Dentro y fuera
El tramo de la Candelaria se arremolina en la puerta lateral de San Nicolás, la que da a la plaza de Ramón Ybarra Llosent –ay, cómo duele pronunciar ese nombre y ese apellido este año– a la espera del momento oportuno. Hay de todo en la composición abigarrada: tres penitentes sin cruz, nazarenos de blanco nuclear mirando en todas las direcciones, el que se ajusta el capirote, el que consulta el reloj, el que lleva el programa con los tiempos de paso en la mano, el que se afana por echar una ojeada al interior de la iglesia por si se aprecia movimiento en los pasos, el que sencillamente espera paciente el turno, el que presiente que será una tarde... Ver Más