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En qué consiste la 'maternidad estoica' que practica la presentadora de TV Lorena García

Abc.es 

El trabajo como periodista fuera de casa, el de dentro, el cuidado de los niños , el suyo propio, cuidar la vida en pareja, mantener la vida social… y, todo esto, haciendo malabares para dar el pecho durante cuatro años ininterrumpidos… Así es la vida de la periodista Lorena García, presentadora del programa Espejo Público (Antena 3), madre de dos niños y autora de 'Claves para una maternidad estoica' , donde explica cómo sobrevivir a la crianza sin perder la cabeza ni el sentido del humor. ¿Cómo ha podido con todo? «A base de 'compartimentar', organizar y 'robarle muchas horas al sueño, a las vacaciones… He sido espartana», asegura. «Mi nivel de exigencia es muy alto, e intento que ese nivel no vaya en mi contra, sino a favor. Si el incendio en casa está apagado, me olvido de lo que pasa ahí. A primera hora están con otra persona y, salvo que haya algo, sé que están perfectamente bien atendidos. Siempre me mandan un video. Y cuando estoy con los niños, estoy al cien por cien. Salvo momentos excepcionales de tardes de trabajo. Intento no intentar sobrecargar la agenda y hacer ocho cosas a la vez». «Cuando hay algo que me preocupa, me pongo una máscara e intento aislarme de lo que está pasando fuera para centrarme en la información. La circunstancia más dura que he vivido en el trabajo fue cuando estaban interviniendo a mi padre tras un infarto. Tenía pocos datos de la operación, estaba embarazada de mi segunda hija, y estuve presentando el programa hasta el final, intentando aislarme y pensando: 'esto es lo que tengo que hacer'». Noticias Relacionadas estandar No «Cuando un hombre se convierte en padre también pasa por una revolución emocional» Laura Peraita estandar No «Que una madre se separe de su bebé a las 16 semanas es de las cosas más crueles que se nos exige» Ana I. Martínez Es verdad, reconoce García, «que el nivel de autoexigencia de la mujer, unido al de exigencia de nuestro entorno, poco favor hace a las madres ». Pero, advierte, «la mujer diez no existe y hay que huir de intentar serlo. Es imposible llegar a todo, hacerlo todo bien… Para eso el estoicismo ayuda muchísimo». Cuando el entorno no ayuda, ¿cómo puede ayudar el estoicismo? Cuando opinan todos y todas… Hay que aislarse de toda aquella crítica que no es constructiva, que te resbale, hay que obviarla. A mi eso me ha ayudado muchísimo. Tengo una profesión pública, en la que se cuestiona todo lo que haces o dices. O intentas ponerte un caparazón y que todo eso te resbale… En esto el estoicismo me ha ayudado muchísimo: Si la crítica no me aporta nada positivo, la desecho automáticamente. El estoicismo está súper de moda, es tendencia.. El libro de «Meditaciones» de Marco Aurelio (porque es una obra mínima), habría que tenerlo en la mesilla de noche, para bucear en él, porque te pueden ayudar en tu maternidad, sin duda. Mucho de lo que aplico viene de los principios estoicos. Por cierto, no se nace estoico, te puedes hacer estoico. A lo mejor Marco Aurelio habría repensado sus principios de haber tenido que criar alguno de nuestros niños (risas). No dormir, la falta de sueño… Yo con mi primer hijo lo pasé francamente mal. Que tu bebé no duerma es algo habitual, pero te mina la paciencia, a veces se te acaban los recursos para poner soluciones a esa situación. Los estoicos tenían la máxima de que 'todo pasa', también los problemas de sueño… Y es verdad. Ahora tengo un niño de 5 y otra de 2 años que por fin duermen 12 horas del tirón . Empieza una época de luna de miel De estoicismo fácil… (risas) La luna de miel de los 5 o 6 años es una época buena, la etapa de bebé, tiene su complejidad. Pero el estoicismo se aplica a todas las facetas de la vida, también a la del desarrollo, a la de la educación…. 'La vida es actitud'. Esa frase resume muy bien tu libro. Pero es algo que a veces cuesta poner en práctica con las vidas que llevamos. Tener meridianamente clara la filosofía de los estoicos ayuda. Tienes que asumir que no puedes controlar lo que da la vida -que te va a poner piedras en el camino-, pero sí cómo vas a reaccionar a esa situación, la actitud que tú tengas ante esa situación. Ese es el pilar del estoicismo. Dices que el humor resulta básico en esto. Sí, ante la adversidad, hay que tirar mucho de humor. Aunque mi experiencia afortunadamente han sido problemas menores. Situaciones en las que los niños te ponen al límite… ayuda mucho a no ver el drama sino a ver el lado positivo de todas las cosas. Si tu tienes un drama y acrecientan ese drama con tu actitud el drama va a ser muy grande…. La actitud cambia todo pero, ¿cómo cambiar la actitud? Yo hago visualización negativa y positiva. Es un entrenamiento. Por un lado trato se trata de visualizar el cómo quieres que sucedan las cosas, y luego haces una visualización negativa para ponerte en lo peor y poder decir: 'Esto va a mejorar, lo vamos a superar…' Después de esa preparación mental las cosas nunca van a ir tan mal. Nosotros esto, por ejemplo, lo practicamos mucho en los viajes en familia. Pueden pasar mil cosas o más, pero yo me preparo para unas circunstancias horribles, para el caos absoluto. Por ejemplo, un vuelo de 11 horas donde la niña no pueda parar de llorar. Como estás preparada mentalmente para eso tan malo, todo va a ir siempre mucho mejor. Reconoces que no soportas a la gente que ve todo negativo Esas que se quejan de que han estado en no sé donde y les ha hecho mal tiempo…Creo que te puede hacer mal tiempo pero que también es posible disfrutar de eso. Ver la vida con ojos positivos te anima a que todo vaya positivo, sin llegar al punto de idealizar. Siempre insisto en el derecho a la pataleta y al enfado. En el sueño suele estar el quid de la cuestión. Pero si me das a elegir entre no dormir o dormir en el suelo, lo tengo claro. Los estoicos lo hacían entre entrenamiento y entrenamiento. Estaban expuestos a situaciones muy, muy límites para luego agradecer dormir aunque fuera una cama incómoda o a la intemperie… Eso te lleva a relativizar todas las cuestiones. Siempre puede haber algo peor… sin caer en el conformismo. Este matiz es importante porque hay quien entiende la filosofía como conformista. No. Se trata de relativizar. No voy a cambiar la mala noche si mi hijo duerme mal, pero saber que todo puede ir mucho peor… Al final es todo un entrenamiento mental. García invita a sus lectoras a «aprender a descargar determinadas responsabilidades sin sentirse mal por ello» ABC En tu obra haces, además, hincapié en el autocuidado. Aprender a delegar es parte del autocuidado. Para tomar ese café, ir a entrenar, o para lo que sea. Es decir, aprender a descargar determinadas responsabilidades, y hacerlo sin sentirnos mal por ello. ¿Cómo superar esa culpa? Por una parte tenemos que huir de la culpa. Es educación social total: nos han preparado para criar, especialmente a las mujeres de cierta generación. Por otra parte, hay una faceta fisiológica. La crianza es muy animal. Esa sensación de leona, de cuidar a tu bebé, de pensar que nadie lo va a hacer mejor que tú… Pero es verdad que, según van pasando los meses, ayuda mucho aliviar esa carga. Primero, para tu descanso. Para cuidar a ese bebe tienes que estar bien tú. Es necesario ir recuperando tu autonomía, tu espacio … Luego es verdad que estás criando en pareja y también puede ser el caos y vivir momentos de desconfianza en los pospartos, de parecer que solo tú lo puedes hacer bien, y de que la otra persona piense que tú no confías en ella. Te tienes que ayudar a ti misma pero también reforzar esa relación de pareja… Hablas en el libro de que el 'burnout' ha llegado para quedarse porque estamos entendiendo algo mal, y nos convertimos en esclavas de la maternidad… Si nos sentimos en ese punto, ¿por dónde deberíamos empezar a cambiar? Para mi escribir este libro ha sido muy catártico, me ha permitido sanar algunas heridas surgidas durante los pospartos y me ha reconciliado en parte con roces que hubo en mi pareja por esa falta de confianza que tuve en un momento dado. Es necesario verbalizar lo que nos ocurre y las situaciones que se pueden dar, del tipo: 'como le das la teta se quiere dormir contigo', 'si no estás el niño no se duerme'.... Por eso creo que este libro lo tendrían que leer los hombres. Nosotras nos convertimos en esclavas de la maternidad y a veces nos cuesta delegar. Yo lo he conseguido pero hay algunos hombres que se escudan en que 'tú lo haces mejor'. Se aprovechan porque nos cuesta delegar. Por eso nos cuesta aprender a delegar. Somos fundamentales, pero no imprescindibles. Por desgracia hay bebés que se crían sin madres y salen adelante. También sugieres que deberíamos revisar los 'yo nunca' haría tal cosa (meter a tu hijo en la cama, por ejemplo). Yo era de las que decía: 'nunca iré a un parque infantil'. Luego haces lo que haga falta para que el niño tenga amigos (risas). Vamos aprendiendo a ser madres sobre la marcha, es un tema empírico, es 'prueba y error'. Somos tan duras con nosotras mismas... A mi lo que me gusta mucho de los 'yo nunca' es convertirlos en pequeños retos para mi que no nací estoica, y que de hecho tengo un carácter todo lo contrario al estoicismo. Pero me está ayudando muchísimo. Sigo teniendo mis miedos, mis retos… pero superar esos retos a través de la maternidad es maravilloso. Muchas mujeres madres son sufridoras: sufren porque el niño no come, no duerme, no habla con claridad, no le gusta el fútbol, no es el más sociable… y así hasta que tenga sus propios hijos… Toda la vida sufriendo (risas). Pero o vives asustada, o empiezas a relativizar y no sufrir por adelantado. Muchos de esos miedos no se tienen porqué cumplir. El miedo puede llegar a ser paralizante, y esos miedos a los que nosotros intentamos adelantar no se tienen porque cumplir. ¿Ellos no tienen tantos miedos? ¿O es que son más prácticos? ¿Quizás no proyectan tanto? Nosotras adelantamos, tenemos esa necesidad de controlarlo todo y ese excesivo control lleva a un excesivo sufrimiento que no compensa. Las cosas pueden salir mal, puede haber algo que no funcione, y que nos encontremos con esos problemas en el camino pero lo que no depende de nosotros no lo podemos cambiar. Tenemos que trabajar en la reacción ante esas situaciones que nos puede poner la vida. Insistes mucho en que las madres no abandonen los cuidados físicos, porque entre los riesgos que conlleva la maternidad, está en dejarse arrastrar por la vida infantil y perder la propia identidad. Creo que en esto hay que ir poquito a poco, y no ser demasiado dura con nosotras mismas, además de, realmente, ser conscientes de lo bien que nos sienta vernos bien. Si te dedicas unos minutos de autocuidado al día para hacer algo que realmente disfrutas… Eso, al final, son pequeños momentos de placer que nos vamos regalando. Se trata de volver a encontrarte contigo misma a través de la alimentación consciente, de la lectura, del deporte, de los mimos que suponen ponerse cuatro cremas básicas… Lo cuento en el libro: como mucho tengo 10 minutos de autocuidado, pero son 10 minutos que intento saborear y que le exijo a mi pareja, diciéndole: «olvídate de que estoy en casa ahora mismo». La realidad es que nuestros hijos nos quieren estables, relajados y felices , con ganas de pasarlo bien a su lado. Para eso tenemos que tener nuestras necesidades cubiertas. ¿Cuáles son las reglas de los estoicos para esto? ¿Establecer prioridades? Aplico los principios del estoicismo en mi maternidad, pero no soy estricta con los principios de la filosofía al día. Es evidente que si tú no estás bien, no vas a poder estar bien ni en tu faceta como madre, esposa… Tenemos que ser nosotras mismas las que tomemos la iniciativa, nadie lo va a hacer por nosotros y si necesitas ayuda, pedirla. 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