‘Golpe de realidad’ a Banxico
Irene Espinosa fue la única integrante de la Junta de Gobierno del Banco de México que esta semana votó por mantener la tasa de referencia en 11.25 por ciento, mientras que los otros cuatro miembros decidieron el recorte de 25 puntos base –un cuarto de punto– al nivel de 11 por ciento, el primer ajuste a la baja desde febrero de 2021.
La realidad inflacionaria del país le dio la razón a la subgobernadora Espinosa, pues en la primera quincena de marzo el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 0.27 por ciento quincenal, mientras los economistas encuestados por Citibanamex esperaban que la inflación se ubicara en 0.24 por ciento.
Con este resultado, la inflación general fue de 4.48 por ciento anual y también quedó por arriba de lo anticipado por el consenso del mercado, además de que aceleró desde el 4.35 por ciento anual registrado en las dos últimas semanas de febrero pasado.
De acuerdo con los resultados del INEGI sobre el INPC, la inflación anual en la primera mitad de marzo es la mayor de las últimas tres quincenas.
En la quincena inicial de marzo el comportamiento de la inflación general se debe a que el componente subyacente, que refleja mejor la tendencia inflacionaria, se ubicó en 4.69 por ciento anual, marginalmente por arriba del 4.66 por ciento de la quincena previa.
Pero después de hilvanar 25 lecturas quincenales en repliegue y aumentar a su menor ritmo desde junio de 2021, el índice subyacente se aceleró ligeramente en las últimas dos quincenas.
“El balance de los datos de inflación es malo y nos preocupa que la inflación subyacente esté cambiando de tendencia, poquito, pero al final de cuentas vimos un incremento en la inflación anual de este grupo de precios, que es el que nos sirve más para anticipar la política monetaria del Banco de México”.
Así lo dijo a este reportero Luis Adrián Muñiz, subdirector de Análisis Económico en Vector Casa de Bolsa, al advertir que “en la medida que veamos estas malas cifras de inflación, el espacio que tiene el banco central mexicano para continuar bajando la tasa de interés podría llegar a acotarse”.
La inflación subyacente continuó cediendo terreno en su subcomponente de mercancías, al desacelerarse de 4.12 a 3.96 por ciento anual de finales de febrero a principios de marzo.
Por su parte, el subcomponente de servicios se situó en 5.57 por ciento anual, que además de que aceleró desde 5.31 por ciento previo, completó 40 quincenas con una inflación anual por arriba del 5 por ciento.
No sólo se mantiene un comportamiento diferenciado entre la inflación de mercancías y la de servicios, sino que esta última sigue sin presentar una clara tendencia a la baja.
Peor aún, la inflación de servicios está alejándose del umbral de 5 por ciento y acercándose al máximo de 5.71 por ciento que alcanzó en marzo de 2023.
En la medida en que el subcomponente de servicios continúe presionado, la inflación subyacente tendrá una convergencia a la baja más lenta, anticipa Muñiz.
En la minuta de la reunión de política monetaria de esta semana, que se publicará el 4 de abril, se podrán conocer los argumentos de la opinión disidente de la subgobernadora Espinosa, quien votó por mantener inalterada la tasa de referencia, así como las posturas de los cuatro integrantes de la junta que votaron por reducirla de 11.25 a 11 por ciento.
Desde la perspectiva del economista de Vector, “el sentido de la votación cuatro a uno es muy importante, porque para que pudiésemos ver una pausa en (la siguiente reunión de) mayo tendríamos que ver que dos miembros de la junta se volteen, que súbitamente digan ‘esto ya se deterioró demasiado, mejor pausemos’. Y eso pareciera que, al menos con la información que tenemos hasta el momento y con la información que el mismo banco central tiene, no es algo que vaya a suceder o no es tan probable”.
Por el momento, opina Muñiz, “creo que Banxico seguirá bajando la tasa en recortes de 25 puntos base y creo que continuaremos viendo decisiones divididas”.
En la jerga de los bancos centrales se caracteriza a los integrantes de los órganos de gobierno como ‘palomas’ cuando son poco proclives a aumentar o mantener las tasas y como ‘halcones’ cuando esta proclividad es mayor.
Si fuera el caso, en términos del plan de vuelo de la política monetaria de Banxico, la visión de las ‘palomas’ se impone a la del ‘halcón’, aunque el entorno inflacionario le conceda la razón.