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El acoso fiscal del Gobierno a las rentas más altas captura ya el 60% de su salario

Abc.es 

Pongamos una situación en que varias empresas de diferentes países estuvieran peleando por incorporar a su estructura a un cotizadísimo alto ejecutivo que consciente de su valor de mercado demanda un salario anual limpio de impuestos y cotizaciones de un millón de euros. Una empresa polaca sabría que entrar en la puja tendría un coste total para ella de 1,62 millones de euros; para una estadounidense ese coste sería algo más elevado, de 1,78 millones de euros; en Alemania, la factura se elevaría hasta los 1,90 millones; una francesa ya tendría que reservar más de dos millones de euros (2,20 millones, en concreto) para entrar en la pelea; y a la imaginaria empresa española en liza no le quedaría más remedio que poner encima de la mesa 2,41 millones de euros para poder fichar al talentoso ejecutivo. Ese escenario es al menos el que se desprende de la estimación de cuña fiscal que acaba de difundir el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el think tank de la CEOE, a partir de los datos de la Tax Foundation. Código Desktop Imagen para móvil, amp y app Código móvil Código AMP 1391 Código APP Unos datos que sitúan a España como el cuarto país de la OCDE en el que los salarios altos soportan una mayor carga por el agregado de IRPF y cotizaciones sociales, hasta el punto de irse por esa vía el 59,5% de los recursos que las empresas emplean en retribuir a sus trabajadores en ese rango salarial. Una misión cumplida para el Gobierno, que aspiraba a obtener más recursos fiscales de las rentas más altas, pero un lastre para la competitividad de las empresas domésticas que en plena guerra global por el talento se ven obligadas a batallar con una estructura de costes bastante más gravosas que la mayoría de sus competidoras de la UE y la OCDE. A la cola de la competitividad El peso extra de la cuña fiscal agrava lo que ya era una situación inquietante para la competitividad del tejido productivo nacional, que según el Índice de Competitividad Fiscal soporta uno de los marcos tributarios menos propicios para la inversión y el empleo de todos los países desarrollados. España ha caído a la posición 31 de los 38 países analizados cuando hace cuatro años transitaba en el puesto 23. «Los países con mayor cuña fiscal son menos competitivos, tienen una tasa de desempleo más alta y también tasas más altas de economía sumergida«, ha explicado el director general del instituto, Gregorio Izquierdo. Noticia Relacionada estandar Si Pedro Sánchez ha subido 69 veces los impuestos tras llegar a La Moncloa Susana Alcelay Lo ha hecho en un contexto en que se ha recortado en tiempo récord el diferencial de presión fiscal que nos separaba de Europa y en el que se ha ensanchado la brecha en los impuestos que pagan las empresas españolas respecto a sus competidoras europeas. Mientras en España las empresas explican el 32% de la recaudación total, entre Impuesto de Sociedades y cotizaciones, en Europa la media está en el 25%. La situación española es aún peor en la tributación patrimonial, otro de los ámbitos que según el IEE más distorsionan la actividad, donde este índice nos sitúa como el segundo país menos competitivo de la OCDE . «España tiene en la inversión empresarial su talón de aquiles y es evidente que este marco fiscal hace que los proyectos de inversión sean menos rentables lo que acaba incidiendo sobre las decisiones de las empresas», advirtió ayer el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, en relación al impacto de esta situación sobre la economía española.

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