Netanyahu afirma que ya «hay fecha» para la invasión de Rafah, último bastión de Hamás
Dos días después del repliegue táctico del Ejército israelí en la localidad de Jan Yunis, en el sur de Gaza –que ofreció el espejismo del comienzo de una tregua– el primer ministro Benjamín Netanyahu anunció que ya ha sido aprobada la fecha para el ataque contra Rafah , en la frontera con Egipto, donde se hacinan millón y medio de civiles palestinos. En la declaración grabada en vídeo, Netanyahu no indica la fecha de la ofensiva. No habrá «victoria total sobre Hamás», dice y repite el primer ministro israelí, sin la caída de Rafah. Es una convicción personal, avalada por los generales israelíes, que el 'premier' argumenta aludiendo a los «batallones de milicianos islamistas» que aún combaten en «su último feudo» . La advertencia de las potencias mediadoras, que afirman que el ataque contra una de las áreas más densamente pobladas del planeta podría ampliar el conflicto a toda la región, no conmueve a Netanyahu. Como tampoco parece hacerlo el destino final del centenar de rehenes israelíes que todavía están en manos de Hamás. El Ejército hebreo no da detalles del objetivo que quiere eliminar, aunque es evidente que en Rafah –donde se concentra la población original y la llegada del norte arrasado de la Franja– el movimiento Hamás mantiene cierta infraestructura política, y mucha militar. El objetivo técnicamente más complejo será el acceso a la red de túneles de los milicianos. El más insoportable, desde un punto de vista político, será el control de daños y de víctimas civiles durante la conquista del núcleo urbano, casa por casa. Desproporción en las cifras Las cifras de la guerra que se manejan –a falta de fuentes fiables– reflejan con claridad la desproporción entre los dos bandos. Hamás mató durante el primer día, el pasado 7 de octubre, a 1.200 israelíes, y tomó 253 rehenes. Seis meses después, el Ejército israelí habría causado 33.000 bajas palestinas –unos 10.000 milicianos y el resto civiles–. Un reciente estudio con imágenes de satélite de la Universidad de Oregon, recogido por la BBC, muestra que el 56 por ciento de los edificios de toda la Franja de Gaza han sido destruidos o seriamente dañados. En ese contexto, la ofensiva contra Rafah podría disparar el drama por la concentración de civiles en un territorio muy escaso. Hace semanas, Israel aseguró que no habría ofensiva militar contra ese núcleo hasta haber asegurado la salida de civiles. Pero la única vía es Egipto, y oficialmente El Cairo se niega a aceptar a centenares de miles de refugiados palestinos. No quiere «reproducir» en su territorio el problema que ya tienen Gaza, Cisjordania, el Líbano y Jordania.