Lo que viene será peor
David Plá, el último jefe de ETA, llegó a la sede de Bildu justo a tiempo para seguir el escrutinio en la noche electoral. Lo hizo acompañado de su pareja, también etarra condenada, con las manos en los bolsillos y la sonrisa en la cara. No es para menos. Su partido ha empatado con el PNV a 27 escaños. Lejos queda el esfuerzo de agitar el árbol para que los señoritos, los que jamás se mancharon las manos de sangre, recogieran las nueces. Ya es hora de que todos tengamos las mismas cestas. O sea, 27 escaños cada uno. Y no solo gracias a su capacidad para influir en los vota ...