Investigación para lograr un hormigón ecosostenible

Un grupo de investigadores de nueve universidades españolas y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han suscrito en Burgos el acta fundacional de la Asociación Española del Hormigón Ecosostenible (EcoH). El objetivo es buscar alternativas a los componentes del elemento más utilizado en la construcción de obra civil y su manipulación, para reducir la Huella de Carbono, garantizando un similar comportamiento de durabilidad y prestaciones. La catedrática de la Universidad de Burgos Vanesa Ortega ha insistido en que el punto de partida es que el material que se utilice tiene que cumplir escrupulosamente la normativa. El presidente de EcoH, el catedrático de la Universidad de Córdoba Francisco Agrela, ha incidido en que se trata de aunar esfuerzos y aprovechar las sinergias entre grupos para impulsar el desarrollo y aplicación de hormigones sostenibles. La asociación pretende trasladar sus conocimientos a las empresas del sector para que estas puedan comunicarles sus necesidades y, a su vez, implementar en sus productos y obras los hormigones con baja huella de carbono desarrollados por los investigadores más prestigiosos a nivel nacional en materia de materiales de construcción. Juan Manuel Manso, catedrático de Ingeniería y concejal del Ayuntamiento de Burgos, celebra que la ciudad sea un hito en la investigación del hormigón, cuya primera reglamentación en España también se firmó en Burgos, la Norma del Hormigón de 1939. EcoH está formada por las universidades de A Coruña, Cantabria, Extremadura, Granada, Córdoba, Oviedo, las politécnicas de Cataluña y Valencia, además de la UBU y el CSIC. También el sector eólico se enfrentará en los próximos años al gran desafío de repotenciar los parques, sustituyendo los antiguos aerogeneradores, con una antigüedad de entre 25 y 30 años, por otros de mayor potencia y mayores dimensiones. En España se estima que antes del 2030 será necesario renovar el 50% de la capacidad eólica instalada, que en la actualidad alcanza los 30 gigavatios. La retirada de los aerogeneradores obsoletos genera una cantidad enorme de residuos, entre otros sus palas y el hormigón de sus cimentaciones. Por ello, se hace necesaria la búsqueda de soluciones para reciclar estos residuos, en beneficio del desarrollo social, económico, industrial y medioambiental, promoviendo a su vez la transición ecológica de la industria eólica, estratégica en España, al ser este el quinto país del mundo con mayor potencia eólica instalada. Noticia Relacionada UNIVERSIDADES estandar No Treinta años de vida universitaria en Burgos Pedro Sedano Coincidiendo con el aniversario de su nacimiento, la UBU concederá la Medalla de Oro a Joan Manuel Serrat El grupo de investigación Sucons (Sustainable Construction Research Group) de la Universidad de Burgos, a través de su proyecto activo, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, 'Rewind', y con la ayuda solicitada a la Junta de Castilla y León, para desarrollar su proyecto 'Eoloop', trabaja en convertir las palas de los aerogeneradores desmantelados y el árido de hormigón reciclado de sus cimentaciones, en materias primas nobles para fabricar hormigones, técnica y económicamente viables, para su uso en diferentes aplicaciones, contribuyendo así a mitigar el cambio climático, a crear entornos resilientes y sostenibles, migrando hacia una economía circular baja en carbono. «La investigación se plantea como una necesidad. Por ello se trabajará junto a las empresas del sector eólico y de la construcción, para proporcionar soluciones innovadoras y competitivas de I+D+i que permitan la expansión de la industria eólica, ajustándose a sus necesidades, medios y posibilidades, sin comprometer el medio ambiente», explica Vanesa Ortega López, investigadora principal del proyecto. Partiendo de la experiencia del equipo investigador Sucons sobre la utilización de residuos para elaborar hormigones, se plantea utilizar como insumos el Triturado de Palas de Aerogenerador (TPA) , obtenidos tras un proceso de corte selectivo y machaqueo mecánico, así como, el árido reciclado de hormigón (RCA) procedente de las cimentaciones, en hormigones reforzados con fibras. Para alcanzar el éxito, detalla Vanesa Ortega López, en primer lugar, se hace necesaria la toma de decisiones en cuanto al tratamiento mecánico de reciclaje a aplicar a las palas de los aerogeneradores, que permita obtener materias primas aptas para su incorporación en los hormigones. A continuación, se ha de trabajar en el diseño de las mezclas y en la evaluación del comportamiento mecánico y durable de los hormigones, así como en el estudio del impacto medio ambiental y el coste económico de su fabricación. Finalmente, con el fin de transferir la tecnología desarrollada al tejido empresarial, se espera encontrar el contenido óptimo de residuos en los hormigones, en base a criterios prestacionales, económicos y medioambientales, que puedan ser «fabricados a gran escala y que sean de utilidad para la industria de la construcción», añade la investigadora.