Vinicius sigue empujando
Anda el Real Madrid de campaña en campaña. En las horas pares se dedica su TV a darle una somanta de palos al árbitro que les pita en Liga con el noble fin de ablandar su voluntad para que tome decisiones amables con el equipo blanco. En las horas impares su obsesión es tapar las vergüenzas de Vinicius llevando la realidad al otro extremo. Es decir, que si el brasileño se dedica a encararse con los rivales y con las aficiones contrarias con malos modos, a victimizarlo que es mano de santo. Primero tocó el tema del racismo porque unos cuantos impresentables le llamaron ‘mono’ en Mestalla. Algo censurable pero que no puede confundirse con que toda Mestalla fuese la que le tildó de primate, cuando lo que le gritaban es ‘tonto’.