El 'mono' Burgos, víctima del fariseísmo mediático

El linchamiento público que ha sufrido el 'Mono' Burgos por un comentario pretendidamente jocoso sobre las habilidades del futbolista Lamine Yamal con el balón es un síntoma más de la hipocresía moral de nuestro tiempo. El comentario admite una interpretación desafortunada, pero un mal chiste o incluso una expresión indecorosa no justifican una censura semejante, máxime cuando el propio Burgos se ha disculpado de inmediato para matizar la intención de sus palabras. El resultado final es que un comentario puntual compatible con un uso normal de la ironía se ha traducido en su expulsión definitiva del programa y la negativa de los jugadores del Barça o del PSG a dar declaraciones al medio en el que se formuló el comentario. Que jugadores que cobran de un régimen como el qatarí, en el que la lapidación es legal, jueguen a dar lecciones de moral es la prueba inequívoca de que estos señalamientos sólo son un artificio y pueden acabar siendo letales para la libertad de expresión.