World News in Spanish

Cambio de paradigma en España: la inversión en vivienda cae y el 70% ya se concentra en sectores ajenos al ladrillo

Abc.es 

Las empresas han dirigido históricamente una buena parte de sus inversiones hacia la construcción inmobiliaria sobre la premisa de que se trata de un activo duradero y sustancialmente rentable, más aún en nuestro país donde la estructura productiva brinda un papel preponderante al mercado de la vivienda. Sin embargo, el cambio de tendencia forzado por el 'crack' de la Gran Recesión de 2008, que tuvo como protagonista al sector inmobiliario y al sistema bancario, está desviando el flujo de capital hacia la economía no residencial, y más concretamente a los sectores de los servicios privados y la industria manufacturera. Así, mientras en los últimos años del 'boom' inmobiliario la vivienda llegó a representar casi el 40% de la inversión total, en el periodo 2021-2023 su peso se ha reducido hasta el 29% . Por otro lado, la inversión no residencial, que ha crecido el 3,1% en 2023 y representa el 71%, es la relevante en la mayoría de las ramas de producción. Noticias Relacionadas estandar No La inversión extranjera en Andalucía se dispara un 87% entre 2019 y2023, hasta alcanzar los 4.426 millones ABC de Sevilla estandar Si El imán de Madrid resiste a la desbandada inversora en España Susana Alcelay Tal y como se desprende de la nueva actualización de la base de datos de stock de capital elaborada parte de la Fundación BBVA-Ivie, dentro de la inversión no residencial destacan los fuertes ritmos de avance de las ramas de servicios privados , tanto los avanzados –de intensidad digital alta o medio alta– como los tradicionales, y en la industria manufacturera . Ambos sectores experimentan los mayores crecimientos de las inversiones no residenciales, con tasas anuales del 4,8% y el 3,7%, respectivamente entre 2021 y 2023. En cambio, la inversión en servicios públicos crece un 2,1% y la de las ramas de energía (-1,5%), construcción (-3,7%) y agricultura, ganadería, silvicultura y pesca (-5,2%) retroceden. Es importante destacar que la composición por activos de las inversiones de las distintas ramas es muy diferente. Por ello, señalan los expertos, el mayor crecimiento de la inversión en las ramas mencionadas indica un avance de la formación de capital en actividades que concentran más sus inversiones en maquinaria (caso de la industria manufacturera), equipos de transporte, TIC y activos inmateriales (caso de los servicios, especialmente los avanzados), y menos en los activos de construcción no residencial (infraestructuras, naves, locales, etc.). En suma, el resultado agregado de la recomposición de la inversión por ramas es, también, una recomposición de la inversión por activos que intensifica el peso en la inversión total de los capitales más productivos . Cae el peso de los servicios públicos Estos cambios en la estructura de la inversión de los últimos años no son nuevos, pues comenzaron al finalizar el 'boom' inmobiliario y han ido consolidando una orientación de la formación de capital española hacia actividades más productivas. La creciente inversión en servicios privados y en la industria manufacturera ha hecho que estas actividades aumenten su peso en la inversión no residencial total, hasta suponer casi el 70% en los últimos tres años frente al 59% que representaban en 2007. La inversión de las manufacturas ya supone el 17,6%, mientras que los servicios privados son el 52,4%. Por el contrario, la construcción ha pasado de suponer el 13,1% de la inversión no residencial en 2007 a solo un 3,6% en los dos años más recientes. Por su parte, la inversión en servicios públicos , a pesar de que en los últimos cuatro años ha crecido sustancialmente (más de un 26% acumulado entre 2019 y 2023), sigue pesando menos que al final del 'boom'. Mientras en 2007 suponía el 19,4%, en la actualidad representa el 13,3%. «Este menor peso se explica por su intensa reducción durante la Gran Recesión para ajustar las cuentas públicas», señalan los autores del estudio y profesores e investigadores del Ivie Francisco Pérez, Matilde Mas y Juan Fernández de Guevara, además de los economistas Eva Benages, Juan Carlos Robledo y Ángel García. En términos generales, la inversión en España ha crecido un 2,7% de media anual entre 2021 y 2023, mientras que el PIB, en el mismo periodo, lo ha hecho un 4%: es decir, el crecimiento de la inversión ha sido 1,3 puntos porcentuales inferior al de la economía. Cabe recordar que el esfuerzo inversor fluctúa por lo general de manera procíclica porque la inversión es más sensible a la evolución de la actividad que la propia producción. Durante el intenso ciclo protagonizado por la inversión inmobiliaria (1995-2007), la oscilación de la formación de capital fue muy intensa por esa razón, y sobre todo debido al comportamiento de la inversión residencial. En la recuperación económica iniciada en 2021 no se refleja un comportamiento procíclico de la inversión, pues la formación de capital crece menos que el PIB en España desde 2020. Tras alcanzar en 2020 un nivel de esfuerzo inversor del 20,4%, cuando el PIB se contrajo de manera abrupta por la pandemia, en 2023, con el PIB creciendo un 2,5%, el esfuerzo inversor fue del 19,3%, es decir, inferior al del año anterior a la pandemia. Por debajo de la media europea Un esfuerzo inversor en torno al 20% como el de los últimos años en España es algo más bajo que el de la mayoría de los países europeos (el promedio de la UE-27 se ha situado alrededor del 22% desde 2019), pero superior al de los países que más sufrieron la Gran Recesión (Grecia, Italia, Portugal). Si se excluye la inversión en vivienda, está en torno al 14,5%, un nivel superior a Grecia, Italia y Reino Unido y similar a Alemania y Portugal. En síntesis, el esfuerzo inversor del último decenio es muy inferior al alcanzado por nuestra economía durante el 'boom', cuando se aproximó al 30% del PIB, un porcentaje que se explica por la inversión en vivienda de esos años. El esfuerzo inversor no residencial ha permanecido siempre por debajo del 20% y sus fluctuaciones han sido menores: alcanzó el máximo del 18,5% en 2007 y en la actualidad se sitúa en el 13,7%. La intensidad de la formación bruta de capital fijo durante el boom era insostenible y generó excesos de capacidad en activos inmobiliarios muy duraderos que provocaron un desplome de la inversión a partir de 2007, del que todavía no se ha recuperado. Después de la notable acumulación de capital de los últimos veinte años, una parte importante de la inversión bruta se dedica a cubrir la depreciación de los capitales ya instalados : casi las tres cuartas partes del total. El resto es la inversión neta, es decir, la que da lugar a nuevos capitales, que ascendió en 2023 a 67.330 millones de euros y en términos reales se sitúa por debajo del nivel de inversión neta de 1995. MÁS INFORMACIÓN El precio de la vivienda libre sube un 4% en 2023 y se acerca a niveles de 2008 Valencia triplica en inversión extranjera a Cataluña y ya es la segunda región española que más recibe En cuanto a la inversión bruta total en España, que incluye inversión pública y privada, sí que se han superado ya los niveles de 1995. En concreto, alcanzó los 281.769 millones de euros en 2023, lo que supone un aumento del 2,8% respecto a 2022. En los dos últimos años, la tasa media de crecimiento anual se ha mantenido en una cifra similar, 2,7%, confirmando la recuperación de la inversión iniciada en 2021, tras la brusca caída de 2020.

Читайте на 123ru.net