‘Romances por media calle’: la historia de Heredia toma vida con recorridos dramatizados
En miles de películas y libros se manifiesta el deseo de la humanidad por dar con la máquina que permita viajar en el tiempo. Pero, Romances por media calle, demuestra que no hace falta el Delorean de la saga Volver al futuro para transportarse al pasado y revivir la historia detrás de los sitios que transitamos día a día.
Con los guiones y dirección de Roberto Zeledón, la municipalidad de Heredia acompaña los recorridos guiados de su proyecto Turisteando por Heredia con escenas teatrales en pleno espacio público.
La propuesta de La tea Producciones tiene todo un trasfondo de investigación histórica para, por medio de la actuación, lograr acercar a las personas al pasado de la llamada ‘ciudad de las flores’. Según comenta Zeledón, durante las dramatizaciones se rescatan figuras icónicas de la provincia como Fadrique Gutiérrez, creador del popular Fortín, o Amando Céspedes, padre de la radio en Costa Rica.
“Con esos elementos muy heredianos y personajes muy heredianos, fui construyendo esta serie de escenas para destacar cosas que nos hagan tener una relación más emotiva y cercana con este cantón”, comentó el director.
¿Qué hacer en las montañas de Heredia?
El elenco de Romances por media calle está conformado por las actrices Lolita Aguilar y Noelia Campos, y los actores Carlos “Kay” Villalobos y Dennis Quirós.
La ambientación de las historias presentadas, varían entre el siglo XIX y XX y se realizan durante cuatro tours, de una duración aproximada de entre 2 y 3 horas cada uno: Centro histórico, Iglesias, Mercado Central y el de la Zona sur (detrás de la estación del tren).
En el primero se narra un encuentro entre Fadrique Gutierrez y una mujer llamada Margarita, que termina por revelar el secreto de un idilio prohibido. El correspondiente a las iglesias, aborda la labor radiofónica de Amando Céspedes y relata un divertido conflicto que surge cuando una beata afirma haber contactado con el diablo.
En cuanto al tour gastronómico por el mercado central, la puesta en escena recrea a una pareja de los años 50 que busca instalar un tramo para vender tamales. Finalmente, el cuarto recorrido hace homenaje a la Escuela Normal, institución pionera en la formación de docentes en Costa Rica, con el personaje llamado Rosa, inspirada en las estudiantes de este centro educativo a inicios del siglo XX.
“Para mí son como cuatro hijos pequeños, una pequeña camada. Me siento muy agradecido con la reacción del público, todo el proceso ha valido la pena. Los comentarios positivos son uno tras otro, me dicen que podríamos hacer más, pero bueno, esta es la contratación que actualmente tenemos”, comentó el actor.
Si usted desea participar en alguno de los recorridos, puede inscribirse en el sitio web www.lateaproducciones.com/romances-por-media-calle, donde se detallan las fechas disponibles de aquí a Junio, cuando finaliza el proyecto. Lamentablemente, los cupos para participar en el recorrido del ‘centro histórico’ ya se encuentran agotados.
El reto de actuar ‘por media calle’
El guionista explica que lo de ir “por media calle”, sello distintivo de la ciudad de las flores, nace porque las puertas se abrían hacia afuera, lo que hacía a las personas salirse de la acera para no ser golpeadas.
Además, afirma que aunque ya había realizado recorridos teatrales, estos habían sido en espacios cerrados, por lo que este proyecto demandó una preparación extra, para poder continuar con la dramatización a pesar de los factores externos que pueden influir.
“Desde el diseño de las escenas estaba contemplado que se necesitaba una relación muy directa con el público y estos grandísimos actores han respondido muy bien. En los ensayos yo fingía voces como si alguien pasara por la calle, mientras estaban actuando, intencionalmente metía cosas inesperadas para que estuvieran, como dicen, con el machete afilado”, explicó.
Por otra parte, Zeledón es todo un experto en el montaje de obras que combinan la historia y la ficción. Asegura que estas iniciativas son trascendentales para llegar a un público deseoso de conocer su pasado, pero con formatos más atractivos.
“La idea de que la historia es aburrida probablemente viene de pensar en grandes libros que son impenetrables. Desde mi experiencia, estoy convencido de que al público costarricense le gusta mucho la historia, pero la historia viva, de manera entretenida. Los que hacemos teatro histórico tenemos una responsabilidad y nos mantenemos firmes en la idea de que el teatro debe divertir, pero también dejar algo”, concluyó el artista.