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Los obispos alemanes crean el consejo sinodal para no enfrentarse al cierre masivo de iglesias

Abc.es 

El presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Georg Bätzing , está convocado junto con varios de sus obispos a una serie de reuniones en el Vaticano para un intercambio entre la delegación alemana y los representantes de la Curia. Recientemente, los cardenales Víctor Manuel Fernández, Pietro Parolin y Robert Prevost pidieron en una carta aprobada por el Papa Francisco que fuera eliminado del orden del día de la Asamblea de Primavera de los obispos alemanes la aprobación de los Estatutos del nuevo Consejo Sinodal , organismo más allá de la Conferencia Episcopal y del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK). Se aprobó por el Camino Sinodal alemán a pesar de las objeciones de Roma. Este Consejo Sinodal, constituido en noviembre y cuyo primer trabajo ha sido elaborar sus propios estatutos, pendientes todavía de la aprobación de la Conferencia Episcopal, está planeado para discutir «desarrollos significativos en la iglesia y la sociedad» y «tomar decisiones fundamentales de importancia supradiocesana sobre planificación pastoral, cuestiones futuras de la iglesia y asuntos financieros y presupuestarios de la iglesia que no se deciden en el consejo diocesano». Independientemente de lo que ocurra en estas reuniones, los laicos alemanes exigen que esté funcionando en junio. Y si la mayoría de los obispos alemanes está con ellos es porque hace tiempo que se imaginan como un idílico paisaje la posibilidad de no tener que soportar en solitario la carga de las decisiones. Noticias Relacionadas estandar No El Papa elimina los temas polémicos del debate del Sínodo como el diaconado femenino Javier Martínez-Brocal estandar Si En el cónclave de 2005 Así intentaron bloquear la elección del Papa Benedicto Javier Martínez-Brocal La Iglesia alemana soporta una estructura demasiado grande y pesada para su verdadera dimensión. Los obispos alemanes se enfrentan a disyuntivas imposibles como la falta de personal y el aumento de costes en las escuelas y guarderías católicas, hasta tal punto que ni siquiera las normas de refinanciación estatales más generosas y el significativo aumento de las contribuciones de los padres son ya suficientes para mantener los colegios abiertos. ¿Qué hacer con cientos de hospitales católicos deficitarios y amenazados de quiebra debido al constante aumento de los costes, algunos de ellos imposibles de incluir en la planificación hospitalaria estatal?. ¿Qué pasará con los numerosos centros de atención a personas mayores y trabajo para discapacitados bajo el paraguas de Cáritas, que ya no pueden funcionar para cubrir gastos?. Universidades, colegios, hospitales... El Comité Sinodal decidiría también qué hacer con todos los bienes inmuebles para los que ya no hay uso eclesial suficiente. Otra cuestión candente es qué debería ser de las más de tres docenas de facultades e institutos católicos de las universidades, que se han quedado si alumnos. Los Bundesländer siguen pagando, pero sólo por el momento. Ni siquiera la KU Eichstätt-Ingolstadt, la única universidad católica en el mundo de habla alemana, cuenta con suficientes estudiantes. Empezar a cerrar masivamente parroquias, colegios, hospitales y facultades de Teología no es algo de lo que los obispos alemanes deseen ser responsables. Y, sobre todo, el Consejo Sinodal se ocuparía del destino la empresa eclesiástica más valiosa del mundo: el Fondo de Suministros Adicionales para la Iglesia (KZVK) de Colonia. Este fondo complementario de las pensiones eclesiásticas, que proporciona un plan de pensiones de empresa adicional a los empleados de la Iglesia, de Cáritas y de Diakonie, con contratos según el derecho privado, cuenta con un patrimonio total de más de 32.000 millones de euros, pero ya no es capaz de generar el tipo de interés garantizado del 3,5 por ciento en el mercado de capitales que la Iglesia alemana ha firmado con cientos de miles de empleados, debido, entre otras cosas, al largo período de bajos tipos de interés. Reunión de conciliación Si las diócesis tuvieran que ser responsables, como garantes del fondo, la consecuencia inmediata sería probablemente la insolvencia de la iglesia alemana. Con la dificultad añadida de que, como corporaciones de derecho público, las diócesis no pueden declararse en quiebra. Estos son los motivos por los que, incluso sin que se hayan aprobado sus Estatutos, la próxima reunión del Consejo Sinodal se celebrará según lo previsto. «En este momento tenemos claro que queremos ceñirnos a la fecha de la segunda reunión del Consejo Sinodal en junio de 2024 en Maguncia», se lee en una carta a los miembros del comité, disponible en el portal katholisch.de y firmada conjuntamente por Georg Bätzing y por la presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes, Irme Stetter-Karp. Después de la primera «reunión de conciliación» entre los obispos alemanes y la Curia en Roma la semana pasada, Stetter-Karp respira aliviada y ha declarado que «ahora podemos seguir trabajando, ese es el mensaje crucial. Todavía tenemos un camino empinado por delante y para ello necesitamos espacio para respirar«. Más participación cristian Para el período hasta 2026 «es importante para nosotros comprobar si la confianza de Roma en los alemanes crece hasta tal punto que podamos trabajar con cierta libertad. La reunión fundacional de la nueva asociación patrocinadora se celebró durante la Semana Santa y garantiza la financiación del Consejo Sinodal. «Al final, los cuatro obispos que no querían cofinanciar no pudieron impedirlo», se felicita Stetter-Karp, que desea utilizar este nuevo organismo como palanca de reformas en la Iglesia. «Veo la vida de los cristianos cada día más alejada de los dogmas», dice, «y obviamente se trata de poder, se trata de la gran dificultad de lograr una mayor participación, que es inherente al ser cristiano. No sólo en el sentido de que se le permita opinar. Por el bien de la Iglesia, buscamos formas de deliberar y decidir junto con los obispos».

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