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El último Rocío para Curro, el gran veterano de la Guardia Civil: «Aquí ocurren sucesos que sin el amparo de la Virgen no se explica que acaben bien»

Abc.es 

A Curro lo conocen en la aldea del Rocío como si se hubiera criado allí, entre marismas. Y podría decirse que en parte esa afirmación no es desacertada porque lleva más de un cuarto de siglo implicado en el diseño del dispositivo de seguridad que despliega la Guardia Civil en este rincón de Almonte. Pero a Francisco Fabra le quedan ya pocas horas para despedirse de su última romería. En breve se retira y con él se marcha un buen puñado de vivencias que ha ido atesorando la Guardia Civil en uno de los operativos de seguridad más complejos que ejecuta en el país. -¿Cuándo participó por primera vez en un dispositivo del Rocío? -Integrado en la Plana Mayor del Rocío, pues, justamente en el año 2000, cuando todavía pagábamos y cobrábamos en pesetas. Pero antes, en mi anterior destino en Mazagón, ya había participado de alguna manera en alguno de los dispositivos de caminos y de aldea del siglo XX. Lo que hacen un total de más de 25 Rocíos. Como detalle curioso: cuando comencé mi andadura rociera tan sólo peregrinaban 94 hermandades filiales y hoy en día son 127. - ¿Cómo eran los operativos de aquella época y las diferencias más notables con los dispositivos actuales? -Los operativos de servicio que la Guardia Civil ha establecido a lo largo de todos estos años se han ido adaptando a los tiempos y a las demandas de los peregrinos. Los cambios más notables han sido la modernización de los medios y el empleo de tecnología de alto impacto en la mejora de la calidad del servicio, como puede ser la captación aérea de imágenes, tradicionalmente con el empleo del helicóptero y últimamente con el uso de drones (equipo PEGASO). - ¿En qué ha avanzado principalmente la cobertura de la Guardia Civil de este evento? -Como he comentado anteriormente, la Guardia Civil se ha ido amoldando cada año a las necesidades de la propia romería y de sus romeros, optimizando minuciosamente los recursos humanos y materiales para que los servicios que se establecen, tanto en la peregrinación como en la propia romería en sí, hayan sido los más eficaces posible. A todo esto, sin duda habría que añadir la experiencia del Cuerpo como un factor fundamental a la hora de planificar anualmente este gran dispositivo. -¿ Y cuáles eran las principales dificultades en aquellos años? -Las principales consistían sobre todo en las dificultades técnicas y en la limitación de medios, que eran suplidas por la gran profesionalidad que tenían mis compañeros para llevar a cabo sus servicios «sin novedad», como nos gusta a nosotros decir a la finalización del servicio. - Desde su visión experta, ¿cuál es el momento más crítico de la romería? -No se puede determinar un solo momento crítico, hay varios. El primero de ellos es el cerramiento de la aldea el jueves por la tarde, así como la entrada en la aldea de las hermandades más multitudinarias (Huelva, Triana). Además, también son momentos de especial atención los grandes eventos que se celebran en la aldea, como son las presentaciones de las hermandades, los rosarios, la misa y el salto y procesión de la Virgen. En estos acontecimientos, la Guardia Civil despliega en la aldea toda su profesionalidad para que se desarrollen estos actos con total normalidad y puedan disfrutar todos esta romería. - ¿Las romerías se han vuelto más complicadas desde el punto de vista de la seguridad con el incremento de visitantes? -Si le digo la verdad, no, todo lo contrario, ya que, al disponer de más y mejores medios técnicos y personales, el trabajo se torna más sencillo y efectivo, siendo más fácil atender las demandas de romeros y visitantes. Los romeros son muy conscientes del trabajo que desarrollan todos los cuerpos y servicios que intervienen y muestran siempre su colaboración y atención hacia los que «estamos trabajando» en el Rocío. - Cuénteme cómo se vive, trabajando, en el Rocío. -Realmente es muy bonito mi trabajo. Los que integramos la Plana Mayor del Rocío estamos en pie desde las seis de la mañana para «sacar el primer turno de servicio», hasta las doce de la noche, que sale el último. En estas largas jornadas diarias de trabajo, surgen «problemillas» que hay que ir solventando sobre la marcha y que, gracias a la experiencia acumulada que me han dado los años, no resulta difícil hacerles frente, aunque de vez en cuando aparecen situaciones nuevas. Solo hay una cosa que cumplo desde el primer día para poder aguantar este ritmo de trabajo: de 16 a 18 horas es la siesta y decimos que se pare el Rocío. Es el único momento que desconecto totalmente. Curro, en el centro en una imagen actual con el resto de compañero de la Plana Mayor del Rocío ABC - Es su último Rocío, ¿cuál ha sido el momento más difícil vivido? -En lo que se refiere a la parte personal, se podría decir que el despedirme, aunque solo sea por una semana, de mi mujer, especialmente estos últimos años. A ella la martilleo durante más de tres meses, que es cuando comienzo con esta misión, hablando demasiado sobre el Rocío. En ocasiones me ha ayudado con algunas de las tareas. En lo que respecta a la aldea, citar un solo momento difícil también es complicado porque ha habido multitud de situaciones, las cuales se han ido solventando a medida que se han ido presentando, y dando gracias porque, como decimos nosotros, «la Virgen nos arropa con su manto», ya que, aquí ciertamente ocurren sucesos que, sin el amparo de la Virgen, no podemos explicar que hayan terminado tan bien. - Anécdotas que guardará para siempre como oro en paño vividas en la aldea. -La anécdota es la del día a día vivido con mis compañeros, en la Plana Mayor, donde somos una familia, y como le digo, cada minuto es una anécdota, que en ninguna otra circunstancia de servicio fuera de la romería podría suceder. Solo destacaría cuando finaliza el dispositivo y la satisfacción que vivo cuando un compañero te da la enhorabuena por el trabajo que has realizado. Solo hay que pensar que yo comienzo el Rocío cuando le veo la espalda al Rey Baltasar y así hasta el martes después de Pentecostés, que salimos casi los últimos de la aldea. -¿Es de alguna hermandad? -No pertenezco a ninguna hermandad en particular y sí a todas en general. Son muchos años trabajando por y para el dispositivo de la Guardia Civil en el Rocío, y guardo especial simpatía hacia todas las hermandades. - Cuando se jubile, ¿va a hacer el camino o necesita un descanso indefinido de Rocío? -Ha dado usted en el clavo con esta pregunta. No creo que haga el camino, y realmente necesito un descanso rociero indefinido, hablando desde el plano laboral, porque a la Virgen siempre vendré a verla y a rezarle.

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