Mafias, lesiones falsas y chivatazos: la oscura relación entre la NBA y las apuestas ilegales
Las virtudes y defectos de la NBA son de sobra conocidos. A las altas audiencias, unos ingresos anuales que superan los 8.000 millones de dólares y una constelación de estrellas tan universal como infinita, se les oponen la fuerte alma política de la liga, sintonizada con el partido demócrata y con las minorías, las peleas y los problemas extradeportivos, como el uso de armas de fuego o desencuentros con la justicia de muchos de sus jugadores. Pero tanto David Stern como Adam Silver , los dos últimos comisionados de la competición, habían realizado un trabajo excelso en las últimas décadas para minimizar todo aquello que fuese contra sus intereses. Por ejemplo, tras la batalla campal entre los Detroit Pistons y los Indiana Pacers de 2004, la famosa 'Malace at the Palace', las sanciones fueron tan fuertes ( Ron Artest estuvo apartado de las canchas 83 partidos y sin sueldo) que desde entonces todo jugador se lo piensa dos veces antes de levantar los puños. De hecho, los deportistas han suplantado cualquier enfrentamiento físico por la bravuconería y el 'trash talking'. Y en cuanto al uso de la marihuana , siendo consciente la propia NBA de que una amplia cantidad de sus atletas la consumían de forma habitual, en abril del año pasado decidió legalizarla de puertas hacia dentro. Por todo esto y muchos ejemplos más, es muy difícil de entender cómo la mejor liga de baloncesto del mundo, que se había esforzado tanto en blanquear su marca, abrió esta campaña la caja de Pandora de las apuestas cuando, históricamente, siempre las había considerado como una tentación diabólica. Noticia Relacionada baloncesto estandar No Estados Unidos, la venganza como motor de la mayor dinastía de los Juegos Olímpicos Pablo Lodeiro El equipo norteamericano, tras un nuevo ridículo en el Mundial del pasado verano, llevará a París 2024 un equipo sin precedentes para conquistar su quinto oro olímpico consecutivo La legalización del juego en 2018 por parte del Tribunal Supremo de Estados Unidos generó un nuevo paisaje, uno que permitía aumentar, y mucho, los beneficios en el mundo deportivo. Por eso, en 2021, la competición anunciaba que las casas de juego DraftKings y FanDuel se transformaban en patrocinadoras oficiales. Y este mismo año, que los usuarios podrían apostar en directo mediante la aplicación oficial de la NBA, el 'League Pass'. Pero toda buena intención se truncó el pasado miércoles cuando Jontay Porter , jugador de 24 años de los Toronto Raptors , en la liga desde 2020 y con solo 37 partidos disputados desde entonces, fue suspendido de por vida por amañar partidos de la competición. Ante Los Angeles Clippers , el 26 de enero, y los Sacramento Kings , el uno de febrero, el deportista jugó menos de lo habitual alegando problemas físicos, lanzó menos y anotó por debajo de su media. Incluso, según avanzó el periodista Adrian Wojnarowski, vocero oficial de la NBA, el propio Porter apostó por la derrota de su equipo. En ambos encuentros, los canadienses perdieron. Además, en marzo, Porter proporcionó información confidencial sobre su propio estado de salud a un apostador. Y el 20 de ese mismo mes, siempre según la investigación de la NBA, se asoció con otra persona que realizó una apuesta de 80.000 dólares, que se convirtieron en más de un millón, gracias a que el alero tuvo un rendimiento inferior a lo habitual ese mismo día. Es Porter un chivo expiatorio, un jugador del montón al que la liga ha utilizado para evitar que este tipo de casos se reproduzcan. «No hay nada más importante que proteger la integridad de la NBA de cara a nuestros aficionados, nuestros equipos y todo lo que está asociado a nuestro deporte. Es por eso que las irregularidades de Jontay Porter y su violación de nuestras reglas de apuestas deportivas han recibido el más severo de los castigos», aseguró Adam Silver . La mafia, en la sombra Pero la mancha ya no se puede borrar y el caso de Porter ha revivido los años más oscuros entre la NBA y los amaños de partidos. El árbitro Sol Levy , en 1951, fue el precursor, detenido y acusado por influir en el resultado de siete partidos de la NBA durante la temporada 1949-50. Fue condenado por fraude comercial y expulsado de por vida de la liga. Aunque fue Jack Molinas el caso más mediático de esta nefasta relación. El origen humilde del neoyorquino le hizo entrar en contacto con un corredor de apuestas muy cercano a la familia Genovese , una de las mafias más relevantes de La Gran Manzana. Y, en 1953, durante un partido entre su equipo, los Pistons , y los Boston Celtics , sumó solo dos puntos en la segunda parte, cuando en la primera había anotado 18. Los verdes remontaron, se descubrió todo el pastel y Molinas nunca volvió a jugar. El tridente lo cierra el también colegiado Tim Donaghy , que se pasó de listo y acabó trabajando a sueldo para las mafias de Philadelphia y Nueva Jersey. Apostó y amañó en 12 duelos del curso 2006-07 y, por supuesto, también fue desterrado para siempre. Ahora Porter se sienta en su mesa.