¿Leen los niños menos que antes?
Con la llegada de las pantallas , nuevas formas de entretenimiento se han instaurado en nuestra sociedad. Antes, la lectura era el refugio de muchos niños que potenciaban su imaginación a través de la palabra escrita. ¿Quién no recuerda hace algunos años el boom de los libros de Harry Potter? ¿Y los de Geronimo Stilton? Muchas eran las sagas que hacían suspirar a los jóvenes por un nuevo ejemplar con una nueva historia. Pero, ¿y en la actualidad? ¿Leen menos los jóvenes? En este sentido, recientemente se ha publicado el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2023 en el que, sorprendentemente, los jóvenes salen muy beneficiados, siendo el porcentaje de lectura en su tiempo libre en la franja de edad de entre 6 y 9 años del 86 % y entre los 10 a 14 años del 85,7 %, datos que analizamos con la experta Mª de Gracia Rodríguez, coordinadora y profesora del Grado en Educación Infantil de la Universidad Internacional de Valencia. Noticias Relacionadas estandar No Mapas mentales: la clave de un profesor para estudiar y no olvidar nada Carlota Fominaya estandar No Elegir estudios «No sé qué hacer con mi futuro». Así debes ayudar a tu hijo a tomar una decisión Laura Peraita Sorprenden, y mucho, los datos de este barómetro. Sí, en efecto, tales cifras pueden sorprender en un primer momento, pero si indagamos un poco en la manera de fomentar la literatura en los centros educativos, podemos hallar una inminente respuesta, y es que los/as maestros/as y los/as profesores/as de todas las áreas educativas, pero, muy especialmente, los/as de lengua y literatura llevan a cabo relevantes planes académicos para fomentar la lectura en clase. Es decir, existe un compromiso férreo por parte de nuestros docentes a la hora de promover el hábito lector entre el estudiantado. Además, la inclusión de la lectura en el aula muestra al grupo obras relevantes de autores de prestigio, lo que incrementa la curiosidad del alumnado por conocer e investigar sobre las historias que se comparten en clase, siendo este un principio inmejorable para aprender a apreciar la literatura, al trabajar casi diariamente la competencia lectora en los centros. ¿Por qué tienen tan mala fama los jóvenes, entonces? ¿No es verdad que están todo el día con el móvil y que se pasan el día en redes sociales? Quizá la mala fama que tienen los adolescentes a nivel lector es fruto del desconocimiento que se tiene del asunto que aquí nos ocupa. Desde la etapa académica más inicial, como es la educación Primaria, pasando por la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), hasta alcanzar la universidad, el equipo docente, en su mayoría, hace un esfuerzo incuestionable para garantizar el fomento de la competencia literaria en el aula. Me consta que algunos/as docentes crean rutinas tanto iniciales como finales en cada sesión de clase para leer juntos, creando un espacio único para la literatura, en el que se modifican no solo las temáticas, sino también los géneros literarios, con el objetivo principal de demostrar al alumnado que la lectura no solo enriquece a nivel intelectual, sino que es también una fuente inagotable de disfrute personal, donde el conocimiento, la creatividad e innovación se unen para dar a la literatura el lugar que merece. En relación con la segunda pregunta, es cierto que muchos jóvenes invierten un tiempo muy valioso en las redes sociales; por todos es conocido que la mayoría son asiduos a aplicaciones tan populares como TikTok e Instagram, entre otras muchas, pero eso no determina que lean poco, puesto que también se puede llevar a cabo un uso didáctico de las mismas. Me gusta pensar que la mayoría de nuestros jóvenes aprenden, a través de la amplia oferta informativa que les llega cuando utilizan estas aplicaciones; y eso, por supuesto, unido al buen trabajo de los profesionales de la educación en el aula, les puede despertar el interés por conocer e indagar en obras de cierta relevancia literaria para el público adolescente. A día de hoy, ¿cuáles son los aspectos más relevantes sobre el interés por la lectura de los jóvenes? Diría que para despertar el interés lector entre los jóvenes es fundamental realizar elecciones literarias, con las que se identifiquen. Dicho de otro modo, es indispensable crear un vínculo entre el mundo interior del adolescente, que integra, por ejemplo, su etapa vital, sus deseos, sus anhelos, sus sueños, sus retos, sus inquietudes, en definitiva, su manera de estar en el mundo, y el libro que se va a leer. Es decir, si el/la estudiante se encuentra reflejado en el/la protagonista de la obra que está leyendo, el interés por continuar la lectura, así como por mantenerse atento/a al argumento y, por ende, al desarrollo del mismo, será superior a si, por ejemplo, se halla leyendo un libro, cuyo argumento está muy alejado de todo lo que le puede importar. En este caso, mantener viva la atención será infinitamente más complicado. ¿Dónde está la clave para que los menores lean (cuanto más, mejor)? La clave depende; de hecho, puede fluctuar, dependiendo del perfil del menor, pero es innegable que el entorno familiar, el contexto social, en el que se desarrolla cada joven también es muy importante. En este sentido, crecer rodeado de libros, donde las obras literarias ocupan un espacio determinado en el hogar, buscar en la estantería justo lo que se desea leer, viviendo ese momento con tu padre, tu madre, tu abuelo o cualquier miembro de tu familia que te abre la puerta de la imaginación, a través de la lectura, es un hecho esencial para acercarse a esta disciplina desde el más absoluto compromiso. Este enriquecimiento personal compartido desde la infancia fomenta el hábito lector entre los menores, incrementando su interés por la literatura, así como promueve la capacidad crítica y reflexiva de los jóvenes. Hecho que juega un papel relevante tanto en el nivel de comprensión lectora adquirido por cada uno, como por la evidente mejora lingüística que se da en el estudiante. Es decir, leer en casa, haber adquirido esa rutina en familia, favorece el proceso de enseñanza-aprendizaje que posteriormente tiene lugar en el aula, pues implica la adquisición de una práctica lectora que va a resultar determinante para aprender a valorar la lectura desde la edad más temprana. ¿Cuáles serían sus recomendaciones para los hogares donde haya hijos a los que les cuesta más la lectura? ¿Establecer siempre un ratito para ello? En línea con lo expresado anteriormente, la sugerencia principal sería crear un lugar en casa, al que acudir a leer. Es decir, como se ha señalado ya, diseñar, en definitiva, un espacio para leer juntos, a poder ser en familia, de no poder hacerlo en conjunto, al menos, establecer un rincón personal en casa, donde haya libros, despertando, así, la curiosidad e intereses de los más jóvenes. De esta manera, pueden llegar a familiarizarse con la literatura de manera natural, al tenerla a su alcance fácilmente. De igual forma, sería recomendable crear una rutina en el hogar para leer, transmitiendo la importancia de este arte mediante la lectura compartida cada noche antes de irse a dormir, por ejemplo. No obstante, me gustaría mencionar la relevancia de la literatura comparada en este punto, y es que se puede llegar a la literatura por medio de otras áreas, como la música, la pintura, el cine o la danza, por ejemplo, la literatura comparada es un área de los estudios literarios que se ocupa del texto desde un punto de vista comparativo; existe una amplia gama de composiciones literarias que se han versionado musicalmente, como puede ser el caso de la banda de rock Tierra Santa con el texto de José de Espronceda, «La canción del pirata» o el «Aunque tú no lo sepas» de Luis García Montero, que sirvió de inspiración a Quique González para componer el tema de Urquijo. Quiero decir con esto que se puede despertar el atractivo por la literatura, a través del acercamiento por medio de otros campos de estudio, lo que puede resultar interesante para los jóvenes de manera sustancial e inmediata. ¿Cómo estamos frente a otros países? ¿Hay iniciativas novedosas e interesantes fuera que se podrían copiar o poner en marcha en nuestro país? Para responder con rigurosidad estas dos cuestiones, tendría que cerciorarme del modo en el que se fomenta la lectura fuera de nuestras fronteras, seleccionando adecuadamente un número determinado de países, así como los proyectos académicos llevados a cabo en los distintos centros educativos, cotejando exhaustivamente cada dato para obtener una idea precisa y clara del proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollado en los colegios, los institutos y las universidades. En este sentido, también es interesante conocer el perfil del grupo, donde se realiza cualquier actividad que promueva la lectura en el aula; por todo ello, es apropiado ser prudentes al hablar de iniciativas novedosas e interesantes fuera de España. No obstante, hay cifras incuestionables como las arrojadas por el ranking de la plataforma World Atlas, en el que la India se sitúa a la cabeza, invirtiendo casi 11 horas semanales a la lectura, muy seguido de cerca por Tailandia con casi 10 horas y China con casi 8 horas. ¿O quizás, sin irnos tan lejos, en otras comunidades autónomas? Algo similar me sucede con esta pregunta, pues sin realizar un estudio minucioso sobre cómo se fomenta el hábito lector en determinados centros de las distintas comunidades autónomas, así como sin conocer los perfiles del estudiantado, opto por la discreción en mi respuesta, al no precisar de los datos pertinentes para responder a ello a ciencia cierta. No obstante, los datos del Barómetro muestran diferencias importantes entre comunidades como el País Vasco (67,8 %) y La Rioja (66,6 %) que se encuentra por encima de la media española, mientras que otras se hallan en la media con un 60% de lectores como, por ejemplo, Cantabria y Galicia, así como otras comunidades están por debajo de ese 60%, como es el caso de Andalucía (59,0 %) y Extremadura (54,4 %). MÁS INFORMACIÓN noticia Si Así puede seducir a tu hijo el libro digital y engancharle a la lectura Dicho esto, me gustaría hacer hincapié en la importancia de tomar estos datos con prudencia, resaltando en todo momento el buen trabajo de nuestros docentes en las aulas, sean de la comunidad autónoma que sean, aunque sí es interesante reflexionar sobre el modo, en el que los profesionales de la educación podemos continuar trabajando en el acercamiento de la literatura al alumnado, demostrando los numerosos beneficios que tiene la lectura, entre los que se encuentran la mejora de la concentración, la reducción del estrés, la estimulación del cerebro y el constante impulso del pensamiento crítico, entre muchos otros.