World News in Spanish

Manuel Chaves Nogales, sobre la Semana Santa de Sevilla: «No es obra ni de los curas ni de los gobernantes»

Abc.es 

Manuel Chaves Nogales (Sevilla, 1897-Londres, 1944) es una de las figuras fundamentales del periodismo en España en la primera mitad del siglo XX. Conocido por obras como 'A sangre y fuego' , en la que describe las miserias y los horrores de la Guerra Civil, o 'Juan Belmonte, matador de toros', una de las mejores biografías escritas durante el siglo pasado, fue cronista de acontecimientos que cambiaron la historia del mundo contemporáneo, como el ascenso de los fascismos o el comunismo ruso. Sin embargo, el sevillano, de cuya muerte en el exilio londinense se cumplen este sábado ochenta años, también tuvo tiempo para describir e interpretar las tradiciones de su ciudad , como es el caso de la Semana Santa . Lo hizo tanto durante su juventud, cuando escribió en varios medios hispalenses, como años más tarde desde la capital del país en Heraldo de Madrid o el diario Ahora . En todo momento puede apreciarse que, incluso en una época de gran polarización, no se casaba con nadie. Un libre pensador adelantado a su tiempo y en la línea de otras figuras que sobresalieron en este aspecto, como Antonio Núñez de Herrera. Las declaraciones más conocidas y compartidas del periodista y escritor nacido en la calle Dueñas son aquellas con las que concluye un reportaje para el mencionado Ahora en el año 1935, poco antes de que estallase la guerra. Unos testimonios bastante polémicos , rescatados hace una década por la editorial Almuzara, que reflejan una realidad de Sevilla tanto por aquel entonces como en la actualidad, y que dejan clara la visión transversal y heterodoxa que Chaves Nogales tenía de la fiesta mayor de la ciudad: «La Semana Santa sevillana no es obra ni de los curas ni de los gobernantes, sino de los cofrades, de una organización netamente popular y de origen gremial que ha estado siempre en pugna con los Poderes constituidos. Los dos enemigos natos de la Semana Santa son el cardenal y el gobernador , el representante de la Iglesia y el del Estado. El buen capillita se pasa la vida hablando mal de ellos y protestando contra sus decisiones. Claro está que, como el cofrade es por principio hombre religioso y ciudadano pacífico no puede ponerse abiertamente en lucha con los representantes de la Iglesia y el Estado, pero en realidad, su obra, las Cofradías, se ha ido haciendo a espaldas de ambos, y muchas veces a su pesar». Misterio del Buen Fin en el año 1935 ABC Defender y recalcar el carácter eminentemente popular de la Semana Santa fue uno de los caballos de batalla del sevillano en prácticamente todas las ocasiones en las que dedicó líneas y tinta a esta fiesta tan arraigada en la identidad de la ciudad: «Es una conmemoración arraigada en la entraña misma del pueblo y que sólo de la savia popular se nutre». Pero lo hizo desde bien temprano, cuando escribió 'La ciudad' en 1921 con sólo 23 años, cuando abandonaba Sevilla para marcharse a Madrid junto a su familia, previo paso por Córdoba La Semana Santa, entre la meditación y el vino Tampoco tuvo reparo el periodista en ilustrar con ejemplos concretos en sus textos la realidad heterodoxa y plural de los cofrades sevillanos, así como la diversidad en cuanto al carácter de las distintas hermandades: «Hay aquellas en las que se consiente que el nazareno deje disimuladamente la fila y se entre a tomar unos chatos en la taberna próxima; hay otras en las que ni siquiera se le permite ladear la cabeza. En la Hermandad del Silencio se expulsaría al que osase articular una sílaba, y en la de la Macarena los nazarenos —quiera o no quiera el cardenal—desfilan piropeando por lo bajito a las devotas». Todo ello no es más que un reflejo nítido de la eterna dualidad de Sevilla y los contrastes que siempre ha habido entre austeridad y pompa, rigor y fiesta, «ayuno y torrijas, meditación y vino». Nazarenos sevillanos tomando copas de manzanilla Biblioteca Nacional de España También en el diario Ahora , en la serie de reportajes a la que pertenece el anterior fragmento, dejó escrito Chaves Nogales que en las cofradías «siempre hay un poquito de anarcosindicalismo ». De hecho, manifestó que el motivo de la pertenencia de los sevillanos a las mismas «no es la religiosidad verdadera, ni siquiera el culto al sevillanismo, sino una fórmula social que se basa en una vida de relación restringida a las auténticas relaciones vitales del individuo : el barrio en que vive, el tallercito donde trabaja, su parroquia, sus vecinos, su calle, su familia, su taberna», lo cual explicaba, como sigue explicando hoy en día, la existencia de cofrades ateos. Porque la Semana Santa es una fiesta global nacida del pueblo y en la que cabe todo el mundo. Bien lo sabía Chaves Nogales.

Читайте на 123ru.net