La mafia de Víctor, el hombre que esclavizaba a chicas con su exnovia en dos pisos de Torrejón

La Policía Nacional y la Guardia Civil han desmantelado a una organización criminal que mantenía esclavizadas a al menos diez chicas veinteañeras en dos pisos de Torrejón de Ardoz. Las obligaban a prostituirse durante las 24 horas del día y los siete días de la semana. Ahora, hay en marcha una investigación patrimonial sobre la mafia, a la que, además de los delitos de trata, se acusa de blanqueo de capitales. La operación Palmira-Nechi comenzó el pasado verano y las pesquisas de la Brigada de Extranjería y Fronteras de Madrid convergieron con las de la Unidad Central Operativa (UCO) del Instituto Armado. Se localizaron dos viviendas en Torrejón de Ardoz, controladas por un dominicano, llamado Víctor, y su expareja. A través de redes sociales y también por la intermediación de terceras personas, captaban a mujeres, especialmente de zonas deprimidas de Colombia, con las consabidas promesas de un futuro mejor en España. Una vez en Madrid, la situación era bien distinta. Adquirían una supuesta deuda con la organización, que no paraba de crecer. Vivían, «como en el 99% de los casos de prostitución en pisos, en condiciones de esclavitud«, explican a ABC fuentes del caso. Estos informantes hacen hincapié en que cada vez hay menos mujeres prostituidas en las calles y clubes, y más en viviendas, lo que está dificultando sobremanera la labor policial; es algo similar a lo que ocurre con la eclosión de los narcopisos: se trata de domicilios que, en principio, son inviolables constitucionalmente, por lo que su investigación requiere de numerosas pruebas para lograr las autorizaciones judiciales de entrada y registro. Noticia Relacionada estandar Si Repuntan las redes de inmigración y prostitución desde Suramérica Gerard Bono Las mafias explotan las vías para sacar el «máximo beneficio» en el «menor tiempo» Los doce arrestados son nueve hombres y tres mujeres, entre los que hay, además de Víctor, cinco españoles, tres venezolanos y tres colombianos. Obligaban a las mujeres a vender y consumir drogas con sus clientes, una práctica que también va en ascenso, según las operaciones policiales que se van ejecutando. Las trataban como pura mercancía sexual, hasta el punto de que las víctimas contraían un 'compromiso de permanencia' de hasta un año. De lo contrario, recibían amenazas de todo tipo, también con hacer daño a sus seres queridos de su país. El 13 de marzo, en los dos registros practicados, los agentes han hallado una pistola y un subfusil que, aunque eran de 'airsoft', tenían una apariencia real a ojos de las mujeres. Era una de las maneras de amedrentarlas. Cumplían otros de los patrones básicos: iban rotando a las esclavas en los pisos, los puteros podían pagar con Bizum o con tarjeta de crédito y tenían conocimiento de los lugares por el boca oreja o por páginas muy cerradas sobre prostitución. Teléfono contra la trata: 900105090.