han ganado una oposición para defender las líneas de conservación de los museos. Por mucho que quiera, se va a chocar de cabeza con todos los representantes de las instituciones.

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