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Científicos evalúan gases, temperatura, sismos y cenizas en volcán Poás para prevenir cambios súbitos

La actividad del volcán Poás podría tener cambios súbitos. Hasta el momento, las variaciones no sugieren que se esté repitiendo un ciclo como el que obligó al cierre del coloso durante la Semana Santa de 2017

El despertar del volcán Poás, que se acentuó durante la Semana Santa, mantiene a los vulcanólogos en constantes evaluaciones para alertar sobre posibles cambios súbitos, los cuales son característicos de cualquier volcán activo.

Hasta el momento, las variaciones no sugieren que se esté repitiendo un ciclo como el que obligó al cierre del coloso durante la Semana Santa de 2017. En esa ocasión, las emanaciones de gases previas alcanzaron hasta 1.000 toneladas diarias, mientras que en esta ocasión las más altas han sido de 700 toneladas.

Marteen de Moor, del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), señala que tras dos erupciones explosivas ocurridas el 29 de marzo pasado, los conductos se abrieron y eso facilita la emanación de gases que provienen de un cuerpo magmático somero, ubicado a un kilómetro de profundidad, y que está por encima del sistema hidrotermal.

Los gases, cenizas e incandescencia son parte del nuevo ciclo que experimenta el Volcán Poás. Fotografía: Ovsicori.

Indica que, en concentraciones altas, gases como el dióxido de azufre pueden afectar los pulmones y el sistema respiratorio en general. Este gas se origina en el magma y se modifica al pasar por el sistema hidrotermal, que ahora filtra menos debido a la ausencia de una laguna.

El olor a huevo podrido, reportado por muchos vecinos de Sarchí y Zarcero, es generado por el gas llamado sulfuro de hidrógeno. También se detectan emanaciones de ácido clorhídrico, que es corrosivo, y de dióxido de carbono.

Debido a que la temperatura en el cráter supera los 300.°C en algunos puntos, se produce la combustión de azufre, la cual se puede observar por las noches como incandescencia en una de las bocas. En la visita al coloso el martes 2 de abril los científicos escucharon el fracturamiento de rocas debido al paso de gas magmático.

Respecto a los tremores o sismos volcánicos, Marteen de Moor afirmó que estaban aumentando, pero volvieron a disminuir después de las dos erupciones explosivas del pasado viernes.

En medio de todos estos parámetros que fluctúan en intensidad, la vigilancia sigue siendo estrecha, mientras que en las faldas del coloso, vecinos y comerciantes de Poasito, Sarchí, Zarcero, Grecia y Naranjo esperan que la calma vuelva a la cima.

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