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La conjura verdiblanca se examina en Pumarín

Abc.es 

Lejos de tomarse lo que resta de temporada a título de inventario, el camino de la comodidad que podría haber elegido habida cuenta las apreturas financieras del club en las últimas semanas, el vestuario del Betis Baloncesto ha tomado la ruta opuesta. La de la autoexigencia y la ambición. Enarbolando esa bandera lleva compitiendo a gran nivel jornada tras jornada desde el inicio de 2024 hasta el punto de haberle dado un giro de 180 grados al curso. De estar varado en la zona pantanosa de la tabla, no se olvide que llegó a ostentar un paupérrimo bagaje parcial de 2-9, a instalarse en la novena plaza con un margen de tres victorias sobre el undécimo clasificado a falta de siete jornadas para el final de la fase regular. Por méritos propios, los contraídos desde el arranque de enero, el Betis se ha convertido en uno de los dos principales candidatos a echarle el candado a ese noveno puesto que, como se sabe, obtiene como premio el último billete para las eliminatorias de ascenso y un más que probable cruce en cuartos de final con el Movistar Estudiantes , al que como campeón de la Copa Princesa se le otorga la consideración de segundo clasificado, si no lograra el ascenso directo, siempre que quede entre los cinco primeros. Pero para un equipo como el Betis, que vive al día y enfocado en el presente inmediato ante la incertidumbre del futuro de la sección a medio plazo, no hay otro horizonte que Oviedo . Allí, en la capital asturiana, afronta este sábado su segunda salida consecutiva y el primero de los tres partidos que le pone por delante el comprimido calendario en los próximos nueve días. Los dos siguientes serán ya en casa (con Força Lleida el miércoles 10 de abril y el San Pablo Burgos el domingo 14), pero antes le toca abordar este examen ante un rival al que no pudo superar en la primera vuelta . Con el equipo aún indefinido, el Betis cedió ante la escuadra de Javi Rodríguez en un duelo con prórroga que los tripes carbayones, especialmente los del base Josep Pérez, dinamitaron. En aquel Betis jugaban aún Rakocevic, Rogic o Barnes . Y faltaban por incorporarse Frazier, que ya no está, y DeBisschop, uno de los jugadores que más ha crecido en las últimas semanas aunque su trabajo sea más valorado desde el punto de vista de la intendencia que desde el estadístico. Desde el 3 de diciembre, cuando se disputó ese encuentro, pareciera que hubiese transcurrido toda una vida por todo lo que le ha sucedido al Betis en este tiempo, pero apenas han pasado cuatro meses. «Hemos vivido tres temporadas en una», comentaba esta semana el director deportivo verdiblanco, Armando Guerrero , en alusión a esta campaña repleta de vaivenes que se asemeja a una montaña rusa. Primero, con un presupuesto muy corto bajo la propiedad del Betis; luego, con muchos más recursos económicos cuando entró en escena el Grupo Xoy; y ahora, con el dueño de la compañía azteca desaparecido y la gestión de regreso al Betis, de vuelta a las apreturas de cinturón y los reajustes. Un nuevo escenario que el club ha afrontado sin colchón y acudiendo a líneas de créditos para salvar la temporada a nivel financiero , que ninguna nómina peligre y los jugadores puedan estar centrados en el día a día, en su trabajo, sin quebraderos de cabeza añadidos. La normalidad está garantizada, con el presupuesto cubierto, hasta final de temporada, según aseguró el CEO del Real Betis Balompié, Ramón Alarcón, esta semana. Acorazado contra las turbulencias, el vestuario le dedicó la valiosa victoria en Alicante a quienes ya no están pero formaron parte de la familia y esta resurrección deportiva. A los cinco empleados despedidos y a Wembi , que ponía intensidad en la cancha y las sonrisas en el día a día. Exprimiendo los recursos El Betis Baloncesto se ha crecido en el castigo. Ahora la rotación es más corta, los núcleos anotadores se han reducido y la concentración de minutos sobre la columna vertebral ha aumentado, con el peligro que esto último comporta. No se olvide que, además de la pérdida de Wembi, Pablo Marín está lesionado para varias semanas y la ficha de Branden Frazier no se repuso porque su extemporánea salida coincidió precisamente con la pérdida de ingresos por el colapso económico del conglomerado mexicano. Sin embargo, los resultados no se han resentido. Tiene trece victorias, tres más que el undécimo clasificado. El Betis y Savignani, reconocido como mejor entrenador del mes de marzo en la LEB Oro por la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto , ha hecho más con menos. Ha sumado nueve victorias en las últimas doce jornadas y sólo ha caído en las canchas del Movistar Estudiantes, el Leyma Coruña y el Tizona Burgos. Después de ganar en Alicante , ahora intentará rendir a un nivel similar en Oviedo. En Pumarín, que rozará seguramente el lleno y suele ser un fortín aunque se hayan registrado esta temporada seis triunfos visitantes, le espera un partido complejo. Sobre todo por la necesidad del anfitrión, que suma diez victorias, no tiene asegurada aún la salvación y viene de encajar un par de derrotas muy dolorosas, con el Amics Castelló (80-81) y el Grupo Alega Cantabria (84-83). El equipo de Javi Rodríguez practica un baloncesto coral, bastante equilibrado a nivel anotador y poderoso en el apartado reboteador, como demostró en San Pablo. Lo esperado es que salga a morder, herido como está tras esos dos reveses. Tendrá el Betis que subir las revoluciones de su intensidad para no dejarse amedrentar. Se le puede hacer daño en el perímetro, donde dispone del Betis de consagrados especialistas. Horton especialmente, pero también Marc Marc Martí, Elisias, Stuckman, Mikel Sanz y Josep Pérez son los hombres a vigilar. En el Betis, con las bajas ya sabidas, no ha cambiado la esencia, pero el equipo se está reajustando de nuevo y va cada vez más justo de recursos. Joaquín Rodríguez, que esta semana ha sido padre, está jugando muchos minutos como base, alternándose en esa posición con Faggiano, aunque el uruguayo, por sus características, aporta en todas las facetas del juego. Ejerce también de motor defensivo del equipo junto a Almazán . Polanco es el otro gran generador, el que se busca la vida por su cuenta, rompe sistemas si hace falta y siempre anota. Otro pilar fundamental junto al charrúa y el argentino. Por dentro, Berzins dio un paso al frente en Alicante que merece la continuidad en Oviedo ahora que no está Wembi. Que el letón, propenso a las faltas, se cuide en este apartado será fundamental para colaborar en el trabajo interior con DeBisschop, Almazán y Dedovic. LEB Oro Ficha de la previa Alimerka Oviedo: Chapela (1,92, 8); Horton (1,96, 13); Mikel Sanz (1,95, 14); Elisias (2,03, 34); Marc Martí (2,03, 17) -posible quinteto inicial-; López Barrantes (2,05, 0); Duscak (1,85, 7); Josep Pérez (1,89, 10); Stuckman (2,06, 24); Cosialls (2,04, 41); Lobato (1,90, 55). Real Betis Baloncesto: Faggiano (1,88, 3); Polanco (1,93, 4); Joaquín Rodríguez (1,94, 14); Almazán (2,00, 10); DeBisschop (2,06, 44) -posible quinteto inicial-; Hanzlik (2,00, 8); Domènech (2,08, 12); Dedovic (2,03, 16); Berzins (2,13, 24); Kuksiks (2,00, 33); Fevry (1,90 93). Árbitros: Lema Parga, Carpallo Miguélez, Domingo Vilalta. Hora y TV: 17.00 (app LaLiga Plus, premium). En Alicante, la anotación se concentró en cuatro hombres: Joaquín, Polanco, Faggiano y Berzins, en este orden . No es una mala fórmula de subsistencia, ni mucho menos, pero sería conveniente que otros compañeros, a diferencia de lo sucedido en el Pedro Ferrándiz, no se quedasen en el casillero de puntos a cero con tal de enriquecer los registros y generar menos dependencias. Claro que tal vez pedirle esto al Betis Baloncesto sea ya demasiado para un grupo de recursos absolutamente optimizados y hasta exprimidos que en nueve días afronta una auténtica yincana de resistencia en tres fases. ¿Hasta dónde le llegará la gasolina?

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