El asedio de Leningrado, cuando el canibalismo se convirtió en la única opción
La historia nos demuestra una y otra vez que en las situaciones más críticas y dramáticas de la humanidad las reacciones del ser humano son insospechadas, para bien o para mal. Ocurre en epidemias, catástrofes naturales, hambrunas y guerras. Y el asedio de Leningrado no fue una excepción, sino la confirmación de que en esas circunstancias límite el ser humano es capaz de sacar el demonio o el ángel que lleva dentro. Se vieron los actos más viles y las actitudes más sublimes. El comienzo de esta atrocidad tuvo lugar con motivo de la Operación Barbarroja.]]>